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- 06/04/2009 02:00
- 06/04/2009 02:00
PANAMÁ. Sin duda alguna, decir los Yanquis de Nueva York es un sinónimo de grandeza y gloria en las Grandes Ligas. Lamentablemente, esa incuestionable fama que obtuvieron de la mano de grandes figuras como Yogi Berra, Joe Di Maggio y el mismo Babe Ruth, ha ido en una vertiginosa caída, que llegó a su máxima expresión en la temporada pasada, cuando ni siquiera llegaron a la postemporada.
Este año, los bombarderos del Bronx estrenan un nuevo y moderno hogar, en el que tratarán de ganar el terreno perdido luego de varias millonarias contrataciones.
Sabathia, Teixeira y Burnett son algunas de las nuevas incorporaciones en la que los mulos depositarán la confianza de regresar al camino del triunfo.
Pero, como todos los años, la División Este de la Liga Americana no será un hueso fácil de roer.
Los Medias Rojas de Boston, en la última década, han vuelto a ser un dolor de cabeza para los neoyorquinos. Además, los Rays de Tampa Bay demostraron en el 2008 que no hay rival pequeño.
El equipo de la Florida, el cual obtuvo el subcampeonato al caer en cinco juegos con los Filis de Filadelfia, se perfila este año para dar nuevamente la talla, aun cuando no podrán contar esta vez con el factor sorpresa.
Otro de los equipos en la Liga Americana que apunta a grandes cosas son los Angelinos de Anaheim. El club californiano, luego de proclamarse campeones en el 2002, han permanecido latentes en las llaves de postemporada, pero sin alcanzar los mejores resultados.
Con la nueva contratación del venezolano Bobby Abreu, los Angelinos se aseguran aún más poder en su explosiva batería, la cual no ha tenido inconvenientes para relegar con amplia ventaja a sus rivales en la División Oeste.
La División Central de la Liga Americana podría volver a definirse entre los Mellizos de Minnesota y los Medias Blancas de Chicago. Por su parte, los Indios de Cleveland podrían sentir la perdida de su lanzador estelar, el zurdo C.C. Sabathia a los Yanquis.
Desde el 2000, cuando los Yanquis ganaron tres veces consecutivo el título de campeones mundiales, ningún equipo ha podido repetir la consecución del anillo.
Los Filis de Filadelfia, equipo en el que milita el panameño Carlos Ruiz, tratarán de romper esta racha en esta temporada.
El club de la “Ciudad Fraternal” no tuvo movimientos significativos en su planilla, y de mantenerse saludables, podrían volver a demostrar que el buen pitcheo basta y sobra para salir airoso en una postemporada.
Pero, no hay que olvidar que la hazaña de los actuales monarcas de las mayores fue en gran parte permitida, y casi ofrecida, por sus rivales en la División Este de la Liga Nacional, los Mets de Nueva York.
Los de Queens, quienes también estrenan nuevo hogar en esta temporada, desperdiciaron una ventaja de más de siete juegos en menos de dos semanas, y tuvieron que conformarse con ver los playoffs desde la comodidad de sus casas.
Los Bravos de Atlanta, quienes prácticamente abusaron en esta misma división, obteniendo desde 1991 14 banderines en quince temporadas, se han convertido en un ocasional estorbo para los Filis y los Mets.
La mezclada lista de novatos y veteranos en sus últimos años en su planilla han sido uno de los principales factores del declive del equipo de Atlanta.
Desde el 2000, el banderín de la División Central ha sido solamente ganado por los Cardinales de San Luis y los Cachorros de Chicago.
Estos últimos, a pesar de ser considerado como uno de los mejores equipos en la historia de las Grandes Ligas, han caído presos de una sequía de 100 años, en la que no han podido ganar una Serie Mundial.
Pero, independientemente se la situación, el equipo con el logo del oso sigue sólido, y se perfila para ganar por tercera vez consecutiva el banderín.
En el segundo lugar, y con un posible cupo en la carrera del comodín de la Nacional, los Cerveceros de Milwaukee y los Cardinales de San Luis aparecen como los inmediatos candidatos. Pero los Astros de Houston, quienes en la campaña pasada sufrieron fuertemente la baja del panameño Carlos Lee, podrían ser una de las sorpresas en este 2009.
Uno de los casos curiosos en el 2008 fue el repentino repunte de los Dodgers de Los Ángeles en la División Oeste de la Nacional con la llegada de Manny Ramírez.
El equipo hollywoodense parecía haber sido relegados por los Cascabeles de Arizona, pero con la llegada del dominicano, quien había salido de los Medias Rojas de Boston en no las mejores condiciones, los Dodgers comenzaron a acortar terreno, lo que les valió para eventualmente llegar a la postemporada.
Este año, y tras varios meses de escandalosas negociaciones, Ramírez regresó casi que obligado al equipo.
De repetirse la historia, si el quisqueyano arranca la temporada con un buen desempeño, los Dodgers no tendrían mayores inconvenientes en repetir el banderín, mientras que los Roqueños de Colorado y los Cascabeles de Arizona tendrían que batirse por un lugar en la carrera del comodín.