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Disfagia, un trastorno de deglución que amerita atención urgente
- 13/09/2022 00:00
- 13/09/2022 00:00
Muchas personas experimentan la incomodidad de no poder tragar un alimento o bebida durante la deglución (el paso de los alimentos líquidos y sólidos desde la boca hasta el estómago) y no le dan la debida importancia. A este proceso se le conoce como disfagia o deterioro de la deglución, un trastorno que puede llegar a convertirse en una enfermedad crónica si no se trata a tiempo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce al trastorno de la deglución como una discapacidad que afecta al sistema digestivo y está asociada con un aumento en la morbilidad, mortalidad y los costos de atención.
“Tragar es un proceso neuromuscular complejo que puede afectarse con facilidad de forma aislada y accidental en cualquier persona sana, o de forma establecida y problemática en personas con procesos patológicos o de envejecimiento. Esta afectación o disfagia es un conjunto de síntomas y signos clínicos que se puede originar por diferentes enfermedades que afectan la estructura anatómica o la función deglutoria en cualquiera de sus fases, según el área que atraviesa el bolo alimentario”, describe la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi) en su sitio oficial.
Según Semi, entre las principales manifestaciones clínicas observables están el babeo, restos de comida en la boca, tos mientras se come, sensación de ahogo, regurgitación nasal, arcadas o dolor al tragar, atragantamiento claro o fiebre sin motivo aparente. La disfagia del área orofaríngea, en la que se afecta más la deglución de los líquidos, abarca el 80% de todas las disfagias.
“Sus complicaciones pueden ser graves, bien por deterioro progresivo de la persona afectada, con pérdida de peso, desnutrición y deshidratación o bien por un problema súbito relacionado con infecciones, principalmente respiratorias o urinarias”, describe Semi.
De acuerdo con el doctor James East, gastroenterólogo de Mayo Clinic Healthcare, el término médico para los problemas de deglución es disfagia.
“Cuando esto ocurre de forma esporádica, generalmente es por comer o beber muy rápido o por no masticar bien la comida. Otra causa podría ser el desgaste normal del esófago que se presenta al ir envejeciendo; sin embargo, en casos crónicos podría tratarse de un problema médico”, dijo East en un comunicado enviado a este medio.
“Aunque la acción de comer puede parecer algo simple, deglutir los alimentos y las bebidas es en realidad una operación compleja en la que participan muchos nervios y músculos. Cuando estos no funcionan bien, los alimentos posiblemente no se muevan como deberían a través del tracto digestivo y, por ello, se queden atascados o se acumulen en la garganta o el esófago”, indicó East.
El fonoaudiólogo Fitzgerald Naanes, de la Policlínica de la Caja de Seguro Social (CSS) Dr. Carlos N. Brin, explicó recientemente que la disfagia, generalmente, es causada por problemas nerviosos o musculares, puede ser dolorosa (odinofagia), y es más común en personas mayores y bebés. Existe una amplia gama de posibles causas de la disfagia; si solo ocurre una o dos veces, probablemente no haya un problema subyacente grave, pero si ocurre con regularidad, debe ser examinado por un médico y especialista.
“La deglución involucra varios músculos y nervios diferentes, y es un proceso complejo. La disfagia puede ser causada por una dificultad en cualquier parte del proceso de deglución y hay tres tipos generales de disfagia: disfagia orofaríngea, esofágica, disofagia a líquidos y sólidos y mixta”, detalló.
A su vez, expertos del hospital Middlesex Health también coinciden en que la disfagia persistente puede ser una enfermedad grave que requiere tratamiento. “La disfagia puede manifestarse a cualquier edad. Las causas de los problemas de deglución varían y el tratamiento depende de la causa”.
Para los galenos, la deglución es compleja y en ella participan varios músculos y nervios. Cualquier afección que debilite o dañe los músculos y los nervios que se usan para tragar o que cause un estrechamiento de la parte posterior de la garganta o del esófago puede causar disfagia.
Una de las conclusiones expuestas durante el 71 Congreso de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) que se celebró en 2020, es que la disfagia es una de las principales secuelas que sufren los pacientes con covid-19, específicamente quienes estuvieron por tiempo prolongado en la UCI.
