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Impacto de la degradación de los recursos naturales en el desarrollo humano
- 30/09/2022 00:00
- 30/09/2022 00:00
Jairo Escobar, autor de la publicación 'La contaminación de los ríos y sus efectos en las áreas costeras y el mar', de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), señala que “entre el 70% y 75% de la contaminación marina global es producto de las actividades humanas que tienen lugar en la superficie terrestre”, y que aproximadamente un 90% de los contaminantes que genera esta contaminación marina es transportado por los ríos al mar.
Al contrastar estos valores con las zonas con asentamientos humanos, el autor advierte que cerca de un 80% de la población mundial –lo que equivale aproximadamente a 3,6 billones de habitantes– se ubica en las costas o cerca de ellas, especialmente en zonas urbanas, donde una parte importante de los desechos que allí se producen se deposita directamente en el océano.
“Como consecuencia, muchos ecosistemas críticos, algunos únicos en el mundo, tales como bosques de manglar, arrecifes coralinos, lagunas costeras y otros lugares de interfase entre la tierra y el mar, han sido alterados más allá de su capacidad de recuperación”, tal es el caso de la bahía de Panamá, la bahía de Almirante o la bahía de Portobelo, puntos geográficos que reciben las descargas de residuos de los asentamientos humanos, por mencionar algunas de las bahías más relevantes de Panamá.
En estos accidentes geográficos, si no son dispuestos en los sitios adecuados, se puede extrapolar que allí descargarían los desechos de cerca de 1.868.688 habitantes en la bahía de Panamá, de 292.080 habitantes en la bahía de Portobelo y de 400.200 habitantes en la bahía de Almirante. Es decir, los desechos de cerca de 2,6 millones de personas que representan el 65% del total de la población de país, podrían ser descargados al mar.
Este conteo de desechos descargados al mar son la aproximación de lo que puede llegar a través de los ríos al mar si el país no cuenta con disposición y tratamiento de los residuos sólidos y sistemas de tratamiento de aguas residuales, tanto domésticas como industriales para depurar las aguas “usadas” antes de descargarlas al mar como punto final.
La pregunta que cabe es, ¿cuántos residuos de estos 2,6 millones de habitantes son recolectados, dispuestos en sistemas adecuados y tratados antes que lleguen al mar?
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indica en su publicación, 'Ecología y enseñanza rural: nociones ambientales básicas para profesores rurales y extensionistas', que durante muchos años se pensó que los recursos naturales eran inagotables, o en su defecto, se tenía la creencia de que se renovarían rápidamente por sí solos, si eran contaminados por las actividades antropogénicas.
No obstante, los cambios en la biosfera producidos por la actividad humana durante las últimas décadas son comparables con los cambios naturales que suceden en miles de años, situación que ha provocado una acelerada degradación de los recursos naturales, erosión del suelo, deforestación, desertificación, contaminación y pérdida de la diversidad biológica.
Para la FAO es imprescindible entender las relaciones entre la degradación de los recursos humanos y la alimentación; por ejemplo, la actividad humana influye constantemente en el funcionamiento del suelo, casi siempre vulnerando su fertilidad; con esto no solo se refiere a la degradación del suelo por deforestación, sino a todas las actividades que alteran y cambian las funciones y relaciones que tiene el suelo dentro del equilibrio necesario para la sostenibilidad de los recursos naturales, como es el sobrepastoreo, la producción de contaminantes que perturban el equilibrio en los hábitats y la modificación del espacio territorial natural para edificar asentamientos humanos, sin diseños adecuados que mitiguen los impactos antropogénicos y propicien la conservación de los recursos naturales.
Al impactar los recursos naturales, se impacta en el desarrollo humano; dependerá del enfoque catalogar el impacto. Al eliminar los recursos naturales para expandir las áreas urbanas, según la FAO, la demanda de productos agrícolas crece, tanto por el aumento en la densidad de población, como por las actividades desarrollas en esas áreas. Se incrementa la concentración de actividades comerciales, lo que implica un aumento en la demanda de los insumos o materias primas, como las legumbres, frutas, alimentos cárnicos, lácteos y otros, para restaurantes; o madera y agua para suplir la demanda energética de las nuevas áreas urbanizadas. Es decir, se puede entender que aumentarán las inversiones y la población tendrá un desarrollo económico en esa nueva área urbana.
Sin embargo, al reducir los recursos naturales para obtener “nuevo territorio”, la materia prima proveniente de los recursos naturales desaparece del área y es necesario extraerla de “otras zonas” a las que llamamos “rurales”; esta demanda de productos genera presiones en las áreas rurales y el alimento empieza a escasear, por lo que aparecen las importaciones cuyos beneficios no son equitativos para los productores locales.
Además, los residuos líquidos producidos por los asentamientos humanos son descargados de forma directa a los ríos, desde los alcantarillados de urbanizaciones que solo conducen los desechos, sin ningún tipo de tratamiento a los ríos; estas descargas alteran la ictiofauna produciendo la desaparición en los ríos de las especies de peces más vulnerables e incrementan la abundancia de otras más resistentes a las altas cargas de contaminantes humanos.
Al desaparecer las especies se modifica el tipo de alimento que habita en los humedales y se genera un desequilibrio en la alimentación de los cetáceos marinos, mamíferos acuáticos con placenta, como las ballenas y los delfines, que se alimentan es estas zonas.
Igualmente, la variación en el tipo de alimento disponible en los ríos y costas afecta la dieta humana.
La Organización de las Naciones Unidas indica en su plataforma digital que “El desarrollo humano es el proceso en el cual una nación o región geográfica invierte un porcentaje de sus recursos económicos en el mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos”.
Señala que este generalmente se produce a través de la creación de las condiciones para que las necesidades fundamentales de la población sean satisfechas y sus derechos humanos básicos respetados.
Así, la definición según la ONU indica que el desarrollo humano es “el proceso de expansión de las capacidades de las personas que amplían sus opciones y oportunidades” y está compuesto del desarrollo social, el desarrollo económico y el desarrollo sostenible.
Para que exista el desarrollo humano es imperante la conservación de los recursos naturales, puesto que los impactos de la degradación de estos últimos genera presiones en los recursos naturales y, por ende, las condiciones para el progreso en la calidad de vida de los humanos no se alcanzan.
Como conclusión a este artículo de prensa, se destaca lo señalado en la publicación de la Cepal, “para satisfacer la demanda de los recursos naturales para las poblaciones, ya no es posible recurrir a tierras aún sin explotar: la única respuesta es intensificar la producción sin agotar los recursos básicos ni degradar el ambiente”.
Las políticas públicas que integran el desarrollo y las necesidades de los asentamientos humanos con diseños y acciones ambientales sostenibles, minimizan los impactos de la degradación de los recursos naturales que produce el desarrollo humano.