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- 29/01/2021 00:00
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Por lo general se piensa que su llegada al Salón de la Fama es muestra de su perfil de “personaje de segunda fila”; de hecho, no fueron los cronistas quienes lo exaltaron, sino los expeloteros con derecho a voto en el llamado Comité de Veteranos (1996).
Estos prejuicios son absurdos y no pocas veces injustos, ya que la verdadera inmortalidad la da el conjunto de factores cuantitativos y cualitativos, que formó la trayectoria de un jugador de béisbol. Nos referiremos en esta columna a la gesta en las mayores del lanzador Jim Bunning, quien durante 17 temporadas (1955-1971) se mantuvo en la gran carpa, con muy buenos números.
Bunning comenzó su andar en las mayores con los Tigres de Detroit (el 20 de julio de 1955), en un encuentro contra los Orioles de Baltimore.
Al novato le tocó abrir el juego y se mantuvo en el montículo por espacio de 7.2 entradas, recibió seis carreras y cargó con la derrota.
Su primera victoria llegaría cuatro días después, frente a los Senadores de Washington. Le faltó un out para completar el juego, repartió ocho ponches y recibió tres carreras .
Si analizamos en ambas ligas el periodo que va desde 1955 a 1971, ningún lanzador llegó a ponchar a más bateadores que Bunning. Si revisamos las victorias, en ese lapso solo lo supera Juan Marichal.
El balance final de Bunning es de 224-184, promediando una ERA aceptable de 3.27, un FIP de 3.22 y un WHIP de 1 .179, detentando, a su vez, una ERA+ de 115. Durante esas 17 campañas Bunning logró, entre otras cosas :
° 5 temporadas de 19 o más triunfos
° 6 temporadas con ERA < 3.00.
° 6 temporadas con > 200 Ponches.
° 3 lideratos de ponches.
° 1 liderato de victorias (20) en 1957.
° 1 liderato de FIP (2.86) en 1960.
° 2° en la votación del Cy (1967).
Durante su carrera, Bunning logró abrir un total de 519 juegos, con 159 salvados (un extra en su contribución monticular) y 40 blanqueos. Entre 1955 y 1963 estuvo en la Liga Americana (con los Tigres de Detroit), luego pasa a los Filis de Filadelfia, para convertirse en el segundo lanzador en la historia en tener al menos 1,000 ponches y 100 victorias en cada liga. De acuerdo con información del sitio especializado Baseball Reference, cuando Bunning se retira solamente era superado en ponches propinados por el gran Walter Johnson.
Una curiosidad con Bunning: de los 755 cuadrangulares del recién fallecido Hank Aaron, uno fue dentro del campo o “jonrón de piernas”. Ese batazo se lo conectó a Bunning el 10 de mayo de 1967.
En su etapa con Detroit Bunning tuvo la oportunidad de lanzar una joyita: el 20 de julio de 1958, frente a Boston logró un juego sin hits ni carreras, esto lo repetiría del lado de la Nacional el 24 de junio de 1964, ese día tuvo la máxima expresión del dominio de un pitcher: ¡Un juego perfecto! ¿Las víctimas? Los Mets de Nueva York. Una joya por cada liga. A propósito de ese juego perfecto hay una anécdota que relata el catcher de los Filis, Gus Triandos. El receptor refiere que: “Faltando dos outs para terminar el juego me llama Bunning a la lomita y me dice que necesita que le cuente un chiste. Como no se me ocurría nada, comencé a reírme de él”.
Bunning fue un excelente pitcher, observar sus logros permite revaluar lo que equivocadamente hemos pensado de él. Eso sí, fue discreto, pero efectivo. Un inmortal de primera.
Después de su retiro (1971) del béisbol, Bunning tuvo un breve periodo (1972-1976) como mánager de equipos de las menores, hasta encontrar a partir de 1977 su otra pasión: la política. Fue representante, senador estatal y luego senador nacional, logrando incluso la reelección para el Senado (2005).
En mayo de 2017, tras sufrir un derrame cerebral en octubre del año previo, falleció este batallador ser humano que fue Jim Bunning.