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- 22/01/2024 00:00
- 21/01/2024 19:31
En la pelota nacional quizás no sea tan conocido, porque su retiro se dio aún bastante joven y mucha agua ha corrido por debajo del puente desde entonces, pero el nombre de Azael Domínguez perdurará por siempre en su historia.
El deportista santeño es oficialmente el primer líder jonronero del béisbol mayor, luego de que comenzaran a ordenarse las estadísticas de los campeonatos nacionales.
Domínguez apenas bateó 40 batazos de vuelta completa, pero suficientes para ser considerado el primer monarca, si se toma en cuenta que los primeros veintisiete torneos se realizaban en una semana y a una sola vuelta.
La situación económica del país fue la principal razón que se esgrimió para que la competición fuera tan corta, y no permitiera a los peloteros amasar mejores números.
Además, para algunos protagonistas de la época, hubo muchas deficiencias en los primeros años de campeonatos, una de ellas, cómo se llevaban las anotaciones y la compilación de las estadísticas.
Esta situación hizo perder mucha información sobre el desempeño de los jugadores y de los mismos equipos, en los aspectos ofensivos, defensivos y de pitcheo.
Es a partir de los años 70 que los torneos llegan a tener una serie adicional, en la que participaban los primeros cuatro equipos y, a partir de la siguiente década, se jugaron tres etapas y después cuatro, además de adicionar una segunda vuelta a la serie regular.
Este es el marco de referencia en el que se desenvolvió Domínguez, quien jugó toda su vida con el equipo de Herrera, y en once años tuvo 169 turnos al bate.
Aún así, se destacó y fue considerado uno de los mejores de su época, en la que jugó en la tercera base, bateó para promedio de .268, remolcó 153 carreras y anotó otras 144.
Cuando se retiró del béisbol nacional en 1983, apenas contaba con 28 años e inmediatamente se enroló en el softbol, donde también dejó su nombre marcado para la historia.
Esta es parte de la vida deportiva de uno de los históricos del béisbol nacional.
Un temprano retiro
Azael dio sus primeros pasos en el béisbol en Herrera, pero la situación económica y de estudios, lo llevó también a Coclé, donde se mantuvo practicando.
“Nosotros somos de Pesé, pero no teníamos las facilidades para estudiar y me fui donde mis hermanos que trabajaban en el ingenio, y es allí donde comienzo a jugar en Coclé”, explicó.
El primer deporte que practicó fue el fútbol, donde sobresalió de tal manera que representó a Herrera en su edad juvenil, pero un viaje a Venezuela como pelotero lo cambió todo.
“La verdad es que jugaba las dos cosas, pero llegué a ser selección juvenil de un equipo que fue a Caracas y me gustó mucho, por lo que me quedé jugando béisbol, siempre como tercera base”, señaló.
Azael fue campeón con el equipo juvenil herrerano en 1971 antes de saltar a la máxima categoría, donde brilló mucho más al lograr varios títulos individuales, además de acompañar al equipo grande en tres de sus coronaciones.
Fue campeón con el equipo mayor en 1977, 1980 y 1982, así como máximo jonronero en las temporadas de 1978 y 1980 (3) y de carreras anotadas (20) en 1978.
“Jugué béisbol once años. Me retiré a los 28 años, porque pensé que eran suficientes, además de que debía prepararme para vida profesional y sostener a mi familia”, señaló.
Anécdotas por doquier
Muy pocos peloteros han logrado batear imparable en su primer turno al bate como novato, y otros pocos lo han podido hacer en su último turno, principalmente si es jonrón. Ese no fue el caso de Azael Domínguez.
Esa primera ocasión con el equipo grande jamás será olvidada por el exantesalista herrerano, porque pegó incogible en su primer turno ante el santeño Eugenio Fuentes, y después sacudió doble ante el relevista Felicio Solís.
Al despedirse de los campeonatos en 1983, la sacó del parque como para que lo recordaran por siempre.
“La saqué del parque por el jardín izquierdo frente a la novena de Panamá Oeste en el estadio Rico Cedeño”, comentó.
Ese año, también disputaron el título del torneo frente a la selección de Panamá Metro, pero se quedaron con las ganas de llevarse un nuevo trofeo.
“Ese año recuerdo que perdimos frente a Panamá Metro en el último episodio con las bases llenas, que si lográbamos anotar, éramos campeones, pero perdimos”, recordó.
“Es un momento que no se olvida”, añadió.
“Otro recuerdo que tengo fue en el año 80 en que, quedamos campeones también frente a Panamá Metro. El único hit que se bateó fue un cuadrangular mío ante Wilfrido Córdoba en el séptimo y ganamos, 1 a 0”.
Precisó que, por esos años, Herrera contaba con uno de los mejores cuerpos de lanzadores que haya tenido cualquier equipo, en la historia de los campeonatos nacionales.
“Ese equipo de Herrera era bárbaro. Vladimir Vega, Eustorgio González, Víctor Mendoza. No creo que haya existido un equipo de pitcheo tan duro como ese”, sostuvo.
Azael tuvo la oportunidad de batear con bates de madera y de aluminio y con ambos se hizo sentir, ya que, en su opinión, quien tiene fuerza no importa qué tipo de bate utilice.
“El aluminio ayudó, pero cuando se tiene poder, hasta con bate de madera se pega duro”, indicó.
Aún así, con aluminio o madera, cree que el serpentinero más difícil al que enfrentó fue a Ronaldo Montero, quien primero jugó para Panamá y después para Panamá Oeste.
“Montero fue el más difícil, porque no tenía tamaño para la velocidad que tenía, y engañaba con esos ganchos que tiraba”, dijo.
Llegada al softbol
El retiro del béisbol, podría decirse que fue una ‘jugada’ estratégica de Azael, porque siguió como pelotero, pero de softbol, una disciplina que practicaba igualmente.
“Entré de lleno al softbol, al que no se le dedica tanto tiempo, porque un campeonato se realizaba en una semana, a diferencia del béisbol que era muy largo”, señaló.
En este deporte también jugó por once años, en los cuales logró conquistar cuatro títulos nacionales con Herrera.
Allí enfrentó a grandes serpentineros como Charlie Welch y Héctor Spencer, entre otros.
“Spencer era un excelente lanzador. Cuando llegué, él estaba finalizando su carrera, aunque aún estaba fuerte”, apuntó.
“La primera vez que nos enfrentamos, me tiró un drop y traté de aguantar el bate, y al hacerlo me golpeé la frente y me causé una herida”, señaló.
Azael viajó junto a Welch, Spencer, Augusto Maldonado y otros, al Panamericano de Indianápolis en 1978, y al mundial de softbol en Midland, Michigan en 1984.
Azael está hoy dedicado al béisbol de categorías menores, donde ha alcanzado éxitos como técnico, tanto a nivel nacional como en el exterior, porque es un convencido de que para que haya buen béisbol, hay que trabajar el semillero.