Estados Unidos cambia el libreto tras un comienzo de telenovela

Actualizado
  • 08/03/2023 00:00
Creado
  • 08/03/2023 00:00
Anthony Hudson se juega ante El Salvador, el próximo 27 de marzo, reconducir a su selección con el buen paso que traía, empañado por una disputa familiar Berhalter-Reyna
Anthony Hudson, entrenador interino

Después de una prometedora participación en el mundial, la selección estadounidense de fútbol dio señales que había tomado el rumbo indicado para seguir creciendo sin pausa, con la mira puesta en ir madurando un equipo mayoritariamente joven para alcanzar el cenit en la Copa Mundo 2026, torneo del cual Estados Unidos será uno de los tres países coanfitriones.

Lo que pareció en 2022, bajo la dirección del entrenador Gregg Berhalter, un guion de película deportiva esbozado con trazos y ribetes hacia 2026 para una gran producción en el país de los superhéroes de Marvel, comenzó 2023 con la puesta en escena de un sorpresivo guion de telenovela.

La tormenta mediática tras las revelaciones ha llevado a posicionar como entrenador interino a Anthony Hudson, asistente de Berhalter durante el mundial, buscando recomponer la situación mientras se deciden en los próximos meses por un técnico de renombre internacional o le conceden a Hudson condición de entrenador permanente.

Estados Unidos ha disputado durante el año dos partidos amistosos bajo el comando de Hudson, el 26 de enero ante Serbia perdiendo 2-1 y el 28 de enero empatando con Colombia 0-0 en Orlando, Florida. Reciben a El Salvador el próximo 27 de marzo por la Liga de Naciones de la Concacaf; este será el primer partido oficial de Hudson.

Gio Reyna, una de las promesas del fútbol estadounidense, ha provocado una agria disputa familiar.

Se sabía que en la concentración estadounidense, durante su estadía en Catar, se presentó una situación de indisciplina con un jugador en particular, aunque se desconocía que al interior de la federación se venía cocinando a fuego lento un caldo amargo, el cual terminó por rebasar la olla salpicando a Berhalter y su entorno familiar.

A Berhalter se le cumplía el contrato el 31 de diciembre y las posibilidades de renovarlo para seguir eran altas. Lo ha dejado (hasta ahora) fuera de la selección estadounidense, sujeto a una investigación y con su reputación golpeada.

La trama ha sido el enfrentamiento entre dos familias distinguidas en el fútbol estadounidense los Berhalter y los Reyna, con un pasado y un presente activo en el ámbito futbolero, que tuvieron en común el compartir y aportar a su selección durante una época de resultados meritorios, tejiendo entre ellas una cercanía y una amistad de 30 años... hasta diciembre pasado.

La manzana de la discordia
Gregg Berhalter dirigió a Estados Unidos en Catar.

La situación se generó a partir del joven jugador Giovanni Alejandro Reyna (Sunderland, Inglaterra, 13 de noviembre de 2002), popularmente conocido como Gio Reyna, hijo del exjugador Claudio Reyna, quien fuera capitán de la Selección Masculina de Estados Unidos, representándola en cuatro mundiales, y de Danielle Reyna también exjugadora de la selección en su rama femenina.

Gio Reyna es una de las promesas del futbol estadounidense, debutó en la selección mayor en 2020 de la mano de Berhalter, quien asumió el cargo a finales de 2018. Se espera que Reyna llegue a conformar, junto con el grupo de noveles y talentosos jugadores que están encarrilados, el equipo que disputará el mundial de 2026.

Con 20 años de edad, su formación profesional se ha dado con el club alemán Borussia Dortmund que ha mantenido la apuesta por él, y en donde se ha mantenido con momentos destacados y goles; aunque no suele partir como titular, regularmente es una pieza de cambio.

Había expectativas que durante el pasado mundial iba a tener una participación notoria, lo esperaban los aficionados y por supuesto su familia, en especial su padre, Claudio Reyna.

El entrenador Gregg Berhalter durante la concentración catarí le comunicó a Gio que no iba a contar con él para el partido inicial frente a Gales y su participación no la tenía contemplada como prioritaria.

El jugador no asimiló con moderación el criterio de su técnico, asumiendo una actitud de desinterés y mal comportamiento; el cuerpo técnico, con Berhalter a la cabeza, le reprobó obligándolo a pedir disculpas y rectificar a lo interno de la selección. Su padre, Claudio Reyna, conocedor de la situación y con contactos a lo interno de la selección, como su excompañero Earnie Stewart quien era director deportivo en la federación, buscó intervenir para bajar los decibeles y a la vez pretender le concedieran minutos de juego.

