“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
Así evoluciona la sexualidad en las distintas etapas de la vida, según expertos
- 11/03/2021 00:00
- 11/03/2021 00:00
Una incógnita común con respecto a la sexualidad radica en los cambios que suceden durante el trayecto de vida, en hombres y mujeres.
Según la sexóloga Silvia Sanz, las variaciones en el deseo sexual en las distintas edades obedecen –entre otros factores– al tipo de personalidad, los aprendizajes y la educación que cada individuo ha recibido, “de modo que no hay patrones rígidos sobre cómo se vive la sexualidad en cada etapa. De forma general, hombres y mujeres llevamos un ritmo diferente a la hora de vivirla. Los hombres tienen su mejor época en torno a los 20 y las mujeres empiezan a llegar al punto óptimo una década más tarde”.
Durante una entrevista con este diario, Sanz explicó que la edad no es el factor relevante que reduce el interés sexual, sino el ritmo de vida, el estrés, el cansancio, el tiempo libre, la oportunidad de contar con una pareja estable y la salud de la persona.
La sexóloga explicó que entre los 20 y los 30 años en las mujeres, el sexo es más físico y con un sentimiento idealizado, tienden a vivir de forma más inconsciente que en ciclos posteriores.
A medida que avanza esta década, lograr una pareja se convierte en un objetivo primordial. Cuentan con mucha energía y no tanta experiencia, sin embargo es primordial el contacto físico.
Los hombres son más activos y las relaciones sexuales están más ligadas a la diversión, buscan tener frecuentemente encuentros sexuales. Arriesgan más en el sexo, tienen más oportunidades de experimentar y la actividad sexual suele ser más espontánea, tienen muchas ganas de aprender y adquirir experiencias, y tienden a gustarles las mujeres mayores.
Entre los 30 a los 40 años, el sexo femenino conoce mejor su cuerpo, se acepta mejor físicamente, no tiene tanto pudor ni vergüenza y cuenta con más experiencia y habilidades, lo que les otorga más facilidad para lograr los orgasmos y vivirlos con plenitud.
El sexo masculino, en este ciclo cuenta con mayor experiencia e intenta demostrarlo. Su preocupación es tener una pareja estable y no arriesga tanto en sus encuentros sexuales. No se masturban tanto como a los 20 años, pero aumenta el consumo de pornografía. “Si la mujer no disfruta, ellos tampoco, un error bastante frecuente que en ocasiones genera más de una disfunción sexual, ya que el lema adecuado sería, cuanto más disfrute yo, más placer soy capaz de dar”.
Además, “aunque suene extraño, no podemos dar, lo que no somos capaces de darnos a nosotros mismos. Esto vale tanto para hombres como para mujeres”, dijo Sanz.
Entre los 40 a los 50 años, a algunas mujeres les preocupa la sequedad vaginal, lo cual se soluciona con lubricantes o “según algunos estudios con mayor frecuencia en las relaciones sexuales se demuestra que se aumenta la lubricación. Al llegar a esta etapa, también es frecuente que la incontinencia urinaria preocupe a la hora de mantener relaciones, algo que se puede solucionar con los entrenamientos de Kegel, los cuales son ejercicios para fortalecer los músculos pélvicos”.
En este ciclo los besos son indispensables durante las relaciones sexuales, debido a que esta acción aumenta el apetito sexual en muchas mujeres.
“Una preocupación frecuente a esta edad es la falta de deseo al coito, muchas veces provocada por la carencia de tiempo, las labores profesionales y la atención que requiere el hogar. En este punto es importante buscar espacios para relajarse e incitar encuentros con la pareja”, explicó.
En ocasiones vuelven las inseguridades de la adolescencia, sin embargo, esta vez se presentan de manera diferente, surgen miedos y ansiedades por los cambios físicos causados por la edad.
“No obstante, muchas mujeres a esta edad tienen una seguridad plena en ellas mismas y alcanzan una de las épocas con más deseo sexual; de hecho, hay una investigación del centro de Estudios del Envejecimiento de la Universidad de Duke, en EE.UU. que reconoce que el orgasmo femenino mejora con el paso del tiempo. Mujeres con más de 40 años de edad reconocen mejorar sus orgasmos durante el acto sexual, en comparación con sus épocas juveniles”, arguyó la sexóloga.
