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Por qué es tan difícil producir campeones en la distancia larga
- 09/10/2016 02:00
- 09/10/2016 02:00
Los pasados Juegos Olímpicos de Río vieron como por primera vez en la historia un panameño era de la partida en una de las pruebas de mayor prestigio de las que se llevan a cabo en su calendario, el evento de maratón.
Jorge Castelblanco, que había logrado clasificar a Río meses antes en la Maratón de Hamburgo con un excepcional registro de 2 horas 15 minutos y 57 segundos, nuevo record nacional de la distancia, abrió un camino que espera ser recorrido por otros jóvenes prospectos en futuras citas.
Durante la última década el auge del running en nuestro país ha sido un hecho incontestable, cada vez con un mayor número de corredores y competencias, pero hasta ahora no se habían logrado éxitos internacionales comparables con la hazaña de Castelblanco.
Ante ello surgen varias preguntas: ¿Desde las Instituciones deportivas y los clubes de corredores se está haciendo lo necesario para detectar a los nuevos talentos y posibilitar su adecuada progresión?, ¿qué nos falta como país para que casos como el de Jorge Castelblanco no sea un hecho aislado?, ¿podremos ver algún día a un panameño en lo más alto del podio de un maratón internacional?
CONDICIONES INNATAS
Una gran mayoría de los atletas de ruta considerados como élites fueron descubiertos en su niñez o juventud debido a sus condiciones innatas para ser corredores, bien por su propia familia, por sus maestros de escuela o por entrenadores locales.
Lamentablemente, otros muchos de los que apuntaron buenas maneras nunca pudieron cumplir sus sueños y llegar a ser atletas profesionales, debido principalmente a la falta de medios y recursos para dedicarse en serio a ello.
Es precisamente en las edades tempranas, cuando con una buena orientación, se deben poner las bases para el desarrollo de habilidades técnicas imprescindibles para que el atleta tenga éxito a futuro.
Y no se trata solo de alcanzar el éxito, sino de obtenerlo a su debido tiempo.
La progresión de un atleta de fondo no se puede anticipar, porque con ello se corre el riesgo de truncar su futuro
Resulta triste constatar en demasiadas oportunidades, que corredores que en categorías menores mostraban un prometedor futuro, terminan de manera anticipada su carrera deportiva por lesiones o desmotivación.
Y es que el atleta joven se ve generalmente sometido a mucha presión tanto por su familia como por su círculo social, incluyendo a entrenadores y patrocinadores. La necesidad de tener que mostrar resultados y el deseo de querer alcanzar el éxito, conllevan que el atleta se exija en demasía durante los entrenamientos y esté inclinado a acortar los ciclos de recuperación, entrando en una espiral en la que por mucho que se entrena, no se logran las deseadas mejoras.
ALTO RENDIMIENTO
En la mayoría de los países punteros en el atletismo de fondo, los talentos jóvenes con mayor proyección son internados en residencias para deportistas y centros de alto rendimiento.
En estos establecimientos, los atletas en edad estudiantil, pueden compatibilizar su formación académica a la par de su evolución deportiva, armonizando perfectamente ambas actividades.
Estos centros y residencias suelen tener dentro de sus instalaciones las facilidades deportivas requeridas, complementadas por otras cercanas a las que se facilita su acceso y uso.
Para el atleta, ello supone una considerable ventaja ya que ahorra mucho tiempo del que ocuparía en traslados para dedicarlo al estudio, al propio entrenamiento y a un mejor y más prolongado descanso.
La alimentación, que también es un factor básico para el correcto desarrollo y progreso del atleta, es en estos centros suministrada de manera controlada por un nutricionista, facilitándole al deportista una alimentación saludable y equilibrada para sus necesidades.
De igual modo, muchos de estos centros cuentan con su propio equipo de profesionales médicos y fisioterapeutas, especialmente formados para trabajar con atletas de alto rendimiento, lo que promueve que el deportista tenga un control y seguimiento permanente respecto de su estado físico general, así como de posibles molestias y lesiones que pudieran afectar a su desempeño en entrenamientos y competencias.
REALIDAD LOCAL
A pesar de contar con buenos prospectos, se cuentan con los dedos de una mano los atletas locales que han alcanzado un nivel que les permita vivir profesionalmente de ello.
Aunque de manera paulatina se va creando conciencia en la necesidad de dedicar más recursos a la actividad deportiva en general, todavía falta un enorme camino para que nuestros corredores tengan unas condiciones competitivas en cuanto a instalaciones y apoyo económico respecto de los países punteros en la disciplina.
En los últimos años si se han visto avances, como los primeros centros y programas de alto rendimiento para atletas, aunque centralizados básicamente en la ciudad capital.
Ello en la mayoría de los casos obliga a los deportistas del resto del país a mudarse a ciudad de Panamá si quieren disponer de estas instalaciones y seguir progresando en su desarrollo personal y como atleta.
No siempre es sencillo para un joven del interior de la República tomar esta decisión, cambiando de manera radical su entorno y exigiendo un esfuerzo económico a su familia.
Inclusive resulta más complicado que el atleta local pueda ingresar a un centro de alto rendimiento en el extranjero, ya que dependerá en ese caso de conseguir una beca o patrocinio que le cubra la mayoría de los gastos directos y asociados.
ESFUERZO CONJUNTO
Comentaba un famoso entrenador del patio que los atletas élites ‘no cuelgan de los palos como si fueran mangos', y solo hubiera que extender la mano para recogerlos.
‘La progresión de un atleta de fondo no se puede anticipar, porque se corre el riesgo de truncar su futuro'
FERNANDO REVUELTA,
COMPETIDOR Y EXPERTO EN EL RUNNING NACIONAL.
El que un día podamos ver en la línea de partida de una prueba internacional a varios ‘Jorge Castelblanco', dependerá de un esfuerzo a largo plazo y coordinado de muchos y diferentes actores, comenzando por el propio ámbito familiar del corredor.
A edades tempranas, el apoyo y soporte que deben dar los padres a un niño o joven es fundamental para que elija esta disciplina frente a otras más populares y mediáticas, como por ejemplo el futbol.
Maestros, técnicos y entrenadores, serán también figuras de referencia imprescindibles para ir formando el carácter y personalidad del corredor, anteponiendo siempre el beneficio del niño o joven sobre el propio personal.
Las instituciones públicas, así como las federaciones y clubes, de igual forma deben apoyar, tanto con recursos económicos, como con la promoción de programas y competencias que sirvan para que el corredor vaya adquiriendo las habilidades y capacidades necesarias para llegar a ser considerado élite.
La última pata de esta imaginaria mesa, estaría constituida por los patrocinadores privados y los medios de comunicación.
La función de la empresa privada sería la de suministrar, mediante patrocinio, ingresos económicos que permitan mantener el nivel de vida del atleta y su entorno, recibiendo a cambio publicidad de marca y ventajas fiscales por su inversión.
No significa que un deportista con mucho sacrificio no pueda llegar a compaginar una actividad laboral con su carrera deportiva, pero definitivamente estará en condiciones desfavorables frente a otros que no deban de cumplir un horario de trabajo paralelo.
Con relación a los medios de comunicación, deben cumplir una labor esencial instruyendo e informando para que la opinión pública conozca la disciplina y el tremendo esfuerzo y sacrificio que realizan los atletas, ya que como bien dice el refrán, ‘lo que no está en los medios no existe'.