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- 13/03/2024 00:00
- 12/03/2024 21:05
Por los resultados que se han logrado frente a la Selección de México desde 2013, se les ve cada vez que se les enfrenta como el obstáculo insalvable donde se detiene regularmente todo el empuje de la Selección de Panamá.
Desde entonces, jugando acá de local con el máximo esfuerzo y al máximo nivel panameño, ha alcanzado para contentarse con el meritorio empate. En los duelos entre ambos en territorio mexicano y en los disputados en suelo estadounidense (donde por su enorme afición también juegan en casa), la alegría se ha decantado para el lado azteca.
El elogiable proceso que ha liderado el técnico danés Thomas Christiansen no ha podido firmar una página memorable en la historia del fútbol nacional que “corone” con un éxito trascendente el trabajo: clasificación al Mundial o un título internacional.
Dos antecedentes existen en el fútbol masculino, con los entrenadores Gary Stempel, con quien Panamá alcanzó su primera clasificación a un mundial Sub-20 y el título de Campeón de la Uncaf; y con Hernán Darío Gómez, con quien se logró la clasificación a la Copa Mundo en 2018.
Durante la dirección de Christiansen la selección panameña ha cohesionado un grupo de jugadores con un rendimiento y una propuesta de juego dinámica y atractiva, ostentado hoy el liderazgo del fútbol en Centroamérica. Desplazando de ese puesto con argumentos y claros resultados, a Costa Rica, referente principal y poseedor de las principales ligas profesionales de fútbol masculino y femenina del área.
Desde su bautizo con la selección canalera, Christiansen le encontró la horma del zapato a los ticos, aunque con ellos perdió uno de los más importantes duelos de su ciclo, al caer los canaleros derrotados 1-0 en el segundo partido eliminatorio entre ambos para el mundial; la eficacia tica se impuso al mejor juego de los panameños. Un resultado que a la postre impulsaría a Costa Rica a la clasificación y dejaría a Panamá sin la opción del repechaje. México ha sido el rompecabezas que no han podido desarmar.
No se debe desmeritar que la Selección de Panamá ha crecido en sus enfrentamientos contra México en las últimas tres eliminatorias mundialistas en las que empató aquí los duelos correspondientes.
Jugando en ciudad de México se cayó ajustadamente. En las eliminatorias para el mundial 2014, se perdió 2-1 en un encuentro cerrado que llegó a estar empatado 1-1; en la de 2018 fue un 1-0 y en la del mundial 2022, con Christiansen al mando, se perdió también 1-0, con un penal riguroso en contra rozando los 78 minutos.
La fría estadística que habla con los resultados escuetos, nos dice que la primera vez que se enfrentaron el 20 de febrero de 1938, por los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Panamá, fue un empate 2-2; de allí discurre hasta nuestros días, primando un sobrado número de victorias mexicanas, quebradas con dos partidos triunfales en 2013 bajo la dirección de Julio Dely Valdés.
Aquellas dos victorias por la Copa Oro 2013, la primera 2-1 en la fase de grupos y la segunda repitiendo el marcador 2-1 para eliminarlos en la semifinal, dieron alas a una generación panameña que estuvo a punto de dejarles por fuera de Brasil 2014; esta generación conseguiría atrapar su gran sueño al estar presente en Rusia 2018.
Pasaron 75 años entre esta generación que derrotó a los mexicanos dirigidos por ‘Chepo’ De La Torre, en la que estaban, entre otros, Blas Pérez, Román Torres, Gabriel Torres, Roberto Chen, Leonel Parrish, Cecilio Waterman, ‘Gavilán’ Gómez, Jaime Penedo, y aquella del primer empate 2-2 en 1938 de la que solo quedan en un tímido recuerdo los nombres de quienes lo jugaron por Panamá: Sogandares, Romulton y Emel Ospino, Pinnock, Gallo Tapia, Pinate, Alzamora, A. Ospino, Anderson, Nevil y Prados (La Estrella de Panamá, 21 de agosto de 1938).
