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Goddard, Dimas y Valdés estarán presentes en los Paralímpicos de París
- 04/08/2024 15:15
- 04/08/2024 15:15
Los juegos Olímpicos de verano cumplen su última semana de actividad, mientras cientos de atletas que competirán en los Paralímpicos se preparan para viajar a París, otra competición que se realiza con mucha pasión y expectativa.
Los Paralímpicos se efectuarán en su decimoséptima edición entre el 28 de agosto y el 8 de septiembre, utilizando casi todos los escenarios que brinda París 2024, aunque algunos con lógicas adecuaciones.
Definitivamente que no tienen ni la atención ni mucho menos el mercadeo de los primeros, pero igualmente está el factor humano en juego, los que les garantiza algo de expectación mundial por los resultados.
Panamá llevará tres atletas, la misma cantidad que para los juegos de Tokio 2021, y con las mismas expectativas de alcanzar los primeros lugares en cada una de sus presentaciones, algo harto difícil, aunque no imposible.
Los representantes panameños son: Esteban Goddard, en paraciclismo; Rey Dimas en parapowerlifting; e Iveth Valdés en paraatletismo, estos dos últimos con participación en la edición de Tokio.
Sin embargo, existe la posibilidad de que la delegación de los deportes adaptados aumente, ya que no es hasta hoy, lunes 5, que cierra el periodo de inscripción, por lo que es posible añadir a un cuarto deportista.
En Tokio 2020-21 estuvieron Valdés, quien ocupó el octavo lugar en la final del lanzamiento de jabalina, categoría T56; Dimas, quinto lugar en la final de la categoría de los 72 kg; y Jhan Wisdom, quinto en el segundo ‘heat’ eliminatorio de los 400 metros planos, categoría T20.
Dimas se clasificó a París 2024 al estar ubicado entre los diez primeros del ranking de su categoría, mientras que Valdés superó la marca mínima exigida en su prueba para estar en París.
El caso de Goddard fue un poco diferente, ya que al igual que aconteció en el ciclismo convencional, Panamá logró un cupo en esta disciplina y le tocó al mejor clasificado entre los paraciclistas.
Sin embargo, el camino hacia París nuevamente fue casi que un vía crucis para los trece deportistas istmeños, que proyectaron estar presentes en los juegos paralímpicos de este año.
“En Panamá no contamos ni con los mecanismos, ni los profesionales, ni los apoyos suficientes, pero gracias a Dios tenemos tres atletas que igualan la cantidad que llevamos a Tokio, algo que para nosotros es un logro muy grande”, señaló la secretaria del Comité Paralímpico, Iveth Valdés.
“Realmente nos cuesta muchísimo el prepararnos porque no tenemos dónde, por lo que como comité nos ha tocado hacer malabares, logrando acuerdos con gimnasios privados para completar la preparación física de algunos”, dijo.
Valdés reconoció que algunas cosas cambiaron en este nuevo ciclo olímpico comparado al anterior, con un trabajo de más concienciación por parte de los deportistas que participaron, pero los obstáculos sobraron.
Dijo que la mayor parte de los entrenadores que los ayudaron fueron voluntarios, aunque hubo otros que sí tuvieron que pagarles de sus bolsillos.
“Ninguno es especialista en el área de la discapacidad y no podemos contratar uno, porque ni siquiera tenemos para pagar una oficina”, matizó.
Destacó que las innumerables falencias tratan de minimizarlas con mucho empeño y compromiso, pero no se pueden obtener excelentes resultados, cuando debes enfrentar a contrarios que tienen la preparación y los equipos para destacar.
“Es muy difícil trabajar así. Este año el atletismo no contó con la pista del Rommel Fernández para entrenar y hay que hacerlo en diferentes lugares, mientras que el powerlifting se prepara físicamente en un gimnasio privado”, señaló.
Aun así, Valdés se sintió satisfecha con los logros obtenidos, porque cada atleta pudo competir en por lo menos dos competencias internacionales, cantidad mínima para ser considerados en la carrera hacia París.
Valdés, la primera fémina panameña en clasificar a tres juegos paralímpicos, estuvo en el en el gran premio de Xalapa (México) y en el mundial de Kobe (Japón); Dimas en las copas mundiales de Pattaya (Tailandia) y Tbilisi (Georgia); y Goddard en las copas del mundo de Alabama (EUA) y Maniago (Italia).
La participación de los atletas paralímpicos en los eventos internacionales se dio por gestiones del Comité Paralímpico y el apoyo de Pandeportes.
Los juegos Paralímpicos nacieron casi desde la misma concepción de los juegos Olímpicos, debido a la inquietud de algunas personas por participar en un evento de alta competición, a pesar de sus problemas físicos.
No obstante, la competencia precursora de estos juegos se registró en 1948, cuando el médico alemán Ludwig Guttmann realizó un evento atlético especial en Londres para los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, todos con lesión medular, coincidiendo con la actividad olímpica realizada en esa ciudad.
A partir de allí, se fueron dando muchas más competiciones y el concepto general del mismo se amplió, no solamente en cuanto al tipo de actividad que desarrollaría sino en el concepto, que tenía el común de las personas con respecto a estos juegos.
Fue por ello que, en una primera instancia, se le conoció como deporte paralímpico, pero en realidad los estadios han ido creciendo, así como las actividades, y es por ello que la denominación mucho más generalizada es la de deporte adaptado.
En ese sentido, los deportes con el tiempo aumentaron de unos pocos a una decena y sus especialidades se multiplicaron a tal punto, que cada discapacidad fue dividida en diez categorías.
Asimismo, su realización en diversos países causó tal impacto que modificó la forma de vivir de ciudades enteras. En Vancouver, por ejemplo, dejó edificios con mejor accesibilidad, banquetas y lugares públicos, tras su realización en 2010.
En China fue mucho más abarcador su impacto. También se creó mayor accesibilidad, pero hubo cambios en algunas leyes, dirigidas a favorecer a las personas con alguna discapacidad y a reconocerlos como parte de la sociedad.
No obstante, a pesar de ese impacto en lo social y en lo deportivo, los Juegos Paralímpicos han tenido que bregar siempre con la falta de una mayor cobertura por parte de los medios, como ocurre con los Juegos Olímpicos de Verano, situación que impacta en todo lo referente a su financiamiento.