El Maradona omnipresente de Nápoles

Actualizado
  • 26/07/2023 00:00
Creado
  • 26/07/2023 00:00
Pasacalles, murales, vestimentas, tiendas, restaurantes, etc. dan presencia en Nápoles a un Diego renovado como artífice espiritual del tercer scudetto
Mural de Maradona en el centro histórico.

Maradona respira su presencia en la cotidianidad de la vida callejera napolitana con más ahínco desde que el pasado 4 de mayo, después de 33 años de espera, el club de la ciudad, Nápoli, se coronara campeón de la serie A sumando a su camiseta el tercer scudetto.

A Maradona se le encuentra por doquier, en la larga exposición de camisetas a la venta en los locales ubicados en su concurrido centro histórico, algunas solo con su nombre impreso en la espalda, otras con singulares imágenes del jugador vinculadas a su trayectoria.

Hay de todo, medias para uso diario con su imagen a 6 euros. En las angostas calles aledañas que ofrecen figuritas tradicionales impulsadas en sus movimientos por mecanismos eléctricos, se exponen a la venta también figuras estáticas de personajes, Maradona tiene su segmento elocuente: en pose de sentadilla, de pie, con balón, de busto, etc., a su lado pueden estar las de los jugadores del actual plantel del Nápoli campeón, pero sin hacerle sombra.

Pasacalles con las caras de los jugadores del Nápoli que ganaron el tercer 'scudetto', presentes en espacios públicos..

Los pequeños restaurantes que vociferan el tradicional menú italiano aupando a los turistas a la entrada, aprovechando el auge de su invasión en verano, lucen escrito con tiza en su tablón negro de menú un trago aperitivo: Spirit Maradona; un joven entra en un local mientras escogemos un sabor de los reputados helados italianos y, mientras hace su pedido, apoya en el mostrador una cajeta de cartón con pizza; lleva impreso el nombre y la figura del astro argentino.

Desde los alrededores del Metro y en varios puntos de la ciudad se aprecian murales alusivos a Maradona y al Nápoli; varios murales del “10” son de excelente acabado.

Llama la atención ver, a diferentes horas en el concurrido centro, turistas que pasean con sus hijos preadolescentes luciendo como atuendo la camiseta del Nápoli con el nombre de Maradona escrito en la espalda; para estos chicos no existe la dicotomía que se aplica en otros lares: el Diego genio deportivo versus el Diego con sombras y límites.

La imagen del “10” con un aura tiene escritas las célebres palabras del narrador uruguayo Víctor Hugo Morales: Gracias Dios por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas”.

Diego Armando Maradona se asume por contagio en Nápoles, una ciudad que lo siente, es uno de los suyos... uno de los más grandes y significativos de su historia, porque su historia está ligada (como la de Italia), a eso que llaman “calcio”, un juego tan simple que suele transformarse en complejo.

Y Maradona los maravilló. Con su liderazgo y fútbol irrepetible, condujo al club Nápoli a la cima obteniendo su primer scudetto (título de la Liga), en 1987, y además a ganar la Copa de Italia, como la Copa UEFA en 1988-1989. En la temporada 1989-1990 conseguirían su segundo scudetto (título) y luego la Supercopa de Italia. Nápoles y el Nápoli se convirtieron en referencia del fútbol italiano y mundial, un tiempo que atesoran porque el sur olvidado plantó cara al poderoso norte encabezado por el Milán y la Juventus.

Han pasado 33 años de una sequía que concluyó el pasado mayo; ondeando la bandera con el “espíritu de Maradona”, volvieron a sorprender proclamándose indiscutibles campeones de la liga italiana. Así que el Maradona del recuerdo dijo otra vez “presente” y los napolitanos lo hacen sentir hoy: “Diego es D10S”.

Para Nunzia Cervone, Maradona es Dios para los napolitanos porque “es como una manera de decir que podemos ganar todo en la vida si queremos y si luchamos por eso”.

Partirán como campeones defensores del título en la temporada 2023-2024, a iniciarse el próximo 19 de agosto, cuando enfrenten de visitantes a Frosinone. El apego a Maradona está tan arraigado, que saliendo de Nápoles para visitar Sorrento y la costa amalfitana, la guía de la empresa Worldtours, Nunzia Cervone, una simpática, sencilla y acogedora napolitana, nos va hablando en la salida de Nápoles de su gente y en un momento de su descripción, orgullosa de sus raíces, desliza una frase “Y Diego es dios”, sin que tenga conocimiento de que alguno de los que viajamos tenga que ver o se interese por el fútbol.

En la atractiva y pintoresca ciudad de Sorrento no se palpa la presencia de Maradona que hay en Nápoles, aprovecho la caminata por el muelle para acercarme aparte a Nunzia Cervone y preguntarle, ¿por qué Maradona es dios para los napolitanos?

Emocionada contesta, “porque para los napolitanos su vida también ha sido complicada, como la de Maradona, y él lo ganó todo. Es como una manera de decir que podemos ganar todo en la vida si queremos y si luchamos por eso”.

Hay toda una gama de ofertas con la imagen del exjugador, entre ellas estás medias para uso diario.

Afirma que no vivió los tiempos de Maradona en el Nápoli, pero recuerda que su nombre le llegó emocionado al oído cuando: “Tenía tres, cuatro o cinco años, más o menos, y en la escuela mi maestra me dijo que tenía un balón con el autógrafo de Maradona”.

Y en la cara se le refleja la alegría cuando describe el momento festivo que vivieron los napolitanos por el reciente título: “Es un momento muy intenso, muy bonito, tuvimos una fiesta con la gente en la calle, todos disfrutando, sin ningún momento peligroso. Ha sido también una fiesta para los que siguen y no siguen al equipo del Nápoli, ha sido una fiesta para toda la ciudad de Nápoles, una locura, una jungla organizada”.

En su familia afirma que respiran fútbol, “Uuff... mi hermano no puedes imaginarlo, fue al último partido aquí en Nápoles (empate 1-1 contra Udinese) y estuvo toda la noche de fiesta hasta las 8:00 de la mañana. Mi mamá estuvo al teléfono preocupada hasta la mañana (se ríe)”.

Diego Armando Maradona, campeón del mundo y leyenda en Nápoles; Lionel Messi, campeón del mundo y una historia con gloria en Barcelona, hoy en el Inter Miami. De vuelta, uno camina la capital catalana y no se ven ni camisetas ni manifestaciones pro Messi; el alma de Maradona camina por Nápoles reverenciada en un amor que parece infinito.

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