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- 30/10/2019 10:23
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“Punta Chame no recibe un centavo de la extracción de arena submarina, lo único que queda de la actividad es la destrucción de los manglares, de la bahía y de los corregimientos que se están perdiendo poco a poco”, contó Luis Guzmán, representante de ese corregimiento, que cada año se parece menos en su forma a la de hace tres décadas.
“Punta Chame ya no tiene más arena que dar, porque ya dio todo lo que tenía”, exclamó el funcionario. La península está siendo afectada por oleajes más agresivos que están invadiendo tierras y causando serios procesos erosivos en las costas, una situación asociada a la actividad arenera.
“Punta Chame volverá a convertirse en una isla y posteriormente se hundirá”, pronostica uno de los miembros del consejo municipal del distrito que prefirió permanecer en el anonimato.
La Junta Comunal de Punta Chame no tiene fondos para enfrentar los embates de la naturaleza, ni siquiera para reparar un paño de la carretera destrozada por los fuertes oleajes, dijo Guzmán.
Vilma Valdez, residente de Punta Chame, dice que se sienten olvidados. Y, espera que en los próximos días se repare la única carretera que conduce al pueblo. De lo contrario, ante la falta de respuesta de las autoridades centrales, los residentes se verán obligados a cerrar la carretera Panamericana, advirtió.
El alcalde de Chame, Abdul Juliao, afirmó que los reclamos del representante de corregimiento son recurrentes y justos, pero el municipio no tiene plata para afrontar esa y otras necesidades del corregimiento.
La problemática se centra en que las concesiones se han otorgado en sitios distintos a la península, pero los areneros se mueven hasta esas aguas por la abundancia del material pétreo y por la poca supervisión de las autoridades centrales (Ministerio de Ambiente y Ministerio de Comercio e Industrias), aseveró la máxima autoridad de la comuna de Chame.
Una fotografía basta para evidenciar las consecuencias de esta actividad en la zona. El Instituto Geográfico Tommy Guardia proporcionó una imagen del año 1982 en la que se observa una península más ancha y con abundantes bancos de arena. Lo que se ve en el retrato contrasta con una foto de 2013, en la que se percibe una península carcomida por el mar ante la raquítica provisión de arena (ver fotos).
En el pasado, los impuestos de la industria arenera en el distrito de Chame eran recaudados por el Municipio de Capira. Luego de un convenio interinstitucional suscrito entre ambos municipios que pretendía cobrar los impuestos de la actividad, convinieron repartir en partes iguales el monto colectado.
En dicho acuerdo se estableció que el Municipio de Capira se encargaría del cobro de las recaudaciones. Sin embargo, nunca cumplió su parte del trato y se quedó con los impuestos que correspondían al Municipio de Chame. Esto ocasionó que, en dos ocasiones, Chame demandara a Capira ante la Corte Suprema de Justicia.
Para establecer el monto adeudado, la Contraloría General de la República realizó tres auditorías. La primera determinó que Capira debía pagar a Chame $780,986.50.
Con ese primer áudito, se interpuso la primera demanda que concluyó con una sentencia de la Corte cuyo fallo se emitió el 2 de septiembre de 2008. En dicho escrito se ordenó al ayuntamiento del distrito de Capira pagar el monto señalado correspondiente al periodo entre 1985 y 2002. A partir de esta fecha cada municipio se comprometió a cobrar de forma individual los impuestos producto de la actividad.
Pero el fallo no fue suficiente para que el Municipio de Capira acatara la orden. Once años después, esos dineros no se han pagado, aseguró Juliao. “Los pocos pagos que se recibieron ni siquiera llegan a $100 mil ”, agregó.
Un segundo audito ordenó a los capireños cancelar $200 mil, adicionales. En este nuevo proceso, la Corte también favoreció a los chameros.
Hay, además, un tercer áudito arrojó una cifra de $360 mil, que se suma a las anteriores. En este último caso, el Municipio de Chame está preparando una tercera demanda para presentarla ante la Corte. Por tanto, la deuda de la extracción minera asciende a $1.3 millones.
Con ese dinero se hubieran podido construir carreteras de acceso, mercados e infraestructuras como un vertedero que tanto le hace falta a la comunidad.
La plata también serviría para el mantenimiento de campos deportivos y cementerios, por ejemplo.
“¡Ufff! se hubieran podido hacer muchas cosas”, imagina el alcalde de Chame.
Según él funcionario, el ayuntamiento capireño está en quiebra y no hay esperanza de recuperar esos impuestos. La única solución que proyecta Juliao para recuperar la plata es que el Gobierno Central —Ministerio de Economía y Finanzas-cancele la deuda y luego se arregle con el ayuntamiento de Capira. Esto, tomando en consideración que si una entidad demanda a otra y ésta no puede pagar una deuda, el Estado debe hacerlo, según Juliao. Pero, eso tampoco se concretó, a pesar de que se han agotado las vías.
La Estrella de Panamá intentó, sin éxito, contactar al alcalde de Capira, Jorge Ramos, para conocer su versión del tema. Se efectuaron varias llamadas a su móvil, pero no contestó. Se marcó al teléfono del Municipio, y nunca devolvió la llamada.
En medio de esta situación estéril, en la que Chame resiente las consecuencias de una actividad sin aparente control de las autoridades centrales encargadas de otorgar las concesiones, y la falta de ingresos producto de la actividad, la península parece quedar indefensa ante los oleajes que borran del mapa su cada vez más angosta cintura.
La Dirección Nacional de Recursos Naturales del Ministerio de Comercio e Industrias (Mici) contactó al alcalde para recabar información sobre una supuesta extracción ilegal de arena submarina y coordinar acciones para solucionar la situación considerando que no habían recibido ninguna denuncia formal de las autoridades o de los residentes, hasta las publicaciones de este diario.
Según la dirección, el alcalde no dispone de evidencias para identificar si las embarcaciones pertenecen a empresas que han recibido concesiones o si son particulares que realizan la actividad de forma ilícita. Añadió que realizará inspecciones en la zona para evitar cualquier caso de extracción ilegal del material pétreo.
Además, aseguró que está en disposición de recibir y atender cualquier denuncia interpuesta en sus oficinas o a través del sistema 311.
En la Dirección de Recursos Minerales se encuentran registrados contratos para la extracción de minerales no metálicos (arena submarina), tanto en el distrito de Chame como en el de Capira.
La destrucción de una de las vías de acceso a Punta Chame estaría afectando el desarrollo turístico. Héctor González, de Maalaea Resort, aseguró que la actividad hotelera empieza a resentir esta situación. Desde que quedó destruido uno de los paños de la vía de acceso, por los fuertes oleajes, hemos recibido cancelaciones de las reservaciones.
“Entendemos que estamos en temporadas de lluvias, que nadie quiere quedar atrapado en la península”, si se destruye la otra vía.
Rose Marie Mall, comerciante y quien también tiene hoteles en la península, aseguró sentirse preocupada porque la actividad hotelera está empeorando a consecuencia de los daños que ha sufrido la carretera. Y, peor aún, se siente ahora que se aproximan las fiestas patrias, una temporada alta para la llegada de turistas al área. “Eso está afectando el turismo”, agregó la comerciante y hotelera.
Los fuertes oleajes y la incursión de aguas marinas a tierras de Punta Chame están asociados al cambio climático y a la extracción submarina de arena en el mar de Punta Chame.