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De acuerdo con especialistas, las enfermedades cardiacas en todo el mundo podrían prevenirse si las personas adoptan una dieta más saludable, hacen ejercicio con regularidad y no fuman. En Panamá, según información de la Caja de Seguro Social (CSS), fallecen anualmente alrededor de 1,600 personas a consecuencia de enfermedades relacionadas directamente con el corazón.
“Estamos preocupados porque como resultado de la pandemia, la población cambió radicalmente su estilo de vida, aunque desde hace 30 años toda la humanidad viene batallado con las enfermedades no transmisibles, principalmente las enfermedades cardiovasculares y las complicaciones como el infarto del corazón”, señaló a La Estrella de Panamá Liberato González, cardiólogo y médico internista en el hospital Pacífica Salud.
Para el médico, llevar un estilo de vida saludable (libre de grasas y alimentos no saludables), hacer ejercicio físico continuo, evitar el consumo de alcohol, y no fumar, mantiene a las personas alejadas de padecer una enfermedad cardiovascular. “De ahí que las últimas iniciativas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) intentan que las políticas de salud en los gobiernos, principalmente en toda Latinoamérica, traten de ser un poco más enérgicas a la hora de controlar todas estas afecciones como la obesidad, la diabetes, el alto consumo de sal, y le den importancia a la prevención y a la promoción de la salud enfocada en el buen estilo de vida”, recomendó González.
Añadió que es muy importante el rol que tienen los medios de comunicación y las redes sociales, ya que son herramientas de difusión masiva. “Se trata de información que va dirigida no solo a la población adulta; estoy seguro de que un elemento que va a cambiar la evolución de las enfermedades cardiovasculares en Panamá es la población pediátrica. A los niños que están creciendo y aprendiendo hay que inculcarles la buena alimentación; esa será la base para cambiar la evolución de las enfermedades cardiovasculares”, destacó el galeno.
A su vez, González incentivó a los padres a eliminar de las meriendas productos como frituras, snacks con colorantes. Estas opciones deben ser reemplazadas por frutas como manzanas o uvas, o en su defecto leche, emparedados, jugos naturales.
“A los niños en crecimiento, los padres les pueden establecer conductas y una base de alimentación saludable que va a seguir practicando a lo largo de su vida y que a su vez les ayudará a prevenir una enfermedad cardiovascular”, acotó el galeno.
José Navia, director de Cleveland Clinic Florida's Heart, Vascular & Thoracic Center, también admitió en un comunicado de prensa que la enfermedad cardíaca es tratable en un 90% de los casos.
Estas enfermedades pueden ser prevenidas comiendo alimentos bajo en sal y en grasas, haciendo ejercicio regularmente y no fumar. “Incluso si una persona tiene antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, con los increíbles avances de la medicina, podemos prevenir y tratar la enfermedad cardíaca”, explicó.
“Es importante comenzar la prevención de las enfermedades cardíacas en la infancia, con exámenes de colesterol a partir de los siete años. Queremos que los niños, con la ayuda de sus padres, aprendan sobre la importancia de una dieta saludable y ejercicio regular”, manifestó Navia.
“La prevención debe comenzar en la infancia. Pensamos en la enfermedad cardíaca como un problema de una persona mayor, pero en realidad la prevención debe comenzar en la niñez”, insistió el experto de Cleveland Clinic.
La American Heart Association recomienda que los exámenes de presión arterial comiencen a los 20 años y se realicen anualmente. La presión arterial alta aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, pero generalmente no presenta síntomas y es necesario medirla para confirmarla.
Los pacientes deben controlarse el colesterol al menos cada cinco años y con más frecuencia si existen factores de riesgo. Además, se debe evaluar su índice de masa corporal para ver si tienen un peso corporal saludable y medir sus niveles de glucosa en sangre para ver si tienen riesgo de diabetes, que también puede ser un factor que contribuya a la enfermedad cardíaca, recomendó el galeno de Cleveland Clinic.
En todo el mundo, las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte, cobrando 17,9 millones de vidas en 2019, con tres cuartas partes de estas muertes en países de ingresos bajos y medianos, según la OMS.
El 85% de estas muertes por enfermedades cardiovasculares se debieron a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Los factores de riesgo incluyen dietas poco saludables, poca actividad física, fumar, alcoholismo y contaminación.
Arturo Rebollón, gerente médico de Sanofi, destacó que si bien hay casos que se deben a factores hereditarios, la mayoría va a depender de los hábitos de cada persona.
En ese sentido y en el marco del Día Mundial del Corazón, que se conmemora mañana 29 de septiembre, el especialista brinda tres recomendaciones para mantener una buena salud y evitar enfermedades relacionadas con el corazón en el futuro.
1. Mantener una dieta balanceada. Las personas deben incluir los diferentes tipos de alimentos (proteínas, grasas y carbohidratos) y que, además, sean ricos en vitaminas y minerales, como frutas y vegetales. Asimismo, evitar el consumo de bebidas azucaradas como gaseosas, jugos artificiales y alcohol.
