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La leche y productos lácteos, indispensables en diferentes etapas de la vida
- 01/06/2020 19:29
- 01/06/2020 19:29
La leche y los productos lácteos son alimentos ricos en nutrientes que suministran energía y posee cantidades significativas de proteínas y micronutrientes, que son esenciales para reducir el hambre y la desnutrición, especialmente entre los más vulnerables.
El Día Mundial de la Leche, hoy 1 de junio, tiene como objetivo celebrar las importantes contribuciones del sector lácteo a la sostenibilidad, el desarrollo económico, los medios de vida y la nutrición saludable.
“Un vaso de leche (200 ml) aporta aproximadamente un 30% de la dosis diaria de calcio recomendado, nutriente que ayuda a formar y mantener huesos y dientes fuertes, además de su rol en la función nerviosa, en la contracción de los músculos y la mantención de la presión arterial normal”, detalla la Federación Panamericana de Lechería, en su sitio oficial.
En este sentido, Patricia Vial, gerente de nutrición, salud y bienestar de Nestlé Centroamérica, recomienda prestar especial atención al consumo de leche y productos lácteos (yogur y queso) que también son ricos en calcio durante algunas etapas específicas, debido a diversos cambios que enfrenta el organismo.
Por ejemplo, en el caso de las mujeres embarazadas es importante cubrir los requerimientos diarios de calcio, puesto que el/la bebé está formando todo su esqueleto.
“Si la alimentación durante el embarazo es deficiente en calcio, entonces el feto
durante su desarrollo obtendrá de los huesos y dientes de la madre este mineral, lo que provocará una disminución de los depósitos de calcio del cuerpo de la mujer, con posibles deficiencias a largo plazo”, explica la nutricionista.
Vial asegura que en el caso de la lactancia, el calcio es un componente fundamental de la leche materna. “En esta etapa, el requerimiento de calcio puede cubrirse con dos porciones de leche o productos lácteos y tres porciones de alimentos fuente de calcio, como las sardinas y las hojas de mostaza”, recomienda.
Debido al acelerado crecimiento y desarrollo de los huesos y tejidos durante la niñez, las necesidades de calcio son mayores en estas etapas. Para cubrir los requerimientos diarios, se deben incluir alimentos como la leche, el queso y el yogur, aconseja Vial.
“Cubrir el requerimiento diario de este mineral es necesario para lograr una masa ósea óptima, algo que ocurre alrededor de los 20 años de edad”, señala la nutricionista.
La reducción de las hormonas femeninas (estrógenos) limita la capacidad del cuerpo para reestructurar los huesos, por lo tanto, la estructura ósea se puede debilitar. “La prevención radica en consumir alimentos fuente de calcio durante la infancia y adolescencia, pues pasada esta etapa, el calcio que se absorbe es mínimo”, enfatiza Vial.
Recomienda que durante la menopausia es sumamente importante cubrir los requerimientos diarios de este mineral, así, el cuerpo no tomará el calcio que necesita del reservorio natural, es decir de los huesos.
“A medida que envejecemos, los procesos biológicos se vuelven más ineficientes y la absorción de todos los nutrientes, como el calcio, es menor. Por ende, aumenta la necesidad de consumir diariamente leche y alimentos fuente de calcio. “En esta etapa los huesos no asimilan más calcio, sin embargo, este mineral es indispensable para
diversas funciones del cuerpo: participa en la transmisión de impulsos nerviosos, en la coagulación de la sangre y la contracción de los músculos, incluyendo el corazón”, aclara Vial.
El consumo de estos alimentos en todas las etapas de la vida, y la actividad física frecuente, reducen el riesgo de osteoporosis. Asimismo, la actividad física diaria ayuda a que se utilice mejor el calcio en el cuerpo.
La leche además interviene en la prevención de afecciones dentales y bucales, ayuda a conciliar el sueño, es importante en la hidratación y participa en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, hipertensión, trastornos cardiovasculares).
Francisco Herrera Morales, nutricionista de productos Nevada, asegura que en un solo alimento como la leche se puede encontrar una gran cantidad de nutrientes que son necesarios para la salud de diferentes tipos de personas, por ejemplo;
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA por sus siglas en inglés, determina que los alimentos fuente de proteína pueden contribuir al crecimiento y mantenimiento de la masa muscular y es necesaria para el mantenimiento de los huesos en niños y personas adultas.
La lactosa es importante porque brinda al organismo energía, permite el desarrollo de la microbiota intestinal ya que los microorganismos la pueden utilizar como nutriente y podría influir en la absorción del calcio y otros minerales, comenta Herrera.
“Afortunadamente la intolerancia a la lactosa ya no es un inconveniente a la salud, ya que se pueden obtener los nutrientes de la leche a través del consumo de productos como el yogurt y el queso (la concentración de lactosa disminuye durante la fermentación de los mismos) y especialmente porque se desarrollan productos sin lactosa o deslactosados que pueden ser bien tolerados para que puedan aprovechar los beneficios de la leche”, asegura.
Según los gustos y preferencias la industria alimentaria tiene a disposición productos lácteos con diferentes porcentajes de grasa, en el caso de la leche se pueden encontrar con 0%, 1%, 2% y 3.5% grasa.
“La imagen nutricional negativa de la grasa láctea es sobre todo atribuida a la posible implicación de cierto tipo de grasas (saturadas) y el colesterol en el aumento del riesgo de enfermedades coronarias. Sin embargo, las conclusiones obtenidas después de más de 50 años de estudios epidemiológicos no aportan asociación entre consumo de lácteos y enfermedades cardiovasculares”, dice Herrera.
Por otra parte, la disminución de la grasa de leche de la dieta puede dar lugar a una reducción en la ingesta de compuestos bioactivos (grasas con actividades biológicas potencialmente beneficiosas para la salud humana) de interés para la salud, presentes en la fracción lipídica de la leche.
Según Herrera, no solamente aporta más calcio que otros alimentos, sino que mejor digestibilidad, ya que se encuentra ligado con la caseína (componente importante de la proteína), y eso facilita la absorción. Además, la absorción de calcio se favorece por la presencia de vitamina D y proteínas, nutrientes presentes en la leche.
Se ha determinado que el calcio es importante para que el músculo cumpla sus funciones normales, ayuda a reducir la pérdida de minerales propios del hueso en mujeres después de la menopausia, apoya la función normal de las enzimas requeridas para que se lleve a cabo el proceso de digestión de los alimentos y entre otros beneficios, es necesario para el crecimiento y desarrollo normal de los huesos en los niños.
Al consumir al día 3 porciones de lácteos (Leche, queso y yogurt), se estaría recibiendo 800 mg de calcio, es decir, se estaría cumpliendo el 80% de los 1000 mg de calcio recomendados por día para una persona que requiere una dieta de 2000 kcal.
Se ha demostrado que la vitamina D ayuda a reducir el riesgo de caídas asociadas con la inestabilidad postural y la debilidad muscular. La vitamina D es necesaria para el crecimiento normal y el desarrollo de hueso en los niños.
Un vaso de leche al día logra satisfacer el 31% de la recomendación diaria de esta vitamina.
De acuerdo con el Reglamento Técnico Centroamericano de Etiquetado Nutricional de Productos Alimenticios Preenvasados, un alimento debe contener 1 x 106 de UFC/g de bacterias de origen probiótico en el producto terminado hasta el final de la vida útil.
En varios países de Latinoamérica los programas gubernamentales de fortificación han logrado mejorar los problemas asociados a deficiencias nutricionales, y al ser la leche de vaca un alimento de consumo por la mayoría de las diferentes poblaciones, se han logrado mejorar los problemas de deficiencias nutricionales, principalmente aquellos relacionados con carencias de hierro, ácido fólico y vitamina A; nutrientes que afortunadamente la leche contiene como parte de su fortificación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda consumir de dos a tres vasos de leche al día. Por otro lado, las Guías alimentarias de los Estados Unidos recomiendan 2 tazas para niños de 2 a 3 años, 2 ½ tazas para niños de 4 a 8 años, y 3 tazas por día para adolescentes (9 a 18 años) y adultos. especialmente en niños y adolescentes.
Son evidentes las características y beneficios de los lácteos, los cuales además de sus nutrientes, son fundamentales para una vida saludable, son seguros, el sabor es delicioso y se pueden consumir solos o como ingredientes de múltiples recetas, inclúyelos siempre como parte de su alimentación, recomienda Herrera.
Los amantes de la leche conmemoran el 1 de junio como el Día Mundial de la Leche, el cual se lanzó por primera vez en 2001 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para celebrar y aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la leche y los productos lácteos en la nutrición y la economía en todo el mundo.