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- 20/08/2020 00:00
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El uso de lubricantes para el encuentro sexual es un asunto frecuente, y situaciones como la resequedad vaginal conducen a la utilización de productos para disminuir las molestias propias de la fricción natural.
Un lubricante íntimo es una sustancia especializada en mejorar la fricción entre los genitales para facilitar la penetración y mejorar las relaciones sexuales de la pareja. Regularmente son geles íntimos, útiles para ayudar a las mujeres que tengan problemas para lubricar de forma natural.
Aunque existe una diversidad de alternativas viables en el mercado, es común preguntarse ¿cuál adquirir?, ¿cómo utilizarlo de forma adecuada?, ¿con qué frecuencia?, ¿en qué escenarios es recomendable? De manera que, a pesar de ser un producto que puede beneficiar el sexo, aún hay muchas mujeres y hombres que dudan sobre su uso.
Pedro Rondón, sexólogo, explica que la lubricación en las mujeres obedece a una respuesta ante un estímulo sexual captado por los sentidos, la imaginación y las fantasías sexuales. “La misma es producida por las glándulas de Bartolino (ubicadas en la vulva específicamente en entre los labios menores y el introito vaginal) y por las glándulas de Skene (ubicadas también en la vulva, detrás del meato urinario). El objetivo es facilitar la penetración y mantener el ph balanceado”.
Por el contrario, en el hombre, detalla que la fase de excitación y meseta se produce cuando ocurre un exilio del líquido preseminal que facilita la penetración y lubrica la uretra para facilitar la expulsión del semen. “Es producido por las glándulas de Cowper (glándulas bulbouretrales) ubicadas al inicio de la uretra. Su objetivo es limpiar el canal para que el semen salga con más fuerza y así facilitar la penetración, además de neutralizar el ambiente de la vagina para que los espermatozoides puedan llegar a fecundar el óvulo”.
Otro punto que remarca el especialista es el descenso de lubricación en la mujer. Explica que las causas orgánicas obedecen a alguna alteración en el mecanismo de sudoración vaginal. “Generalmente hay una baja lubricación en la menopausia a causa de déficit hormonal; sin embargo, también se puede dar en mujeres fértiles por desajustes hormonales. El consumo de determinados medicamentos, déficit de estrógenos o alteraciones en los ovarios pueden ser causa del problema”.
Según el especialista, durante la actividad sexual, cuando no hay deseo ni excitación o una estimulación adecuada, difícilmente se logra la lubricación vaginal.
Asimismo, apunta que las disfunciones sexuales que se producen en la fase de excitación figuran en el déficit de lubricación vaginal. “Muchas mujeres dicen que no se lubrican, esto le ocasiona molestias al hombre durante la penetración, y en las damas esa sequedad puede producir ardor en la vagina”.
Remarca que no todos los aspectos fisiológicos contribuyen a la disminución de la lubricación, al contrario, el factor psicológico juega un papel fundamental en esta problemática. “El estrés, la ansiedad y los pensamientos recurrentes por el miedo a fallar pueden provocar una baja en la lubricación vaginal”.
Por otra parte, Rondón sostiene que en el caso de los varones, la cantidad de líquido preseminal producido por las glándulas de Cowper es variable, y es muy extraño que no se presente. “En caso de que la ausencia de lubricación ocurra abruptamente, se recomienda acudir a un médico urólogo para un chequeo”.
De este modo, manifiesta que la ausencia de lubricación en el hombre puede generar dispareunia, dolor y molestias durante la penetración.
El sexólogo constata que uno de los errores más comunes al momento de provocar la excitación es obviar la estimulación previa. “Así como el hombre necesita de estímulos sexuales para lograr la erección, la mujer también lo necesita para lubricar. Nadie puede lubricar ni tener una erección de manera voluntaria. Generalmente, la respuesta sexual es progresiva, y requiere de ciertos elementos que ayuden a que sea placentera”.
Lo cierto es que el mercado de los lubricantes es diverso, desde los que tan solo hidratan y lubrican, hasta los que crean efectos de calor y frío. Sin embargo, como cualquier producto es imprescindible evaluar sus componentes.
“Hay lubricantes a base de agua (recomendados cuando se usan preservativos); también existen lubricantes de silicona (recomendados para relaciones sexuales bajo el agua); también lubricantes tibios y fríos. como la jalea KY (depende de las preferencias particulares), además hay lubricantes a base de aceite (recomendados en la menopausia por su duración más prolongada, pero pueden dañar el preservativo) y, por último, lubricantes para juegos sexuales. No obstante, los que están hechos a base de agua son lo más recomendables”.
Asimismo, advierte que no se deben utilizar aquellos que contengan perfumes ni que estén fabricados a base de aceites, crema de manos o vaselina, ya que pueden provocar infecciones y la ruptura de los preservativos.
Si no se está seguro de qué tipo de lubricante se desea comprar, lo mejor es acudir a un ginecólogo. “Este especialista es el que deberá recomendar los lubricantes apropiados. El tema sexual hay que tocarlo con el médico. Los lubricantes no solamente se utilizan cuando hay disminución de la lubricación vaginal, sino como un complemento en la intimidad”.
En cuanto a su uso, afirma, lo ideal es aplicar los lubricantes en las zonas genitales durante los previos o masajes genitales. “Antes de penetrar se puede utilizar lubricante vaginal en caso de que haya poca lubricación natural o como complemento”.
Sobre la posibilidad de emplear productos caseros, el especialista recalca que no son recomendables porque pueden facilitar la aparición de infecciones, irritar la vagina, alterar el ph, causar ardor u ocasionar reacciones alérgicas en ambos sexos.
“Definitivamente no son buenos porque pueden facilitar infecciones de diversos tipos. Hay personas que creen que los lubricantes hay que utilizarlos siempre, independientemente de que la mujer lubrique o no, que no dañan los preservativos o que si los usas no necesitas los previos. Estos son errores de concepto”, aclara Rodón.
En el caso de las mujeres embarazadas que desean utilizar lubricantes, el sexólogo aconseja acudir al ginecólogo. “La mujer lubrica normalmente durante el embarazo y el cuello uterino está protegido, de modo que difícilmente afectará al feto. De haber problemas de lubricación podría recurrirse a los productos a base de agua”.
En esa misma línea, algunos especialistas opinan que los lubricantes a base de aceite, con químicos, de silicona y con perfumes pueden alterar el ph de la vagina y dificultar que los espermatozoides avancen hacia las trompas, y asimismo pueden dificultar la posibilidad de embarazo.
“Otros expertos recomiendan solamente los lubricantes de base acuosa, pero antes de utilizarlos, reitero, se debe acudir al ginecólogo”, agrega.
El experto en sexualidad reitera que hay que entender que la lubricación no se produce de manera espontánea. “Por eso se requiere una estimulación adecuada antes de la penetración para facilitar el disfrute y la respuesta orgásmica. Es importante visitar al ginecólogo que es la persona más apropiada para hacer un buen diagnóstico y detectar las causas de posibles problemas. La visita médica periódica es fundamental para la mujer, al menos debería hacerla una vez al año”.
Por último, Rondón sintetiza que si se piensa utilizar lubricantes, lo mejor es que sean recomendados por un médico. En este caso, es preciso adquirir los que se expendan en farmacias o sex shops, que no sean a base de aceites sino de agua. “Si se detectan cambios en la lubricación o que esta disminuye significativamente, es indispensable consultarlo con el ginecólogo para prevenir inconvenientes”.