2. Evitar el sedentarismo. Realizar actividad física por lo menos 30 minutos al día, cinco veces a la semana. Jugar con los niños, caminar, correr, subir escaleras, bailar, 'todo cuenta', señaló Rebollón.
3. Eliminar el consumo de tabaco. Luego de cinco años de dejar de fumar, el riesgo de enfermedad coronaria se reduce un 39%; mientras que, a 15 años, el peligro de padecer de una enfermedad cardiovascular es similar al de una persona no fumadora, matizó el galeno.
Además de los cuidados preventivos, el especialista resalta la importancia de reconocer los signos de alerta. “Es importante identificar señales como la pérdida del conocimiento, sudoración fría, debilidad o fatiga, adormecimiento u hormigueo en los brazos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, mandíbula, hombro, espalda, estómago, mareos y náuseas. De esta manera, será posible acudir al médico y recibir diagnóstico y tratamiento oportuno y así evitar complicaciones”, agregó.
Según Rebollón “todo lo hacemos con el corazón y es importante cuidarlo. Aprovecha este día mundial del corazón para un control de salud y así evitar complicaciones”, puntualizó.
Según los expertos, estas son un conjunto de patologías que afectan tanto al corazón como los vasos sanguíneos. Entre las más frecuentes está la hipertensión arterial, que es el aumento de la presión en la sangre y es considerada como precursora de otras enfermedades cardiovasculares.
También las arritmias, en las que se altera la velocidad del latido cardíaco; la insuficiencia cardíaca, que se da cuando el miocardio no es capaz de bombear la cantidad de sangre necesaria al resto del cuerpo; igualmente la arteropatía coronaria, que se genera a raíz del endurecimiento de las arterias encargadas de nutrir al corazón; y la enfermedad cerebrovascular, que ocurre cuando hay una interrupción de los vasos encargados de irrigar el cerebro.
Según la Federación Mundial del Corazón, el 80% de los fallecimientos por enfermedades cardiovasculares son prevenibles. A pesar de ello, estas condiciones siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo, ya que provocan aproximadamente 18.6 millones al año.
Además, a raíz de la pandemia, esta cifra tuvo un importante aumento, porque más de 500 millones de pacientes con dolencias cardiovasculares, a escala mundial, podrían desarrollar complicaciones graves por la covid-19.
En ese caso, los expertos indican que desde los 18 años es necesario hacerse evaluaciones cada seis meses; estos chequeos deben contemplar la presión arterial, el corazón, además de tener una evaluación completa con exámenes cardiometabólicos, que pueden realizarse en la CSS, la cual cuenta con las clínicas cardiometabólicas para optimizar el diagnóstico, tratamiento y prevención de estas enfermedades, así como también en hospitales privados.
Las enfermedades cardiometabólicas son trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos que suelen desarrollarse, en su mayoría, por estilos de vida poco saludables y suelen ocurrir por la ateroesclerosis, un endurecimiento que se origina en las arterias cuando se da una acumulación de grasa, colesterol u otras sustancias en las paredes de las arterias.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año mueren más personas por esta patología que por cualquier otra causa, y asegura que el 80% de los infartos del miocardio y de los accidentes cardiovasculares prematuros se pueden prevenir, llevando a cabo una detección temprana, manteniendo un estilo de vida saludable y un constante control de los diferentes factores de riesgo que pueden desencadenar en complicaciones. Dentro de los principales riesgos cardiometabólicos están: la falla cardíaca: En 2016, alrededor de 64 millones de personas en el mundo presentaron un diagnóstico de falla o insuficiencia cardíaca, representando uno de los problemas más importantes, y en aumento, de la salud pública. La falla cardíaca es considerada una enfermedad crónica degenerativa, y se calcula que la mitad de los pacientes fallece cinco años después de su diagnóstico.
Diabetes: Se calcula que al año mueren 4,2 millones de personas en el mundo a causa de la diabetes y su prevalencia ha aumentado más rápidamente en los países de ingresos bajos y medios que en los países de ingresos altos. Proyecciones apuntan que para 2030, más de 578 millones de adultos a nivel mundial serán diagnosticados con esta enfermedad.
Hipertensión: En 2015, la enfermedad registró 9,4 millones de fallecimientos prematuros. En el mundo, el 25% de los hombres (1 de cada 4 hombres ) y el 20% de las mujeres (1 de cada 5 mujeres) sufren hipertensión arterial elevada y solo una quinta parte de ellos mantiene controlada la enfermedad, según datos de la OMS.
Dislipidemia: es considerada una enfermedad asintomática, y solo presenta alguna señal en una etapa avanzada, generando complicaciones en la persona como infartos cerebrales, pancreatitis aguda o enfermedades coronarias. Entre las principales causas están los malos hábitos alimenticios, como las dietas ricas en grasas y poco saludables, añadiendo inactividad física y tabaquismo. También se puede dar otros factores de riesgos asociados a la enfermedad como la diabetes, hipotiroidismo o la obesidad.