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Movilidad urbana sostenible, un reto de las ciudades inteligentes
- 06/05/2022 00:00
- 06/05/2022 00:00
El SMARTCITY.es es una plataforma digital sobre movilidad urbana que en su sitio web describe la movilidad urbana como el “conjunto de desplazamientos, tanto de personas como de mercancías, que se producen en una ciudad con el objetivo de recorrer la distancia que separa un lugar de otro”. Estos desplazamientos pueden realizarse en medios de transporte público o privado, que conectan los puntos de destino mediante movimientos no motorizados, como los que hace el peatón o los que permite la bicicleta; o a través de medios motorizados como las motocicletas, automóviles, tráiler, autobuses o el Metro.
Siendo la movilidad urbana un factor del que dependen las poblaciones para su desarrollo, agencias multilaterales que impulsan el desarrollo sostenible en América Latina, como el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), consideran que es relevante propiciar financiamientos que impulsen la agenda social hacia un desarrollo urbano con movilidad sostenible.
En el caso de la CAF, esta señala en su plataforma digital que cerca del 80% de la población de la región latinoamericana vive en centros urbanos y que esta se incrementará hasta alcanzar el 90% en las próximas décadas, por lo que crear sinergias para impulsar la conectividad de las personas impulsa además el PIB en los países.
Es por esto que la movilidad urbana se ha convertido en un factor determinante tanto para la productividad económica de las ciudades como para la calidad de vida de sus ciudadanos y su acceso a servicios básicos de salud y educación.
Bajo este concepto de desarrollo sostenible asociado a qué, cómo y cuándo nos movilizamos en la urbe, es que logramos propiciar nuestro propio desarrollo. El Municipio de Panamá, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), desarrolló el Plan integral para la mejora de la movilidad y seguridad vial para el centro histórico de la ciudad de Panamá.
El plan del centro estableció una propuesta de política de movilidad urbana que articuló el contexto urbano con el sistema de transporte público, generando una buena gestión de tránsito al tener un balance entre los estacionamientos, la movilidad peatonal y los costos de transporte; así, con esta propuesta la ciudad de Panamá obtuvo un documento escalable a otros centros urbanos históricos del país.
Sin embargo, para que la movilidad urbana sea sostenible se requiere de estudios que integren las necesidades de todos los sectores involucrados en el desarrollo de una ciudad, y en el caso de Panamá con apoyo del BID se desarrolló el Plan integral de movilidad urbana sustentable (Pimus), como herramienta de planificación urbana sostenible para definir la política y los programas que en materia de movilidad requiere el área metropolitana de ciudad de Panamá (AMP) para los próximos 30 años.
El enfoque de planificación del Pimus busca que el desarrollo del AMP reduzca las cantidades de viajes al crear estrategias de desarrollo orientado al transporte, que minimicen los desplazamientos; se impulse el cambio modal hacia el transporte público y no motorizado, ofreciendo estándares con la calidad esperada por los usuarios; y se mitigue el impacto sobre la población, el tráfico y el ambiente, reduciendo las externalidades del transporte.
El CAF identificó cinco retos. De acuerdo con esta institución, los desafíos a los que se enfrenta el Pimus son la inequidad en el acceso al transporte, puesto que no todos los grupos socioeconómicos tienen las mismas facilidades para moverse.
La inequidad amplía su brecha en los grupos vulnerables, como las mujeres, los niños, los estudiantes y los grupos étnicos, porque existe reticencia de algunos operadores del transporte público a transportarlos.
Se identificó como un desafío las precarias condiciones de seguridad vial, ya que se carece de registros de accidentes e incidentes de manera sostenible y con acceso a todo público.
Se determinó como un desafío la deficiencia en espacios públicos, pues aunque existen traslados de un punto a otro, la infraestructura peatonal es precaria o inexistente en algunos lugares.
Otro desafío es el transporte público con inadecuada infraestructura y limitada conectividad de la red vial.
Debido a que la movilidad urbana en América Latina aumenta cada año por el incremento del parque automotor, el análisis de los desafíos a los que se enfrentan las ciudades permite entender que las políticas de ordenación urbana territorial requieren del conocimiento que aportan los estudios de movilidad cotidiana.
Esto, según los autores del artículo “Análisis de la movilidad urbana de una ciudad media mexicana, caso de estudio: Santiago de Querétaro”, Saúl Antonio Obregón-Biosca y Eduardo Betanzo-Quezada, permite responder “¿cuáles son los patrones de desplazamientos? y ¿qué medio empleamos?, las cuales reflejan información sobre la situación espacio-territorial bajo estudio y generan correlaciones entre la estructura espacial urbana y el transporte mediante la duración y distancia de viaje.
Un ejemplo de este punto es que las 10 ciudades principales de América Latina, aunque son responsables de más del 30% del PIB regional, presionan a los usuarios residentes de estas zonas a utilizar más de una hora diaria en el transporte. Al responder en estas 10 ciudades las preguntas objetivo del párrafo anterior, es posible detectar los puntos críticos por donde es más estratégico comenzar a diseñar la estructura espacial urbana que se requiera para los próximos 30 años.
Una ciudad inteligente, según la plataforma digital sostenibilidad.com, es “el resultado de la necesidad cada vez más imperiosa de orientar nuestra vida hacia la sostenibilidad”, por lo que se sirven de infraestructuras, innovación y tecnología para disminuir el consumo energético y reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Los ejemplos que describe este sitio web indican que las Smartcities utilizan tecnología de punta para lograr la sostenibilidad, siendo importante tomar en consideración la adición de paneles solares para semáforos o señales de tránsito que promuevan el uso de bicicletas.
En cuanto a Smartcities y según el BID, “los principales retos en materia de movilidad urbana están relacionados a la contaminación ambiental y cantidad de tiempo que la ciudadanía pasa en el transporte desplazándose a su lugar de trabajo.
Las plataformas de gestión de tráfico, las apps de movilidad, la introducción de nuevos vehículos inteligentes y sostenibles –eléctricos, híbridos, conectados, autónomos, entre otros–, son algunos de los medios de una ciudad inteligente para elaborar un plan de movilidad urbana eficiente que dé respuesta a las necesidades de los ciudadanos y las empresas”.
Es por ello que el BID apoya iniciativas dirigidas a “promover una movilidad urbana (i) productiva, que favorezca un uso eficiente del espacio vial; (ii) limpia, que mitigue las problemáticas de contaminación y cambio climático; (iii) multimodal, e integrada con el ambiente urbano e (iv) inclusiva, asequible y segura para todos; (v) innovadora en la prueba y adopción de nuevas tecnologías y (vi) gobernable, transparente y fiscalmente sostenible”.
A través del Pimus y el plan del centro, las agencias multilaterales apoyan a Panamá en su oportunidad de transformar el sistema de movilidad urbana hacia un sistema integral que articule las necesidades de los diferentes actores, con miras a propiciar mejores plataformas de movilidad para la producción sostenible del producto interno bruto del país.