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La realidad de la salud menstrual en Panamá
- 27/05/2023 00:00
- 27/05/2023 00:00
Alrededor del mundo, 300 millones de niñas, adolescentes y mujeres están menstruando en este momento, de acuerdo con los cálculos del Banco Mundial.
Sin embargo, dos de cada cinco niñas que menstrúan dejan de ir a sus centros educativos por la falta de acceso a los productos necesarios para la higiene menstrual, mientras que al menos 500 millones de mujeres en el mundo no cuentan con las instalaciones adecuadas para manejar sus desechos durante la menstruación.
Panamá no es la excepción a esta realidad. La falta de agua, la falta de instalaciones para el manejo de desechos en centros educativos, baños públicos o puestos de trabajo, y la inaccesibilidad a productos como toallas sanitarias, tampones, entre otros tipos de productos menstruales, vuelven un reto los primeros cinco días del ciclo menstrual de las mujeres de algunos sectores del país.
La carencia de elementos como estos es parte de la definición de pobreza menstrual. En general este término hace referencia a la falta de recursos de mujeres y niñas en el proceso de la gestión menstrual, incluyendo el conocimiento general de cómo funciona la menstruación y cuál es la manera adecuada de gestionar el ciclo menstrual.
La falta de productos para gestionar la menstruación o el conocimiento adecuado para conocer el ciclo pueden amenazar la higiene menstrual y por consiguiente la calidad de vida de las niñas y mujeres.
“Es muy fácil creer que esto se soluciona tomando cinco dólares, yendo a la tiendita y consiguiendo un empaque de toallas sanitarias. Esos son privilegios, porque a 45 minutos del centro de la ciudad de Panamá hay niñas, mujeres, adolescentes y personas que menstrúan que no están teniendo acceso a productos de gestión menstrual”, comentó Claudia Vidal, fundadora y directora del colectivo feminista Palabras poderosxs, en una conversación con 'La Decana'.
Desde 2020, Claudia ha tratado de combatir esta realidad junto al equipo de Palabras poderosxs. Con la ayuda de otras voluntarias, el colectivo se dedica a la recolección de toallas sanitarias y papel higiénico para ayudar a las niñas y mujeres que no tienen acceso a estos productos por su situación socioeconómica o por su lejanía de locales comerciales en donde puedan encontrarlos.
Hasta el momento han donado más de 2.500 kits menstruales y también han implementado talleres sobre el manejo del periodo en algunas de las comunidades que han visitado junto con otras organizaciones aliadas, sin mencionar el trabajo que hacen en redes sociales para desmitificar la menstruación.
Chepo, Bocas del Toro, Veracruz y San Miguelito son algunos de los lugares que ha visitado este colectivo para brindar ayuda o enviar toallas sanitarias.
También han donado a cárceles, escuelas, y han enviado productos menstruales en casos de emergencia –como cuando sucedieron las inundaciones en Boquete– y también donan a las fronteras para las mujeres migrantes, un tema que consideran no tiene tanta visibilidad como debería.
“Deberíamos quitarnos esa idea de que todas tenemos garantizado el acceso a productos de gestión menstrual, cuando no es así. Existe una realidad que no está siendo visibilizada con el tema de pobreza menstrual, donde todo se reduce a un ciclo de carencia”, también dijo Vidal.
De acuerdo con el doctor Luis Batista, quien forma parte de la Sociedad Panameña de Obstetricia y Ginecología, tener en cuenta elementos básicos como la cantidad de sangrado, la regularidad del ciclo y otros aspectos es parte de la higiene menstrual que se debe vigilar de cerca, sin embargo, los tabúes alrededor de la menstruación y la falta de guía por profesionales dificulta esta tarea, y por lo general hace más daño a las pacientes.
“Parte de la higiene menstrual es conocer si tu menstruación es normal, primero que nada, para después hablar sobre la falta de productos menstruales. Me he encontrado con pacientes que desde que se desarrollan el dolor es incapacitante o sangran excesivamente y lo toman como parte del proceso, pero no es así”, explicó el doctor Batista a La Estrella de Panamá.
El ginecólogo también reconoció que la falta de recursos para gestionar bien el ciclo menstrual es importante para la higiene; de hecho, las mujeres que menos acceso tienen a agua potable en sus hogares o a productos especiales para la menstruación usualmente sufren de vaginitis.
Aunque estas infecciones tienen tratamiento, son incómodas para las pacientes debido a la irritación y el dolor del área, además de que puede ser un tema delicado por síntomas de la enfermedad que son socialmente considerados “desagradables” como el mal olor, flujo vaginal anormal o cambios de color en la vulva o la vagina.
“Sí, nos hemos encontrado con el problema de que algunos lugares muy aislados no tienen todos los servicios básicos y las mujeres no pueden cambiarse durante todo el día, lo que ocasiona infecciones en el área vulvar o el área perineal. Entonces, cada vez que pasan por la menstruación, se irritan o tienen infecciones”, señaló.
Según el estudio 'Manejo de la vulvovaginitis en la atención primaria', publicado por el doctor Esteban Sánchez Gaitán en la revista médica Sinergía en el año 2018, se considera que una paciente tiene vaginitis recurrente cuando hay más de cuatro episodios de infección en un año.
