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Tiempos agitados en el fútbol nacional
- 31/07/2020 00:00
- 31/07/2020 00:00
En los últimos días, el fútbol y el deporte nacional volvieron a, tener titulares relevantes. A la designación del nuevo entrenador de la Selección Nacional Masculina de Fútbol, el miércoles 22 de julio, le siguió dos días después el pronunciamiento del Gobierno Nacional declinando su apoyo (fundamental) para la realización en Panamá de la próxima Copa Mundial Femenina sub-20 FIFA 2021, en coorganización con Costa Rica, e igualmente de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2022.
Este pasado lunes, como se esperaba, la Concacaf difundió el formato que tendrán las eliminatorias de la región para el Mundial Catar 2022, y anteayer la FIFA hacia pública su decisión aplicando el “Reglamento del plan de apoyo de la FIFA covid-19” mediante el cual autoriza que: “Durante la tercera fase, cada federación miembro recibirá una subvención de un millón de dólares para proteger y retomar la actividad futbolística y $500,000 más para el fútbol femenino”. Un aporte que abre una ventana para el reinicio de los torneos locales. Es un abanico de sucesos que se traduce en buenas, regulares y malas noticias.
La elección del danés Thomas Christiansen como nuevo seleccionador nacional era un hecho cantado, desde el 3 de julio cuando en su cuenta de Twitter el exportero Jaime Penedo, miembro de la comisión técnica de la Federación, anunció los candidatos señalados como finalistas con 1,83 puntos para Christiansen y 1,53 para Julio Dely Valdés. Un método de evaluación muy sui géneris (¿lo utilizaron con Gallego?) que bien podría descalificar y dejar por fuera de muchas selecciones nacionales a sus actuales entrenadores.
A Penedo le faltó un poco de tacto, por ello recibió varios apuntes en las redes sociales. 'El algoritmo Penedo', que se interpretó como la voz del presidente de la Fepafut, era innecesario porque si querían a Christiansen por potestad lo nombraban y ya, sin show.
Estiraron el nombramiento hasta el pasado 22 julio, para dar muestras de una 'objetividad' democrática en la elección, en la que no votaba el presidente pero que todos saben (salvo los incautos) que ningún entrenador llega a una selección nacional si no cuenta con el respaldo del presidente de esa Federación.
Fue un trámite innecesario, que se habrían podido ahorrar, para descalificar a Julio Dely Valdés, el aspirante nacional, quien en las actuales condiciones por logros, por conocimiento del entorno, por los tiempos, por el respaldo de los propios jugadores, etc. aparecía como la apuesta lógica para comandar este paso, máxime después del fracaso de la gestión de 'Tolo' Gallego, cuyo extraordinario resumen fue: una alta inversión de dinero por 3 puntos ante Bermudas.
Quienes queremos el fútbol esperamos y deseamos, como expresó igualmente el colega David Samudio, que esta no sea la nueva versión de: 'Tolo' Gallego parte II.
La decisión del actual gobierno de retirar el apoyo, prometido durante la etapa de la designación de la Copa Mundial Femenina sub-20, es un duro golpe al fútbol panameño y en particular al fútbol femenino, que ha dado muestras de crecimiento y ha ofrecido oportunidad laboral para las jugadoras panameñas, algunas de ellas militando en clubes en el exterior. Si el deporte masculino ha tenido trabas, la promoción del deporte en el sexo femenino ha sido de lejos más insignificante.
No es rebatible el argumento de que hay necesidades urgentes ante una situación tan delicada y de incertidumbre como la presente, pero ello no oculta la incapacidad para entender que era un evento extraordinario, concedido con la resonancia que Panamá ganó por su participación masculina en Rusia 2018.
Que al estar compartido con Costa Rica, quien asumía el peso mayor del evento, la inversión destinada a respaldarlo había podido flexibilizarse 'mordiendo' otros renglones o buscando alternativas para impulsarla, pero no renunciando. El momento actual hará cada vez más necesario, y sobre todo en los meses de enero y febrero próximos, en los que se disputará el evento, vender en el exterior el nombre de Panamá como destino; la Copa Mundial Femenina sub-20 ponía el nombre del país en los medios de comunicación positivamente, demostrando capacidad panameña para estar a la altura de grandes eventos. El fútbol femenino es hoy una grata realidad mundial. Todos los recaudos de salud se habían podido afrontar, etc., la lista para seguir sustentándolo es todavía larga.
Y lo que es más penoso, que un país cuya referencia al mencionarse en el exterior se suele asociar con sus logros deportivos, principalmente de Roberto Durán, Mariano Rivera, Rod Carew, Laffit Pincay, Irving Saladino, Rommel Fernández, Julio César Dely Valdés etc., no asuma como parte de su bandera una buena gestión en el deporte.
Hasta donde se tiene conocimiento, la Fepafut estuvo atenta con su parte para sacar adelante el proyecto, sin embargo, según se deduce del texto del comunicado emitido por ella al conocer la decisión: “Consideramos imprudente la manera en la que tan importante y unilateral decisión se nos ha comunicado, teniendo en cuenta que fueron los medios de comunicación los que dieron la noticia antes de nosotros recibir la comunicación formal por parte de las autoridades”, puede demostrar que faltó contar con una vía directa para que el Presidente de la República, a diferencia de otros gobernantes, captara los beneficios del certamen.
Se habían filtrado aspectos de lo que sería el nuevo formato de la Concacaf. Una vez divulgado es evidente que, dentro de lo que había sido el timorato camino en el que había caído la Selección Nacional, el nuevo fixture le da a Panamá una posibilidad amplia de incorporarse nuevamente a la carrera. Claro está, si supera la primera fase, al entrar en 2021 al octagonal final que definirá, junto con Estados Unidos, México, Costa Rica, Jamaica y Honduras, los tres cupos directos y la opción de un repechaje para Catar 2022.
A las puertas de iniciar la eliminatoria en octubre, se tiene la fortuna de que el grueso de la plantilla que debería formar la Selección, está teniendo actividad en el exterior o está pronto a comenzarla; para tener una visión, incluimos (ver gráfica) un listado de 30 jugadores panameños en el exterior, con los que se puede contar para armar un equipo. La información de la gráfica es un trabajo de seguimiento del joven periodista Christian De León. Sin duda faltan algunos, entre ellos los que juegan en la Liga Panameña de Fútbol, una parte que tendrá que ser tenida en cuenta en su debido tiempo. Pero sirve al aficionado común para reafirmar que tampoco es 'tiempo de vacas flacas'.
Bajo el concepto de que “un equipo se hace andando”, el nuevo formato debería permitirle a la Selección, alcanzar mínimamente el nivel de juego que alcanzó en la última Copa Oro 2019, el cual se esfumó posteriormente en la etapa Gallego.
¿Está Panamá obligada a clasificar al Mundial? Desde los medios de comunicación, para ganar rating, es fácil pregonar y afirmar este condicionamiento. A nuestro entender, Panamá no está obligada a clasificar a Catar 2022, porque no tiene historia permanente en esta justa, su infraestructura deportiva está en formación, los clubes y el profesionalismo distan de alcanzar metas, etc. Pero sí tiene la 'obligación' de llegar al octagonal para no dilapidar el progreso mostrado por el fútbol panameño en la región. No avanzar es un fracaso.
De llegar al octagonal, una vez allí no debe tener dudas; jugando sin complejos, es buscar con decisión ir a Catar 2020.