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- 01/09/2020 00:00
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Recientemente, la cantante panameña Ingrid de Ycaza hizo un llamado en torno a la importancia de fiscalizar lo que hacen los niños en internet.
Su publicación reveló el caso de una menor de edad acosada a través de una aplicación, que hizo referencia a un concurso y le solicitó a la niña que enviara fotos desnuda.
“Creo que como mamá, y teniendo una cantidad considerable de seguidores, es responsable difundir esta información que puede pasarle a cualquiera”, indicó
La Asociación Española de Pediatría explica que el ciberacoso o cyberbullying ocurre cuando un menor es víctima de maltrato, insultos, amenazas y calumnias a través de las redes.
En cambio, el grooming sucede cuando un adulto se hace pasar por un menor de edad, para ganar su confianza con fines sexuales, seduciendo y engañando al menor para solicitar fotos o videos íntimos.
Pedro Rondón, psicólogo, explica que el diálogo entre padres e hijos es fundamental para generar confianza. “Un depredador sexual en redes aprovecha las fisuras que hay en la relación del menor con los padres para aislarlo y cumplir sus objetivos a través del grooming. Los menores deben saber, sin exageraciones, sin generar miedo o rechazo a la tecnología, que existen personas malintencionadas que tratan de abusar de ellos a través de las redes sociales”.
Para evitar esta situación, el experto recomienda que las cuentas de las redes sociales estén a nombre de los padres y señala que se deben establecer controles parentales en los equipos, así como instalar las computadoras en lugares comunes, donde los adultos puedan observar las rutinas de los hijos.
“Hay que aconsejar al menor que solo acepte en sus redes a gente que conozca personalmente. Es importante determinar horarios para el acceso a internet. De noche es cuando los depredadores entran a las redes, porque saben que el menor ya está solo”, registra Rondón, “se debe explicar el peligro de citarse con personas que ha conocido a través de las redes; asimismo hay que revisar los contactos que tiene el menor; no hay que permitir que el chico suba fotos con uniforme, en la puerta de su casa o del colegio; los menores no deben plasmar su nombre, el colegio donde estudian o dirección domiciliaria. Se recomienda que utilicen un sobrenombre”.
De igual importancia, recuerda que dialogar con los hijos sobre sexualidad evita que busquen información en la web y que esto les abra la posibilidad de visitar páginas de pornografía. “Los menores de edad deben saber el peligro de pedir a sus amistades fotos sexuales y el riesgo de compartir fotos con este tipo de contenido”.
El psicólogo puntualiza que los padres no son conscientes de los peligros en la red, y asegura que muchos no manejan la tecnología que utilizan sus hijos. “Es imprescindible estar actualizados en ese sentido; es una obligación para proteger a los menores de los riesgos de las tecnologías de comunicación e información”.
Rondón dice que un error que cometen muchos padres en la actualidad es entregar a los menores equipos celulares, tablets o cualquier dispositivo para que “no molesten” y se distraigan. “Es como evadir la tarea de ser padres. No se imaginan los riesgos y las consecuencias del distanciamiento que se crea entre padres e hijos”.
El experto en salud mental sostiene que la edad más oportuna para que un chico tenga celular y maneje redes sociales es a partir de los 12 años. “Ellos deberían acceder a internet para realizar sus actividades escolares, pero siempre supervisados. En la situación de aislamiento actual, hay que estar muy presentes, como padres, supervisando las actividades de los menores en las redes. Hoy existen celulares para niños en los que solo pueden recibir llamadas de los papás o enviarles señales en caso de que necesiten ser contactados por alguna emergencia”.
Rondón advierte que es importante reconocer el modo en que operan los depredadores sexuales para estar alertas ante cualquier señal con los hijos u otro familiar que muestre indicativos de estar atravesando por esta situación.
