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- 23/10/2023 00:00
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La vida fuera del planeta Tierra es una discusión que se tiene dentro de la comunidad científica constantemente. Existe un enorme debate si en algún punto de la existencia humana se podrá tener un hogar diferente al que tenemos ahora, sin embargo, poco a poco este tema está quedando zanjado gracias a recientes descubrimientos.
La pregunta que se podrían estar haciendo los científicos es ¿en qué momento se podrá encontrar vida en otro planeta? Esta interrogante cambiaría totalmente la perspectiva del universo entero y de lo que se podría encontrar en él.
Gracias al telescopio James Webb, científicos han podido dar con indicios de vida en un planeta fuera del Sistema Solar. La profesora Catherine Heymans, astrofísica del Real Observatorio de Edimburgo afirmó que vivimos en un universo tan grande como para pensar que estamos solos.
“Vivimos en un Universo infinito, con infinitas estrellas y planetas. Y para muchos de nosotros ha sido obvio que no podemos ser la única vida inteligente que existe. Ahora tenemos la tecnología y la capacidad para responder a la pregunta de si estamos solos en el cosmos”, señaló Heymans.
Además del telescopio James Webb (se utiliza para analizar las atmósferas de los planetas), existen otras herramientas que permiten el estudio de otros planetas como el telescopio James Clark Maxwell, utilizado para escanear las nubes de Venus; el explorador de las lunas heladas de Júpiter que se usa para precisar si existe vida en aquel planeta; o el Dragronfly, el cual busca signos de química anteriores a la vida.
El profesor Nikku Madhusudhan, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge aseguró también que, de encontrar vida en otro planeta, los científicos cambiarán su manera de buscar vida extraterrestre.
“Si encontramos signos de vida en el primer planeta que estudiamos, aumentará la posibilidad de que la vida sea común en el universo. Es posible que estemos cerca de lograr la primera detección. Por otro lado, que no se produzcan detecciones en ninguno de ellos también proporcionaría información importante sobre la posibilidad de vida en tales planetas”, recogió el sitio BBC Mundo las declaraciones de Madhusudhan.
Gracias al telescopio James Webb, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) logró un descubrimiento importante en la constelación austral de Tucana.
La NASA logró capturar imágenes inéditas de NGC 346 (cúmulo abierto de estrellas) dentro de la Pequeña Nube de Magallanes que está ubicada a unos 210,000 millones años luz de la Tierra.
En la imagen se pudo observar brillantes nubes de gas y polvo de colores azul y rosado, además de estrellas jóvenes brillando, así lo confirmó la NASA en un comunicado días atrás.
Vale la pena destacar que la Pequeña Nube de Magallanes se caracteriza por su escasez de elementos pesados. Esto es crucial para la formación de polvo cósmico.
El telescopio James Webb también hizo otro descubrimiento que llamó la atención de la comunidad científica. Este aparato logró detectar nubes de cuarzo en un denominado 'exoplaneta extraño', llamado WASP-17b.
Vale la pena destacar que el cuarzo es un mineral compuesto principalmente de sílice. Luego del feldespato, el cuarzo es el mineral más común de la corteza terrestre y está presente en rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias.
Los detalles de este descubrimiento fueron publicados por una edición de la revista científica The Astrophysical Journal Letters. En el exoplaneta WASP-17b, las partículas del dióxido de silicio estaban presentes en partículas de cuarzo con un tamaño de 10 nanómetros. Esta cantidad sería tan pequeña que podrían caber hasta 10 mil gramos de esta sustancia en un cabello humano, por ejemplo.
El WASP-17b está ubicado a 1,300 años luz de la Tierra y posee un volumen siete veces mayor que Júpiter, siendo uno de los más grandes conocidos por la comunidad científica.
Sumado a estos descubrimientos, gracias a una de las creaciones más importantes de la NASA, el telescopio James Webb, se dio a conocer una corriente en chorro en el ecuador de Júpiter que va a altas velocidades.
Esta recorre a una velocidad de 515 kilómetros por hora, el doble de los vientos sostenidos de un huracán de categoría cinco en la Tierra y se encuentra a unos 40 kilómetros por encima de las nubes, en la estratosfera inferior del planeta gigante gaseoso. Esta corriente en chorro tiene una dimensión de 4,800 kilómetros.
En un comunicado de la NASA, Ricardo Hueso, de la Universidad del País Vasco afirmó que este hallazgo los sorprendió mucho. “Lo que siempre hemos visto como neblinas borrosas en la atmósfera de Júpiter ahora aparece como características nítidas que podemos rastrear junto con la rápida rotación del planeta”, aseguró.
A pesar de contar con varias herramientas científicas para las diferentes misiones de búsqueda y detención de vida afuera de nuestro planeta Tierra, por ejemplo, el telescopio de James Webb también tiene sus limitantes. Este no puede detectar planetas lejanos tan pequeños como la Tierra, o tan cercanos a las estrellas madre, debido al resplandor.
Debido a esto, la NASA ya tiene entre sus planes finalizar el proyecto del Observatorio de los Mundos Habitables (HWO, por sus siglas en inglés) para el 2030. Este observatorio podría detectar y tomar muestras de la atmósfera de planetas con parentescos a la Tierra.
La tecnología espacial avanza a una velocidad impresionante por lo que no sería sorpresa que en los próximos años se logren hallazgos más importantes como los que estamos viendo hoy en día.