Las zonas marino costeras y la amenaza por la contaminación de los ríos

Actualizado
  • 18/02/2022 00:00
Creado
  • 18/02/2022 00:00
El control de la contaminación hacia estas áreas requiere que el manejo del suelo y del agua estén integrados, y que sean gestionados considerando las actividades de todos los usuarios de la cuenca
Con el pasar de los años y debido al crecimiento de la contaminación en los océanos, el concepto de contaminación marina ha sido ampliado para incluir factores de degradación de las franjas costeras y del medio marino.

Jairo Escobar, consultor de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la Comisión Económica para América Latina  (Cepal), elaboró el documento 'La contaminación de los ríos y sus efectos en las áreas costeras y el mar' y en este documento revisado por Axel Dourojeanni y Andrei Jouravlev, se indica que la contaminación que llega al mar lo hace a través de los ríos y a través de la escorrentía costera, lo que produce efectos que impactan en gran medida los estuarios y recursos vivos.

Debido a esto, en la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, la comunidad internacional adoptó el enfoque de manejo integrado del ambiente y se comprometió tanto a una ordenación integrada y sostenible de las zonas costeras como a promover prácticas de ordenación de cuencas hidrográficas, para prevenir, controlar y reducir la degradación del medio marino.

Naciones Unidas indica que se entiende por contaminación del medio marino “la introducción por el hombre, directa o indirectamente, de sustancias o de energía en el medio marino incluidos los estuarios, que produzca o pueda producir efectos nocivos tales como daños a los recursos vivos y a la vida marina, peligros para la salud humana, obstaculización de las actividades marítimas, incluidas la pesca y otros usos legítimos del mar, deterioro de la calidad del agua del mar para su utilización y menoscabo de los lugares de esparcimiento”.

Un estuario es por definición de la Real Academia de La Lengua Española, la desembocadura de un río caudaloso en el mar, caracterizada por tener una forma semejante al corte longitudinal de un embudo, cuyos lados van apartándose en el sentido de la corriente, y por la influencia de las mareas en la unión de las aguas fluviales con las marítimas.

Uno de los grandes desafíos para controlar la contaminación del mar y de las zonas costeras es entender el ecosistema marino-costero.

Naciones Unidas refiere que la contaminación proveniente de las cuencas hidrográficas es considerada conceptualmente como la fuente que contamina los estuarios.

Con el pasar de los años y debido al crecimiento de la contaminación en los océanos, el concepto de contaminación marina ha sido ampliado para incluir factores de degradación de las franjas costeras y del medio marino, de manera que se puedan incluir y diferenciar las fuentes terrestres de contaminación marina.

Cuando se indican fuentes terrestres de contaminación marina, la Cepal se refiere a las fuentes puntuales y difusas, es decir contaminación directa o indirecta, que contribuyen con la contaminación de los océanos y los contaminantes que son transportados por los ríos, estuarios, canales y otros cursos de agua, incluyendo las filtraciones al mar provenientes de flujos superficiales y subterráneos así como las descargas de aguas residuales de tanques sépticos, emisarios submarinos o de plantas de tratamiento defectuosas.

Además, se consideran las fuentes de contaminación generadas por la sedimentación resultante de la erosión y de las prácticas del uso de la tierra dentro de la cuenca y en las zonas costeras, con especial énfasis en los relaves mineros descargados a los ríos y arrojados a los océanos.

Cerca de la mitad de la población mundial está localizada a menos de 60 kilómetros de la costa, población que se ve afectada por sus propias actividades económicas e industriales, pues la contaminación causada por las actividades antropogénicas impacta en la salud de los ecosistemas.
¿Por qué son importantes las zonas costeras?

Las franjas costeras son las áreas donde desembocan los ríos y afloran las aguas subterráneas antes de unirse al mar. Es en estas zonas donde existen ecosistemas compuestos por humedales, lagunas costeras, marismas, manglares, tierras húmedas, hábitats de aguas dulces, estuarios. y zonas ribereñas, cuya interconexión propicia el intercambio de nutrientes con el agua dulce, sólidos disueltos, partículas y recursos vivos provenientes de los continentes van creando hábitats para diversas especies y generando el valor ecosistémico de las zonas costeras.

Funciones ecosistémicas

Cada servicio ecosistémico está asociado a una función ecosistémica, así, al mencionarlos se indica primero el servicio ecosistémico y posteriormente su función asociada.

De esta forma, el ciclo de los nutrientes está asociado al almacenamiento y procesamiento de nutrientes para la fijación del nitrógeno y fósforo; el tratamiento de desechos está asociado a la remoción y descenso de exceso de nutrientes y contaminantes; la regulación de las alteraciones está asociada al amortiguamiento del impacto producido por alteraciones climáticas como el aumento del nivel del mar, lo que permite la protección en las zonas costeras de los impactos en las tormentas, inundaciones y apoyo en la recuperación de las sequías.

El servicio ecosistémico de alimentación está asociado a la productividad primara extraíble como el alimento que está asociado a la acuacultura costera. El refugio está asociado a la generación del hábitat y a la protección de la biodiversidad de las especies migratorias, entre otros.

Los servicios provisionados por los ecosistemas acuáticos costeros han sido contabilizados a nivel global, a partir de la estimación de los costos de reproducirlos en una “biosfera artificial” en $ 11.4 trillones.

Manejo de la contaminación en las zonas costeras

Cerca de la mitad de la población mundial está localizada a menos de 60 kilómetros de la costa, y se ve afectada por sus propias actividades económicas e industriales, pues la contaminación causada por las actividades antropogénicas impacta en la salud de los ecosistemas.

Un ejemplo de ello es el señalado en documento de la Cepal, donde se menciona que las aguas no tratadas, llamadas aguas servidas provenientes de San Miguelito, Tocumen, Arraiján y La Chorrera son introducidas a la bahía de Panamá a través de los ríos Matasnillo y Juan Díaz, Aguacate y Caimito, y por ello existen puntos de muestreo que marcan la existencia de coliformes totales y fecales en las aguas y algunas playas de la bahía de Panamá.

Parte de la solución a las consecuencias de la contaminación en las zonas marino costeras es aplicación de la gestión del agua por cuencas, puesto que, desde este enfoque, la calidad del agua y la protección de los ecosistemas se manejan como elementos esenciales en el manejo integrado de la cuenca, permitiéndose así el control de la contaminación.

El control de la contaminación hacia las zonas costeras requiere que el manejo del suelo y del agua estén integrados y que sean gestionados contemplando las actividades de todos los usuarios de la cuenca.

Al establecer controles de contaminación de acuerdo con los usos del agua en la cuenca, se controla que en las planicies de inundación cuando ocurra el transporte y almacenamiento temporal de contaminantes y sedimentos, que posteriormente serán depositados en el mar, estos se encuentren entre los limites aceptables que no causen impactos ambientales en los ecosistemas.

Desafíos

Uno de los retos es entender el ecosistema marino costero, para que la contaminación generada a cientos de kilómetros de distancia del punto de descarga pueda ser identificada para su control.

El control de la contaminación requiere del monitoreo constante y de la colaboración de las autoridades locales y regionales de las instituciones , como el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), el Ministerio de Salud (Minsa) y las universidades que reciben fondos provenientes de los concursos de investigación a través de las convocatorias de la Secretaria Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación (Senacyt).

A través de estas investigaciones, Panamá ha ganado conocimiento científico para la toma de decisiones que garanticen la protección de las zonas marino costeras.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones