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Investigadores identifican una molécula que puede ser clave en tratamiento de la ELA
- 10/01/2024 00:00
- 08/01/2024 19:37
Un grupo de investigadores ha identificado una proteína expresada en células inmunitarias, que podría desempeñar un rol clave en el desarrollo de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también conocida como enfermedad de Lou Gehrig. El estudio se publicó en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.
Además, el equipo de Mayo Clinic descubrió que un tratamiento inmunomodulatorio que bloquea la proteína era capaz de restaurar la función motriz en modelos preclínicos. Los hallazgos indican que la proteína, conocida como integrina alfa 5, es un posible blanco terapéutico para la ELA.
En Panamá la ELA es clasificada como una enfermedad rara. Los pacientes son atendidos específicamente en la especialidad de neurología de la Caja de Seguro Social. En el mundo, se considera que hay entre cinco y ocho personas, por cada 100 mil habitantes, aquejadas con esta patología. La incidencia de casos proviene de hombres y mujeres en edades que comprenden los 40 y 70 años.
De acuerdo con un artículo de la Caja del Seguro Social (CSS) publicado en junio de 2023, se cree que un pequeño porcentaje de personas afectadas con ELA, la tienen por una condición genética heredada y se conoce como ELA familiar, pero existe otro grupo de personas que la sufren sin antecedentes familiares, de contagio o por causas conocidas es la más común y puede producirse “al azar”.
Sin embargo, hay diversos factores ambientales que pueden detonar la enfermedad, entre ellos se encuentra el tabaquismo, la exposición a metales pesados, toxinas, el esfuerzo físico extenuante y más.
A pesar de los avances en la comprensión de la ELA, lamentablemente, no se dispone de una cura ni de tratamientos que logren mejorar de manera significativa la función motora o extender la esperanza de vida de los afectados. Aunque la pérdida de neuronas motoras se erige como la característica distintiva de esta enfermedad, la respuesta inmunitaria se ve comprometida en la mayoría de los casos.
Generalmente los pacientes fallecen a raíz de complicaciones respiratorias; no obstante, hay personas que logran sobrepasar la expectativa de vida. Por ejemplo, El físico teórico y astrofísico, Stephen Hawking, fue diagnosticado con la enfermedad a los 21 años, y murió a los 76. La expectativa de vida en algunas personas es de dos a cinco años, a partir del momento en que se detecta.
La enfermedad desencadena la activación de células inmunitarias, entre las cuales se incluyen las células microgliales y los macrófagos, ambas dotadas de propiedades proinflamatorias. Las células microgliales, específicas del sistema inmunitario, se suman a los macrófagos, que desempeñan un papel de ‘limpieza’ en el sistema inmunitario periférico.
El equipo de investigación ha identificado la presencia abundante de la proteína integrina alfa 5 en el sistema motriz de las personas con ELA, incluso en aquellos casos con una causa genética subyacente en la enfermedad.
“En nuestro estudio descubrimos que la integrina alfa 5 se expresa en las células inmunitarias y también en los vasos sanguíneos en las etapas activas de la enfermedad, así como en la enfermedad en fase terminal”, afirma la Dra. Shanu F. Roemer, neuropatóloga de Mayo Clinic y coautora del estudio.
El equipo también descifró que la integrina alfa 5 no se expresa en el tejido cerebral de personas sin ELA u otros trastornos neurodegenerativos o inflamatorios como la enfermedad de Alzheimer, la parálisis supranuclear progresiva o la septicemia.
“Los hallazgos indican que la integrina alfa 5 desempeña un papel en la patología de la ELA, dado que la integrina alfa 5 es selectiva para la ELA, aumenta en el cerebro y las fibras cerebrales fuera de la médula espinal en la ELA, se abre la posibilidad de explorar la integrina alfa 5 como biomarcador de diagnóstico y tratamiento”.
Además de los modelos preclínicos, los investigadores examinaron tejido humano del Programa de Autopsias y Banco de Cerebros de personas con ELA de Mayo Clinic para determinar la prevalencia de la integrina alfa 5 en la ELA.
El equipo del estudio también exploró una vía de tratamiento posible. Descubrieron que un anticuerpo monoclonal que bloquea la integrina alfa 5 era capaz de preservar la función motriz en modelos de ratón. Los anticuerpos monoclonales son proteínas sintetizadas del sistema inmunitario que se utilizan como tratamiento para una amplia gama de enfermedades.
“Nuestros resultados mostraron que el tratamiento con anticuerpos contra la integrina alfa 5 parecía proteger la función motriz, retrasar la progresión de la enfermedad y aumentar la esperanza de vida. En conjunto, los hallazgos relativos al aumento de la integrina alfa 5 y su respuesta a un anticuerpo monoclonal indican que la integrina alfa 5 puede ser un blanco terapéutico potencial para la modulación de la neuroinflamación en la ELA”.