Francia vs. España, una final deseada que pudo descarrilar

  • 07/08/2024 00:00
Europa se quedará con el oro en el fútbol olímpico, tras 32 años sin conseguirlo y sin que dos de sus selecciones se enfrentasen entre si en la final

El Parque de los Príncipes recibirá este viernes a las selecciones de Francia y España para disputar una final inédita por el oro del fútbol olímpico masculino. Los franceses vuelven a decir presente en esta instancia tras 40 años, después de hacerlo en Los Ángeles 1984 cuando vencieron 2-0 a Brasil, para adueñarse del oro en la única vez que lo han obtenido.

España repite consecutivamente final tras haberlo hecho en Tokio 2022, en donde se quedó con la plata tras caer derrotada ante Brasil 2-1 en la prórroga; contaba con un equipo integrado por algunos de los jugadores que brillantemente ganaron la reciente Eurocopa 2024 y dirigidos por el mismo entrenador con el que lo acaban de lograr, Luis de la Fuente.

La escuadra ibérica se colgó el oro en Barcelona 1992 hace 32 años, venciendo 3-2 a Polonia, el ciclo de tiempo es el mismo que llevaban dos selecciones europeas sin disputar una final olímpica entre sí. Se ha garantizado ahora que el oro volverá a quedarse en Europa.

Para los franceses y los españoles se puede afirmar que la presión por ganar es alta, casi idéntica. Francia puso el foco en el fútbol entre los deportes a los que concedió preferencia por su arraigo popular. En el fútbol femenino se apostó por el entrenador Hervé Renard, no se le juzgó por el bajo resultado en el mundial Australia y Nueva Zelanda, el año pasado, concibiendo que el objetivo eran los olímpicos; el resultado ha sido una decepción nacional, ni se acercaron al bronce, eliminados en los cuartos de final por Brasil.

Para la selección masculina se inclinaron para entrenador por Thierry Henry, una de sus figuras históricas. ‘Tití’ ha respondido posicionando el equipo en la final, con derecho mínimo a la plata. Se puede afirmar que ha cumplido, pero no les es suficiente, se quiere el oro porque está más cerca que nunca para las generaciones que han pasado desde Los Ángeles 1984. Y ser de nuevo anfitriones para gozar de esa condición, no se vislumbra cercano en el horizonte.

España, que se ha convertido en un referente natural del primer nivel del fútbol de selecciones y de las ligas profesionales, de perder esta final significaría su tercera ocasión fallida desde Barcelona 1992, si contamos la de Sidney 2000 ante Camerún en la que empataron 2-2, cayendo en la definición por penales 5-3. Con la de 2020 y de darse en esta de 2024, igualarían a la extinta Yugoslavia (1948, 1952, 1956) y Brasil (1984, 1988, 2012), como las selecciones que más la han perdido. Así que obtener el oro es imperativo para que los olímpicos no se les conviertan en una pared en la que rebotan.

Cómo llegan

Esta era una cita futbolística deseada, pero necesitaba que el calendario de la competición descarrilara antes de que el tren les llevara a París para pulsear por el oro, a lo que contribuyó Egipto, atravesándose al pasar como primera del grupo C derrotando a España, la favorita; así se evitó que España fuera primera, porque de seguirse el cauce de los pronósticos, si luego superaban los cuartos de final, galos e ibéricos hubiesen tenido que chocar obligatoriamente en semifinales.

Se ha contado también que, tanto los españoles contra los marroquíes y los franceses frente a los egipcios, vivieron tramos de angustia dado el marcador y el cronómetro en contra en las semifinales, a lo cual le dieron vuelta para disipar la amenaza de meter a las selecciones árabes por primera vez en una final olímpica.

Esos hechos que llaman en el fútbol los imponderables, han permitido esta final con todos los ingredientes deportivos ofrecidos en el menú para que se dé un partido a la altura de lo que representa el duelo, dos equipos con argumentos futbolísticos colectivos para plantar un partido atractivo y reñido, con figuras en ambos lados para resolverlo cuando se requiere el aporte individual ante la neutralización del juego en conjunto, y un escenario con un ambiente que seguramente engalanará la final.

Los franceses llegan con cinco victorias superaron 3-0 a Estados Unidos, 1-0 a Guinea, 3-0 a Nueva Zelanda, 1-0 a Argentina y 3-1 a Egipto, presentando fortaleza defensiva (solo han recibido un gol), y exhibiendo manejo en el medio campo y potencia para imponerse en el juego aéreo, allí Mateta es su principal arma. Lacazette y Badé arrastran marcas, mientras Olise es el eje del mediocampo. Sin embargo, Argentina les desnudó carencias cuando los presionó desde la salida con balón, impidiéndoles generar juego, y Egipto con disciplina táctica logró desesperarles; España seguramente tendrá muy en cuenta estas situaciones a evaluar como recursos.

A los españoles el camino hacia la final se les ha presentado con baches e inconsistencias especialmente en el arranque de los partidos, les ha costado encontrarse. Vencieron 2-1 con problemas a Uzbekistán, superaron 3-1 a República Dominicana, cayeron luego 2-1 ante Egipto, superaron en cuartos de final 3-0 a Japón con comodidad, pero sufrieron con Marruecos en los cuartos, en los que el acierto de su entrenador Santi Denia, al introducir de cambio a Juanlu, les permitió respirar para hacerse con el boleto. Juanlu les aportó el gol de la victoria 2-1 a los 84 minutos. Denia afirmó autocríticamente al concluir el desafío ante Marruecos: “Lo que tengo que mejorar es empezar bien los partidos, mejorar en el plan inicial. En los detalles, para poder conseguir el oro”.

España tiene en Álex Baena y Fermín López a dos de sus mejores jugadores, especialmente en Fermín sobre quien gira el armado del equipo hacia arriba; por su pujanza y claridad les da posibilidades de llegada y aporta también gol. Ha mostrado a diferencia de Francia que es más permisivo en permitir el gol, le han anotado en cuatro de los cinco partidos, solo frente a Japón mantuvo su valla en cero. Un aspecto no menor para tener en cuenta para un partido en el que se prevé que puede decantarse para uno de los dos lados, por la mínima diferencia en el marcador. La de Francia ante España es una final olímpica que ya está palpitando en el corazón de franceses y españoles, los marcará en el recuerdo de París 2024.

Lo Nuevo