Hoy han trascurrido casi 11 años desde aquellas dos victorias de 2013. En este tiempo los mexicanos han esquivado un nuevo posible triunfo panameño en dos partidos que los aproximaron: el de la bochornosa semifinal de la Copa Oro 2015 con el favor del árbitro estadounidense Mark Geiger. Y el de la última Copa Oro 2023 en que un pecado de exceso de arrojo de los panameños permitió en los minutos de reposición la victoria mexicana 1-0, con los tiempos extras tocando en la puerta.
De aquellos dos lejanos triunfos a la fresca última derrota en la final de la Copa Oro 2023, sobrevive en la lista de los jugadores inscritos para esta semifinal de la Liga de Naciones 2023-24 y la Copa América 2024, el nombre de Alberto ‘Negrito’ Quintero.
Quintero fue protagonista reluciente de aquellas dos victorias, aportando su peculiar cuota creativa en el mediocampo istmeño, y en el último enfrentamiento se le escapó una ocasión inmejorable para adelantar a Panamá en el marcador.
Retirado del fútbol peruano en donde dejó huella de su talento, agilidad y capacidad con el balón, en este que se entiende como el período para el cierre de su carrera como jugador, ha recalado en el club Plaza Amador en la presente temporada, para estar cerca de su entorno familiar y mantenerse activo. Si no se le atraviesa un imprevisto en el camino, como ocurrió en el mundial de 2018, Alberto Quintero tiene nuevamente la oportunidad de aportar su ADN ganador para quebrar de nuevo la racha mexicana sobre Panamá.
El AT&T Stadium, en Arlington, Texas, Estados Unidos, será el escenario de la semifinal de la Liga de Naciones de la Concacaf, el jueves 21 de marzo. A él llegarán la Selección de Panamá y Thomas Christiansen, con el ambiente y los pronósticos en contra para decidir en 90 minutos, 30 adicionales de tiempo extra o tanda de penales, a uno de los dos finalistas de esta versión 2023-24.
¿Tienen posibilidades el entrenador y la selección panameña de romper los pronósticos ante una escuadra mexicana que ha renovado la motivación y bajo los aires frescos de su joven entrenador Jaime Lozano? Con la palabra inmediata se dirá si afirmar lo contrario es abocarse al pesimismo, y en el fútbol más allá de reconocer las fortalezas del rival, la primera anotación suele caer cuando entras anticipadamente derrotado.
Pero hay algo más que solo respuestas lógicas: Thomas Christiansen conoce a Lozano y conoce a México, y ha demostrado una capacidad estratégica y táctica con la selección que ha ido en crecimiento desde su llegada. El equipo le ha respondido en el campo, goza de credibilidad. Salvo que sufrieran una descompensación en el rendimiento que vienen mostrando, se espera que les plantee un partido complicado a los aztecas.
Es cierto que no les ha ganado durante su gestión. De los dos partidos por eliminatoria mundialista empató 1-1 aquí y perdió 0-1 en México. Perdió 1-0 también por el tercer lugar en la Liga de Naciones 2022-23 y cayó 1-0 por la Copa Oro 2023, los dos encuentros en Estados Unidos.
Pero son resultados que no cierran la puerta a que se presente un cambio de rumbo. La lectura que provoca el análisis es la de priorizar el saber defenderse inteligentemente, sin reducir el juego a ello, a meterse atrás. En los cuatro partidos citados, en todos los mexicanos les han anotado; no le ha sido posible mantener la portería en cero.
El más incomprensible fue el último, con el que se perdió 1-0 la Copa Oro 2023: México les anotó en una jugada de contragolpe cuando el tiempo expiraba, y Panamá estaba volcado en busca del gol, ¿acaso iba perdiendo Panamá para asumir ese riesgo innecesario?
Christiansen deberá elaborar un plan y los jugadores ejecutarlo reduciendo los márgenes de error de principio a fin. Tienen el conocimiento y potencial para cambiar la historia de los buenos partidos ante ellos, llevan 11 años sin hacerlo.
Es un techo de cristal que está hecho para romperlo o se convertirá en una losa en la que se estrellarán los anhelos de la selección panameña de seguir creciendo, cuando encuentre a México en medio del camino.