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Dinho, el amargo cumpleaños de un jugador excepcional
- 20/03/2020 00:00
- 20/03/2020 00:00
Ronaldo de Assis Moreira (Porto Alegre, Brasil, 21 de marzo de 1980), universalmente Ronaldhino, cumple mañana 40 años. Un aniversario esta vez más con ambiente de preocupación que con la algarabía y el desenfreno de ocasiones anteriores. Su todavía enorme popularidad, como su afable sonrisa, le hará llegar algunos presentes y muchos mensajes de felicitación, pero será un día opaco, condicionado a recibirlo en la celda de la Agrupación Especializada de la Policía Nacional de Paraguay. En contacto con otros presos, los policías que lo custodian y posiblemente algún(os) visitante(s) permitido(s).
Salvo que en las próximas horas la justicia paraguaya suavice su detención permitiendo una reclusión domiciliaria, que ya prácticamente denegó al rechazar una alta fianza de 1.6 millones de dólares o, por ejemplo, como una 'concesión' que hábilmente obtenga su abogado defensor debido al riesgo posible de contraer en el lugar el coronavirus, sumará su cumpleaños como un día más a su periodo de reclusión preventiva que hoy viernes cumple dos semanas.
Detenido el pasado 6 de marzo en Asunción, después de haber ingresado a Paraguay junto con su hermano Roberto, acusados por haberlo hecho con una cédula de identidad falsa y un pasaporte adulterado, en un entramado que el diario El País de España definió como un “...huracán de lavado de dinero y corrupción”, su situación podría cambiar en una semana.
Ese es el periodo contemplado para la entrega a las autoridades del informe con las pericias realizadas al contenido de los celulares incautados a su hermano y a los ciudadanos paraguayos involucrados en la contratación y promoción de los eventos programados. El informe permitirá demostrar a la fiscalía encargada que el exjugador brasileño es “inocente”, según su abogado. De acuerdo con la prensa paraguaya, las autoridades han extrañado que no haya un celular específico propiedad de Ronaldhino, dada su relevancia y actividad permanente en las redes sociales.
Moverse como un péndulo de un extremo al otro ha sido una constante signando su carrera: de querer tenerlo por su exquisito fútbol en los clubes en los que jugó a irle apartando por sus licencias libertinas en el tiempo libre. Para quienes gustan de las cábalas y la numerología para asociar fechas con comportamientos, posiblemente asocien al 21 día de su cumpleaños con un partido significativo, celebrado también un 21.
El 21 de julio de 2002 en el estadio Ecopa de Shizuoka, Japón, la Selección de Brasil disputaba ante Inglaterra el pase a la semifinal de la Copa Mundo Corea-Japón 2002. Era uno de los partidos más difíciles para Brasil; la selección inglesa solo había recibido en cuatro encuentros un gol y se estaba cerrando el telón del primer tiempo, perdiendo 0-1. Los fantasmas brasileños del pasado parecían regresar.
Inglaterra controlaba el juego. El árbitro concedió tres minutos de reposición. Alcanzando el segundo minuto adicional, Ronaldhino tomó el balón en el medio del campo, resquebrajó en una larga corrida artística con el balón 'pegado' a su pie (más emparentada con la danza que con el fútbol), a la aparente monolítica defensa inglesa que había anulado hasta ese momento a Ronaldo, el goleador. Cedió tocando magistralmente hacia la derecha la esférica a Rivaldo para que éste, con un impecable disparo cruzado, empatara 1-1. La canarhina se iba al vestuario con el tanque de oxígeno lleno en 'un juego de ajedrez', ahora en tablas.
De regreso al campo para el segundo período, en cinco minutos (50') Dhino volvió a ser Aladino. Cobró un lejano tiro libre cruzado (aproximadamente 30 metros), el balón se elevó en una parábola descifrable en dirección al guardameta David Seaman que lo esperaba enfocado, pero cuando llegó a la portería hizo un extraño movimiento mágico, se coló a sus espaldas, pegó en el travesaño y entró: 2-1... ¡Gol excepcional!
Rubén Pinzón estaba narrando el partido para la televisión panameña, yo lo acompañaba comentando en los estudios de Telemetro. ¿Le pegó al balón con esa intención? ¿Tuvo suerte? ¿Se equivocó Seaman por confiado? Todos los interrogantes posibles, pero una certeza: de los pies de Ronaldhino la fantasía era posible.
Realizaba su mejor partido del mundial, desplegaba todo su potencial y con seguridad sería elegido el jugador del partido. Parecía encaminado a estar entre los grandes protagonistas del evento. Ya era figura en el club francés PSG y en Europa la prensa especulaba con el interés manifiesto del Real Madrid por contratarlo. Para no dejar de sorprender, siete minutos después, una patada suya al inglés Mills le significaba tarjeta roja, expulsión. Sus pies también estaban hechos para 'un paso en falso'. Por la expulsión no jugaría la semifinal, perdería brillo llegando sin ritmo a la final que consagraría a Brasil pentacampeón, el último título conquistado por la verdeamarela. Ronaldo Nazario sería el goleador, la figura del Mundial y quien llegaría después al Real Madrid. En ningún otro partido de una Copa del Mundo, de las dos que disputó (2002 y 2006), sería tan determinante.
Al año siguiente (2003) pasaría del PSG al club Barcelona por 23 millones de euros. Dhino iluminó el Camp Nou y puso de pie al Santiago Bernabéu, los dos recintos más universales del fútbol español. Obtuvo la mayor distinción individual del fútbol profesional al ganar el Balón de Oro en 2005. Con el Barcelona conquistó la Champions League 2005-06, la segunda Champions del club de Cataluña por la cual vivía añorando viejos tiempos, dos ligas españolas y dos supercopas de España; fue escogido como Mejor jugador de la FIFA en 2004 y 2005. Alcanzó la cima.
Participó en el Mundial Alemania 2006; se esperaba que fuera su mundial, no lo fue. En el fondo, los encantos de la noche barcelonesa comenzaban a ganarse al ídolo, a mermar el físico y la disciplina requerida del jugador profesional para la alta competencia, aunque no dejó de sumar títulos.
Bautizó a Lionel Messi en el primer equipo, al servirle en bandeja el balón para el primer gol del novel jugador con el Barcelona, el 1 de mayo de 2005. Sin embargo, después de dos campañas sin títulos comenzaba su adiós. En 2008, con la llegada del técnico Pep Guardiola, el entrenador catalán anunciaba el cierre de las 'puertas del vestuario' al 'clan de los rumberos' que lideraba el jugador carioca. Apartaba a Messi de su compañía e iniciaba una era exitosa liderada ahora por el jugador argentino.
Un nuevo itinerario de vuelo lo llevaría en 2008 al Milán. En Italia mezcló actuaciones altas y bajas; arribó luego contradictoriamente al club brasileño Flamengo, para enfurecer a la afición del Gremio, equipo que lo había formado y del cual se había fugado para irse al PSG, y que esperaba ansioso con su retorno borrarle su condición de 'traidor'. Firmó después con el Atlético Mineiro, con el que alcanzaría la Copa Libertadores (2013); seguidamente recaló en el mexicano Querétaro, y terminó su travesía de jugador en el brasileño Fluminense en 2015. Verlo jugar y tenerlo en el equipo fue siempre un lujo, Ronaldhino nadó en dinero.
A su hermano mayor, Roberto, se le ha señalado como el agente determinador de a qué equipo iba y cuándo se cerraba un contrato; de ser quien le ha manejado el ciclo en retiro con partidos de veteranos, de beneficencia, homenajes, así como las malas inversiones, etc. Es Roberto con quien está detenido en Paraguay.
El exjugador carioca fue designado embajador del Barcelona en 2017, una distinción que fue retirando la institución después de que se involucrara en la política brasileña apoyando la candidatura de Bolsonaro. Luego sumó el hecho de que, en 2018, la Fiscalía de Brasil le retiró el pasaporte, al encontrar en su cuenta bancaria 6 euros al momento de darle seguimiento a una condena por 2 millones de euros en 2015, por la construcción de una plataforma de pesca y una estructura para atracar barcos en una reserva protegida.
Ello le impidió salir de Brasil por un tiempo, pero al nombrarlo el presidente Bolsonaro embajador Turístico, se las arreglaron políticamente para viajar, programar y cumplir con eventos, hasta el pasado 6 de marzo, cuando le mostraron nuevamente una 'tarjeta roja'. Anecdóticamente, el hecho aconteció en Asunción, la capital paraguaya donde está la sede de la Conmebol, el ente máximo que rige el fútbol de Suramérica.
Un happy birthday de Ronaldhino particularmente adverso. Ojalá supere este tramo retomando el buen camino, su aún amplio crédito como jugador inigualable y maravilloso de fútbol, inventor de la famosa espaldinha, todavía le permite encauzarse para vivir del fútbol. A no ser que Adolfo Marín, el abogado que encabeza su defensa, tenga razón cuando en su defensa dijo que Dinho “era un tonto”; entonces, contra esa voluntad poco puede hacerse...