“Los ciberacosadores buscan información en las redes del menor (chats, blogs, páginas específicas de menores, Tik Tok). Antes de acosar a la víctima, estos identifican los gustos o preferencias del menor: música, series, videojuegos. Los ciberacosadores buscan tener contacto con el menor, aprovechando la información que obtienen, luego seducen de una forma indirecta con apoyo irrestricto, solicitan fotos con ropa y muestran falsa empatía”, remarca el especialista, y añade que luego de aislar al menor de edad, el acosador continúa con la solicitud de contenido sexual y sugestivo.
“Posteriormente procede a la 'sextorsión' (amenazas de difundir el material si no accede a sus peticiones, que pueden ser económicas o sexuales) y, por último, vende el material adquirido a páginas pornográficas de pedófilos”, dice.
Los depredadores sexuales suelen atacar a los menores de edad en su etapa de adolescencia. “Este es un momento de enfrentamiento, aislamiento, cuestionamiento de los valores de los padres, sensación de invulnerabilidad (a mí no me va a pasar nada), sensación de incomprensión de parte de los adultos. Para un pedófilo es la etapa ideal, ya que es fácil envolver con mentiras al adolescente, haciéndose pasar por su amigo, que es el único que lo entiende, y así lo va aislando hasta lograr sus objetivos”.
Por tanto, Rondón expone que el grooming tiene consecuencias no solo psicológicas para el niño, sino también sexuales y hasta físicas en caso de que se haya producido contacto con el depredador. “Las secuelas son variadas, dependiendo de cada individuo. Esta situación puede llevar a la depresión, aislamiento de familiares y amigos, encierro por tiempo prolongado, baja autoestima, inseguridad, problemas para dormir, cambios repentinos de humor. Además, irritabilidad, poco o exagerado apetito, agresividad, bajo rendimiento escolar, desconfianza y posibles pensamientos suicidas”, determina.
En ese contexto, sostiene que la mejor forma de ayudar al menor con esta problemática es a través de la terapia psicosexual que le da soporte para comprender los hechos, modificar distorsiones y entender que el abuso proviene de personas inescrupulosas, pero que no todos actúan de esa forma.
“Es importante que el menor no se sienta culpable de lo sucedido, que sepa crear sus redes de apoyo en caso de que sienta que está sufriendo bullying o cualquier tipo de acoso, que busque apoyo de sus padres o familiares cercanos y confiables, ya que pueden ser sus mejores aliados, en los cuales debería confiar”, añade.
De acuerdo con Rondón, la prevención es la mejor herramienta para proteger a los menores de los abusos por el mal uso de las tecnologías. “Las herramientas digitales no son malas, en realidad lo son las personas que las usan de manera inadecuada”.
Elizabeth Huerta, exjueza de familia, señala que Panamá cuenta con la Ley 7 del 14 de febrero de 2018 que sanciona penal y civilmente el hostigamiento y acoso sexual. “El artículo 178 del Código Penal establece que el acoso tiene una pena de entre dos a seis años. Esta ley implica a los menores de edad y a los adultos”.
La abogada alerta que ante una situación de grooming no se debe dudar en hacer la denuncia. “La querella debe presentarla el acudiente del menor. Un punto que se debe resaltar es que, con la nueva ley de 2018, se establece que si el menor es mayor de 14 años puede ir directamente a hacer la denuncia”.
La jurista resalta que actualmente Panamá cuenta con un gran avance en cuanto a los delitos cibernéticos, pero sostiene que, al momento de exponer este tipo de denuncias, es esencial la recaudación de pruebas como fotografías y videos. “El Ministerio Público a través del IP detecta la procedencia de los ataques”.
Otro punto que comparte la abogada es que, el hecho de que un chico no deba sacar una cuenta de redes sociales con menos de 13 o 14 años, no exonera al adulto de la responsabilidad en caso de que haya cometido ciberacoso o grooming a un menor. “Para que haya castigo, la persona que está haciendo la denuncia debe demostrar que el acosador cometió este acto teniendo conocimiento previo de que se dirigía a un menor de edad, sin importar que falseara la cuenta o no”.