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- 26/11/2019 00:00
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Hasta junio de 2019, el Centro de Investigación de Genética y Reproducción Animal Asistida (Cigra) ha logrado registrar más de 1,500 terneros nacidos por fertilización in vitro.
Los resultados son parte de todos los procedimientos evolutivos que Cigra, un Instituto de Investigación de la Universidad Tecnológica Oteima, ha realizado desde el 2013 para mejorar la genética bovina de las razas de leche y carne.
“La tasa de gestación de más de 1,500 terneros se deriva de nuestra base de datos que surge desde hace siete años en donde hemos producido un total de 6,681 embriones bovinos de los cuales hemos transferido 4,290 embriones a distintas fincas a nivel nacional; dato que representa un 64.2% de nuestra producción”, explicó María Eugenia Torres, laboratorista de Cigra.
Torres resaltó que hasta la fecha han creado 211 rutinas o ciclos de fertilización in vitro divididos en dos tipos de conversión embrionaria de semen de toros de Brasil y Estados Unidos.
De acuerdo con la laboratorista, uno de ellos es del semen convencional, donde lograron producir 3,854 embriones y 2,293 embriones transferidos y que representó el 27% de la conversión embrionaria .
Mientras que el semen sexado, donde obtuvieron 2,827 embriones producidos y 1,997 embriones transferidos , presentó 22% de la conversión embrionaria.
Las razas que más se utilizan para el cruce de vacas de leche fueron Gir (530), Girolando 5/8 (351) y Jersey Guzerat (15). Para las razas de carne fueron el Brahman (980), Senepol (458), Brangus (133) y Angus (38) entre otras. “En general hacemos unos 35 tipos de cruces genéticos”, comenta Torres.
Cigra ha realizado este tipo de trabajos en fincas ubicadas en Las Tablas, Chiriquí, Costa Rica, Herrera, Penonomé y Panamá.
Los avances que realiza, según un documento oficial, se dan bajo la misión que tiene Cigra de ser un centro tecnológico de investigación y desarrollo de procesos científicos orientado a la producción de embriones in vitro con el fin de contribuir al mejoramiento genético de la ganadería a nivel nacional.
“El centro tiene como finalidad la producción de embriones bovinos a través de la fertilización in vitro que puedan ser implantados y estos puedan generar gestaciones, para la producción de ganado de carne y leche, utilizando semen convencional o sexado, según sea la finalidad del ganadero. También está orientado a realizar investigación y desarrollo en el área de genética y reproducción animal bovina”, se expresa en el informe.
Respecto a los procedimientos en campo, la laboratorista detalló que para ejecutar los procedimientos in vitro antes deben realizar una primera técnica denominada aspiración folicular, un método donde el veterinario, a través de una ultrasenografía, inserta en la bovina un aparato que le permite recolectar todas las células sexuales (óvulo u ovocitos).
Luego de esto el veterinario manda las muestras en un tubo. Recibidas las células, se comienza a hacer un sin número de lavados para adicionarla a la placa de búsqueda.
Con la ayuda de un estereomicroscopio se van seleccionando los ovocitos viables que serán después usados para la técnica de fertilización in vitro.
Las muestras se ubican en un kit transportable y es llevado al laboratorio para iniciar el proceso de maduración in vitro.
“Todo este trayecto de la finca al laboratorio dura de 22 a 24 horas. El tiempo es exacto porque esta es una técnica cronometrada, es por eso que debemos ser específicos”, dijo Torres.
Asimismo, la laboratorista señala que pasado el tiempo base, entonces se inicia la fertilización, que se hace en el segundo día, donde el ganadero elige si quiere una fertilización de semen sexuado o convencional.
El tiempo dura igual, 24 horas.
En este contexto, Torres apunta que al día siguiente se hace el cultivo de los embriones en el laboratorio, en el cual comienza un conteo de cinco días.
Para el siguiente día (sexto) se clasifican los embriones y son puestos en pajuelas. De ahí, el veterinario transfiere cada pajuela en cada una de las bovinas que serán receptoras en la finca.
“En esta actividad el laboratorio termina su labor, pero queda el trabajo del veterinario, donde pasados 30 días tiene que volver a la finca a revisar a las bovinas para verificar el número de gestaciones que se logró producir”, expresó Torres.
Con el proyecto de criopreservación de embriones bovinos, denominada congelamiento directo (DT), la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y el Centro de Investigación de Genética y Reproducción Animal Asistida (Cigra) buscan facilitar a los pequeños, medianos y grandes productores un nuevo servicio de descongelación de embrión tal y como se implementa en la técnica de inseminación artificial, pero ahora con el enfriamiento preservado en nitrógeno líquido.
“De esta forma, el ganadero podrá tener un banco de embriones, tanto en su finca como en el laboratorio. Para las actividades de transferencia de embriones o cuando tenga las bovinas disponibles para el procedimiento de inseminación de semen un técnico se hará cargo del procedimiento, en este cambio el laboratorio se desliga de las responsabilidades que antes le competían”, expresó María Eugenia Torres, laboratorista de Cigra.