Este padecimiento se puede ver complicado y las pacientes pueden presentar síntomas severos que afectarían su día a día.
“Lastimosamente en momentos de crisis, ya sea una pandemia o en desastres naturales, lo único que se nos olvida es donar toallas sanitarias. Las mujeres nunca dejamos de ser mujeres y tampoco dejamos de menstruar, incluso en estos momentos de caos”, manifestó la fundadora del colectivo feminista Palabras poderosxs.
Es por esto que además de todo el activismo que hace el colectivo sobre la pobreza menstrual y el acceso a productos e información que sea funcional para las mujeres, el colectivo trabajó junto a la Comisión de la Mujer, la Niñez, la Juventud y la Familia para la creación del anteproyecto de ley 303. Este garantizaría el acceso integral a la gestión menstrual por parte del Estado.
En el anteproyecto de ley se hace mención de que la población invierte parte de sus recursos en la gestión menstrual todos los meses de manera no optativa, lo que impacta significativamente los ingresos femeninos.
También se menciona a otros países de la región como Perú, México, Argentina, Chile y Colombia, que han tomado cartas en el asunto para combatir la pobreza menstrual.
El anteproyecto reconoce y garantiza el derecho a la gestión menstrual en condiciones dignas de higiene y salud en todo el territorio nacional.
A su vez, garantiza el acceso a elementos de gestión menstrual de manera gratuita en escuelas y centros de salud del Estado y aporta a la reducción de la brecha de desigualdad adquisitiva en elementos de salud e higiene indispensables al eliminar la imposición fiscal que poseen.
Por otro lado, promueve opciones de gestión menstrual que tengan un menor impacto ambiental y económico, así como la educación sobre el ciclo menstrual en todos los niveles escolares de Panamá.
A pesar de todo esto, de acuerdo con Vidal, el anteproyecto de ley 303 se quedó detenido en segundo debate y no se ha vuelto a tocar más en la Asamblea Nacional.
“Necesitamos con urgencia que el Estado se involucre, desde la Asamblea Nacional hasta ministerios como el de Salud, el de Educación y el de Desarrollo Social, porque son instituciones que deben velar por garantizar estos derechos que giran en torno al tema de la menstruación”, dijo Vidal.
Para muchas niñas y mujeres de Panamá y el mundo, menstruar es sinónimo de pérdida de clases, días en los que no pueden asistir al trabajo o salir de sus casas. Solo estos factores reducen el nivel de oportunidades que tienen en la sociedad, sin contar los demás retos como la desigualdad y la brecha de género.
De acuerdo con Vidal, la acción de la sociedad es también necesaria para la normalización de la menstruación y visibilización de los problemas que enfrentan las mujeres menstruantes que les impiden llevar un ciclo normal.
Desde las comunidades y familias, la sociedad civil debe involucrarse cada vez más en visibilizar y normalizar el tema, que según Vidal y los expertos en anatomía femenina es un proceso biológico que viene desde los inicios de la humanidad, siendo este solo el primer paso para construir un mundo donde niñas, adolescentes y mujeres puedan vivir sin el miedo de mancharse.
La segunda versión del festival menstruante será un espacio de discusión para todas las edades, en el cual se verá la menstruación desde diferentes aristas
El colectivo feminista panameño Palabras poderosxs estará celebrando hoy la segunda edición del Festival Menstruante, en conmemoración del Día Mundial de la Higiene Menstrual. Este se estará realizando en el Centro Cultural de España/Casa del Soldado desde las 9:30 a.m. hasta las 5:00 p.m. con diversas actividades.
El Festival Menstruante es el primer evento en Panamá con esta temática y busca promover el acceso a menstruar en condiciones dignas, sin prejuicios, sin tabúes y sin vergüenza.
Este espacio también busca la visualización de la menstruación como una realidad colectiva relacionada con los derechos humanos, la dignidad, autonomía y equidad de todas las niñas, adolescentes y mujeres.
La entrada a este evento es gratis y contará con actividades para todas las edades.
En el programa del festival hay talleres como 'El abc de la menstruación', dirigido a niñas entre los 10 y 13 años, y 'Copa menstrual: un camino hacia una menstruación más libre y sostenible' para adolescentes mayores de 13 y mujeres adultas.
También habrá conversatorios como 'Menstruación y mi experiencia como mujer indígena' liderado por la licenciada en derecho y ciencias políticas de la Universidad de Panamá Nailasob Alfaro, y 'Alimentación y sus efectos en el ciclo menstrual', en el cual estará la nutricionista Maria Luisa Chuljak.
Otras actividades que habrá en el Festival Menstruante incluyen talleres de mandalas en los cuales las participantes podrán hacer su propio arte menstrual con acuarela, un mercadito menstrual donde podrán encontrar libros, accesorios, y más, así como la proyección de los cortometrajes 'La munda es nuestra' (2019) y 'Frutabomba' (2021), ambas dirigidas por Eliana Araúz, y un Open Mic para cerrar con broche de oro el evento.
Habrá actividades exclusivas para mayores de 18 años, como los talleres 'Conecta con tu placer y capacidad creativa' y 'Mi mapa erótico: Todo lo que necesitas saber sobre el placer'.
Durante el evento también se estarán recolectando toallas sanitarias que luego serán donadas por el colectivo a las comunidades u organizaciones que lo necesiten.