Gio no figuró en la plantilla que empató con Gales (1-1), entró contra Inglaterra (0-0) los últimos minutos, desde el minuto 83; no estuvo ni entre los suplentes para la victoria 1-0 sobre Irán que le dio a Estados Unidos la clasificación a octavos de final, elogiada por el presidente Joe Biden. Volvería contra Países Bajos desde los 46 minutos ya con el marcador a favor de los neerlandeses 2-0, en el encuentro que perdieron 1-3 eliminándolos de la Copa. Hasta aquí era información de conocimiento popular.

Fuego cruzado

De regreso a casa, el trabajo de Berthalter había sido valorado, se consideraba un trámite la renovación del entrenador para continuar el proceso, pero de pronto una gota caliente provoca el fuego cruzado entre las familias.

Berhalter asiste a una conferencia sobre liderazgo en Nueva York, el 6 de diciembre, habla sobre la gestión de grupo y cómo una persona puede provocar una rotura, menciona directamente lo sucedido en Catar aunque no menciona el nombre, se da por entendido que se refiere a Reyna. No está autorizado oficialmente a tratar el tema en público y se supone que sus declaraciones no serán divulgadas, sin embargo se difunden por un boletín posterior del evento.

Viniendo del jefe del cuerpo técnico, el comentario prende en los medios de comunicación y las redes sociales, dejando señalado aún más al jugador. Se considera un desatino de Berhalter airear en público una situación que había abordado a lo interno, con el arrepentimiento del jugador y el grupo indultándolo, rompiendo además la confiabilidad de “los secretos” del vestuario.

El 4 de enero se conoce que la US Soccer lleva adelante, desde diciembre, una investigación sobre la vida pasada del entrenador, encargada a un bufete de abogados externos y que el punto de quiebre ha sido provocado por una filtración de Danielle Reyna, la madre Gio.

Danielle se ha sentido herida por lo que considera un ataque desleal y ha contado, días después de la conferencia de Berhalter, a su amigo Earnie Stewart, director deportivo en la federación, que ella esperaba una mayor comprensión del entrenador por el incidente provocado por su joven hijo, como lo habían hecho ellos con él cuando tenía una edad parecida (18 años).

Berhalter, había entonces golpeado a patadas, durante una discusión en 1991, a su actual esposa Rosalind, exjugadora también de la selección e íntima amiga de Danielle, compañeras de cuarto incluso, en un hecho que habían sabido curar cuando eran novios. Stewart llevó la acusación a la directiva de la federación provocando que se abriera una investigación desde el 11 de diciembre.

“Le dije a Earnie que pensaba que era especialmente injusto que Gio... todavía estuviera siendo arrastrado por el barro cuando Gregg había pedido y recibido perdón por hacer algo mucho peor a la misma edad”, dijo Danielle en un comunicado cuyas palabras registró el diario deportivo digital The Athletic.

La polémica estaba servida, la Federación se ha apartado de Berhalter, los Reyna quedaron como una familia vengativa que ha hecho un daño colateral a Rosalind y a sus hijos con Gregg. Se ventilaron posibles favorecimientos durante la elección de Berhalter como entrenador; Claudio Reyna queda igualmente tocado por su lobby para favorecer a su hijo poniendo en duda su capacidad profesional para seguir desempeñándose como director deportivo del club Austin FC, su empleador.

Earnie Stewart renunció como director deportivo de US Soccer. La opinión deportiva se dividió y Anthony Hudson, asistente de Berhalter, asumió como entrenador interino.

Hudson, ¿el indicado?

Con el partido ante El Salvador por la Liga de Naciones de la Concacaf, Anthony Hudson recibirá sus primeras calificaciones en un encuentro oficial como primer entrenador de una selección mayor.

A mediados de febrero visitó Alemania para reunirse con Gio Reyna, procurando reconducir la relación. El jugador ha demostrado su valor contribuyendo con su juego y goles a la actual campaña del Borussia Dortmund; Hudson lo quiere de su lado.

Aunque el tiempo parezca lejano (2026) la dirigencia estadounidense sabe que tiene que resolver el actual impasse nombrando un entrenador fijo, porque la meta es ser más que un organizador bueno y rentable como lo fue ya en 1994; la aspiración es de estar en la final. Allí se juegan una partida decisiva por posicionar definitivamente el soccer en Estados Unidos, buscan superar los cuartos de final alcanzados en la Copa Mundo de 2002.

En junio-julio se jugará una nueva edición de la Copa Oro. Para el año entrante, lograron cerrar con la Conmebol que la Copa América se dispute nuevamente en Estados Unidos. Hay una planificación para mantenerse compitiendo y exigiendo. El traspiés Berhalter-Reyna ha afeado la cara de la selección, apuestan a que el partido ante los salvadoreños les permita volver a centrarse en el crecimiento del fútbol estadounidense.

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