Pornografía: expertos se refieren a efectos nocivos en menores

Actualizado
  • 18/02/2021 00:00
Creado
  • 18/02/2021 00:00
Luis Ramírez, psicólogo clínico, resalta que los niños pueden presentar comportamientos “disruptivos” al estar expuestos a contenido pornográfico
Estudios plantean que el primer contacto con algún contenido pornográfico en menores de edad sucede de manera accidental, mientras navegan en línea.

Un estudio realizado por Save The Children en Madrid, en el año 2020, reseñó que los menores de edad consumen pornografía por primera vez a los 12 años y casi 7 de cada 10 jóvenes (el 68,2%) ven estos contenidos sexuales de forma frecuente.

El consumo de contenido pornográfico se produce en la intimidad (93,9%), a través del teléfono móvil, y se centra en contenidos gratuitos en línea (98,5%), basado de manera mayoritaria en la violencia y la desigualdad.

Save the Children, organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia, asegura en su portal web oficial que las relaciones entre compañeros son el principal detonante inicial del consumo pornográfico, mientras que un 51,2% accede por medio del intercambio de fotos o vídeos por redes sociales, entre amistades.

Así mismo para un 28,5% (principalmente chicos), el primer contacto con este tipo de contenido surge por una búsqueda exhaustiva, mientras que para un 17,4% (en su mayoría chicas), el primer acceso a contenido pornográfico aparece de forma accidental mientras navega por internet.

Este estudio reflejó que para el 30% de los adolescentes la pornografía es el único recurso para aprender sobre sexualidad.

El especialista en psicología clínica Luis Ramírez, explicó a La Estrella de Panamá que las consecuencias del acceso a la pornografía en menores de edad son alarmantes, debido a que el desarrollo neuronal de los niños no ha terminado.

“La exposición a la pornografía ha demostrado generar altos niveles de dopamina, lo que produce en los adultos altos niveles de ansiedad, depresión y disfunción sexual con el tiempo”, analizó el especialista.

Esto significa que las conexiones cerebrales en ellos están siendo moldeadas de forma no natural, lo cual puede provocar diversas inquietudes en el futuro como consecuencia de lo que están viviendo a tan corta edad.

“Al estar expuesto a la pornografía, el menor comienza a despertar el morbo y a tener una exposición al sexo anticipada, lo cual en términos conductuales se traduce en que surgen comportamientos disruptivos que no son propios de un infante. Esto también puede traer conflicto con otros niños en su entorno”, señaló.

Por otra parte, los niños expuestos a pornografía “pueden tener una mala identificación en su rol sexual, esto debido a que se convierte en su única fuente de educación sexual”, puntualizó Ramírez.

El especialista indicó que es natural que surjan curiosidades en los infantes en torno al sexo, por distintas razones, sin embargo, “la sobreexposición a la sexualidad no es del todo apropiada” y aunque “no existen edades determinadas en las que los niños preguntan”, generalmente se presentan algunas dudas entre los 8-10 años.

“Lo importante es que tengamos bases científicas para poder responder las dudas desde un entorno biológico, no ideológico ni de creencias personales”, arguyó Ramírez.

Silvia Sanz, especialista en sexología y psicología clínica, apuntó que la mejor manera de abordar una conversación de padres e hijos en torno al sexo, es “apostando por la naturalidad, resolviendo dudas, planteando cuestiones y fomentando la sexualidad sana, con respeto, empatía, y como un acto de amor hacia el otro, para que ambas partes sientan confianza entre sí. No imponiendo, pero sí educando”, dijo.

La especialista enfatizó que los padres deben enseñar a los hijos a decir “no”, sin miedo; a mantener la identidad, “potenciando el respeto por uno mismo, tanto para evitar participar en actividades no deseadas y para frenarlas”.

Se trata de “asociar el sexo al amor, y no tanto al morbo. Para que no tengan una idea tan distorsionada de este”, explicó.

Ramírez y Sanz coinciden en que el momento ideal para dialogar de sexo con los menores de edad es desde la niñez, algo que se irá dosificando según su desarrollo físico e intelectual. Por ejemplo, de 10 a 13 años cuando inician ciertas etapas del desarrollo o cuando el infante tenga curiosidad.

“Para esto los padres también deben educarse en torno a cómo dialogar estos temas con sus hijos”, comentó Ramírez.

La sexóloga resaltó la importancia de que el infante aprenda lo que es correcto o incorrecto; para ello hay que establecer límites. “Según van creciendo irá despertando más su curiosidad y habrá que ir dando pautas en función de su madurez. Lo importante es ayudar al niño a entender la sexualidad de un modo saludable, para que comprenda las diversas situaciones que se pueden presentar”.

Comunicación

La confianza es un aspecto indispensable en una relación de padres e hijos, “si se habla de la sexualidad en casa desde la infancia de un modo natural, se inculcará en los hijos esta familiaridad. Hay que potenciar la confianza también en otras áreas, no solo en temas sobre sexo. Comunicarse con los infantes desde la comprensión y ofreciéndoles apoyo ante cualquier conflicto que les pueda surgir en sus relaciones o de un modo personal. Planteado alternativas de solución y mostrando empatía por sus preocupaciones, con firmeza y cariño se puede ofrecer un ambiente saludable para charlar sobre cualquier aspecto de la vida, entre ellos el sexual”, afirmó Sanz.

Miedo a lo “común”

La especialista ha tratado a padres preocupados porque sus hijos pequeños se masturban o tocan sus genitales en público o muestran sus genitales a los amigos, incluso demandan que se los enseñen los demás. Esto puede suceder, debido a que simulan actos sexuales que hayan visto por algún medio.

Pornografía: expertos se refieren a efectos nocivos en menores

Este tipo de conductas, que pueden ser normales, alarman a los padres. En estos casos, es el momento de redirigir a los hijos planteando normas y explicando que hay acciones que se ejecutan en privado y reafirmar la idea del respeto hacia los demás”, a su vez enseñando que no deben tocar las partes íntimas de otros, así como no deben dejar que nadie les toque”.

Destacó además la necesidad de enfatizar a los niños que son los padres las figuras de confianza a las cuales deben acudir ante cualquier situación.

Ramírez anotó que hoy es difícil no tener acceso a contenido pornográfico; sin embargo, se debe evitar mediante la supervisión constante, puesto que es una de las soluciones más óptimas para limitar el acceso a información inapropiada.

Es preciso “impedir que los aparatos electrónicos sean los que eduquen al infante”, dijo, ya que aparte de acceso a contenido inadecuado, también puede haber afectaciones en el desarrollo social del pequeño a largo plazo.

En la actualidad, existen aplicaciones que permiten tener acceso a la información que consumen los pequeños en casa, como 'Google family link', una aplicación únicamente para dispositivos electrónicos Android, la cual permite establecer reglas digitales básicas para guiar al niño mientras aprende, juega y explora en línea, ayudando así a que tomen decisiones saludables sobre las actividades que realizan en el entorno digital.

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