En cuanto a los hombres, se pronuncia el aumento de la infidelidad, añadió la experta, en ocasiones generada por el aburrimiento, la rutina y el miedo al paso del tiempo. Se disparan el deseo sexual y las fantasías, que no siempre van acordes con su estado físico. Un factor positivo es que, a esta edad, los varones se convierten en unos amantes maravillosos, dada su experiencia y la imaginación, donde dan mucha importancia a cómo practican el coito y no a la cantidad de veces.
De los 50 a 60 años, en las mujeres hay una disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales, algo que no es acorde con el interés hacia las mismas. Al llegar a esta etapa, después de la menopausia, se puede disfrutar más de la sexualidad, ya que se pierde el temor al embarazo, se suele disponer de más tiempo para disfrutar del sexo, y se cuenta con más experiencia y con menos inhibiciones.
“Los hombres presentan un declive físico progresivo que puede provocar miedos e inseguridades, sin embargo, según una investigación de científicos noruegos y estadounidenses, los hombres de 50 años tienen una vida sexual más satisfactoria similar a la de edad de los 20”, comentó Sanz.
Llegados los 60, el interés sexual en ambos sexos se sigue manteniendo, aunque se manifiesta de forma distinta. “Las relaciones son más afectivas, donde el cariño, las caricias, los abrazos, los besos y la compañía cobran protagonismo. Aunque la sexualidad se puede vivir de forma plena igual que en etapas anteriores e incluso con mejor calidad. Cuentan con más ternura, buen trato y delicadeza, lo que ayuda al placer sexual de los dos individuos”, apuntó la experta.
Por otra parte, el sexólogo Pedro Rondón señaló que el deseo sexual puede ser alto, cuando se activa diariamente hasta cada cuatro días; medio, cuando se activa de cinco a nueve días, y bajo, cuando se activa de 10 a 15 días y se da igual en hombres y mujeres.
Añadió que los factores que causan la pérdida del apetito sexual en las distintas edades podrían ser, el estado de la salud, la autopercepción negativa de su cuerpo, los mitos sexuales, las presiones familiares para que no se relacionen con otras personas, la no aceptación de los cambios físicos, fisiológicos y psicológicos; la falta de información sexual, las disfunciones sexuales, la actitud ante el cambio y el proyecto de vida, los hábitos alimenticios negativos y el consumo de alcohol.
También citó aspectos como la vergüenza para hablar del tema; la monotonía, la rutina en las relaciones de pareja y la pérdida de atracción por la misma, el cansancio físico y mental; enfermedades como la hipertensión, la diabetes, los problemas endocrinos, la depresión, entre otras. Además del consumo de algunos medicamentos como antihipertensivos y los antidepresivos.
Así mismo, el sexólogo manifestó que los adultos mayores son los que se perciben a sí mismos en forma negativa. “Piensan que la sexualidad tiene fines reproductivos y no placenteros, así que bloquean su deseo muchas veces”.
Los mitos sexuales sobre el adulto mayor son asexuados, manifestó el experto. Radican en que la actividad sexual en ellos debe ser censurada y en que la sexualidad es sinónimo de juventud y el vigor adolescente es perversión, así que creen que deben sentirse avergonzados y culpables por responder a los estímulos sexuales.
También se perciben a sí mismos como incapaces de despertar deseo sexual en otros y son incapaces de experimentar placer.
Rondón añadió que la sexualidad no implica solo el coito, hay muchas opciones y el autoplacer es una de ellas, “por eso la masturbación se incrementa después de los 60 años”.
La misma tiene muchos beneficios: fortalece la salud física y psíquica, más si es acompañada de un deporte equilibrado y una comida sana, es relajante y puede actuar como calmante ante los malestares ligeros. “Mantenerse atractivo, desear y ser deseado eleva la autoestima y genera neurotransmisores que producen bienestar. Conservar una vida sexual activa se asocia con la actitud ante la sexualidad. La información es importante para darse cuenta de que la sexualidad termina con la muerte”, aseguró.