La progresión de la enfermedad grave de la covid-19 a menudo se asocia con el desarrollo del síndrome de dificultad respiratoria aguda y puede requerir algún tipo de soporte respiratorio, incluida la intubación endotraqueal y la ventilación mecánica, que precisan de una nutrición enteral a través de una sonda nasogástrica para alimentar al paciente, informó esta sociedad científica.
“Estas condiciones aumentan el riesgo de disfagia y aspiración. Aunque no tenemos aún datos disponibles sobre la incidencia, sí que hemos visto aumentadas las consultas por parte de estos pacientes”, indicó a EFE el doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca, secretario general de la Seorl-CCC.
Un trabajo publicado en la revista Dysphagia señala que la prevalencia de disfagia aumenta en el 56% de los pacientes después de 48 horas de tratamiento con intubación orotraqueal.
Las intubaciones prolongadas, el déficit de función pulmonar residual y la pérdida de masa muscular (sarcopenia) “pueden producir dificultad para tragar. Pero también las afectaciones neurológicas que se han visto en muchos pacientes tras la covid-19 pueden estar involucradas en el desarrollo de la disfagia”, afirmó el doctor.
A su vez detalló que se ha observado una tasa algo más elevada de parálisis faríngea o laríngea o, al menos, pérdida de fuerza en esa zona que repercute en la disfagia.
Las enfermedades asociadas con la disfagia esofágica incluyen desde la enfermedad de reflujo gastroesofágico, los tumores esofágicos, las afecciones en las que los músculos esofágicos presentan espasmos o no pueden relajarse, como en la acalasia, esclerodermia, esofagitis eosinofílica y tanto la fibrosis como el estrechamiento del esófago que es un efecto secundario de la radioterapia.
Para East, los problemas de salud subyacentes relacionados con la disfagia orofaríngea incluyen algunos tipos de cáncer, enfermedades neurológicas, el desarrollo de un crecimiento similar a una bolsa en la garganta (que se conoce como divertículo de Zenker) y el daño nervioso a raíz de un accidente cerebrovascular, un traumatismo cerebral o una lesión en la médula espinal.
La dificultad crónica en la deglución puede resultar en pérdida de peso, atragantamiento y provocar que la comida llegue a los pulmones, lo que a su vez podría causar aspiración, neumonía y ahogo, explicó East durante un conversatorio con medios.
El diagnóstico de disfagia crónica puede requerir radiografías, endoscopia, en la que se usa un endoscopio para visualizar el esófago medición de la presión esofágica y tomografías computarizadas.
El tratamiento puede incluir fisioterapia, cirugía, medicamentos y cambios en la alimentación, incluido el descartar alimentos con ciertas texturas y limitar o eliminar el consumo de cafeína y alcohol.
Entre los nuevos tratamientos se incluye la miotomía endoscópica peroral (Poem, por sus siglas en inglés), donde se reemplaza la cirugía laparoscópica tradicional para liberar el espasmo de los músculos esofágicos por una técnica endoscópica menos invasiva que se realiza completamente a través de la boca.
“Si la dificultad para deglutir alimentos empieza a ser más frecuente y no solo ocurre muy de vez en cuando, es importante que consulte con el profesional de atención médica con premura para explorar si la causa podría ser una enfermedad subyacente. Las afecciones crónicas que contribuyen a la disfagia pueden, con frecuencia, tratarse exitosamente y así mejorar en gran manera la calidad de vida, pero los problemas de deglución casi siempre deben investigarse con rapidez”, subrayó East.
Por su parte, Naanes, fonoaudiólogo en la CSS, explicó que una vez el otorrino confirma el diagnóstico de disfagia orofaríngea, el paciente es enviado al fonoaudiólogo, quien realizará una valoración y determinará las posibles causas de la disfagia, para luego realizar un plan de intervención y lograr la correcta deglución del paciente, garantizando que su alimentación sea eficaz, efectiva y eficiente. Si el diagnóstico es de disfagia esofágica, el tratamiento, generalmente, es quirúrgico; por lo que el otorrino referirá el paciente a los especialistas pertinentes para su valoración y tratamiento.
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares y otros institutos nacionales de la salud de Estados Unidos llevan a cabo investigaciones relacionadas con la disfagia en sus clínicas y laboratorios y apoyan la investigación adicional por medio de subvenciones a instituciones médicas en todo el país. Gran parte de estas investigaciones se concentran en la búsqueda de mejores formas de tratar la disfagia.