La COP28 será el escenario global para Latinoamérica y el Caribe en la lucha contra el cambio climático

Actualizado
  • 22/11/2023 00:00
Creado
  • 22/11/2023 00:00
En esta edición de la conferencia, la región tendrá la oportunidad de exponer sus soluciones y reivindicaciones en cuanto a la crisis climática
La Conferencia de las Partes se llevará a cabo en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre.

Por primera vez en la historia de la Conferencia de las Partes (COP), América Latina y el Caribe tendrá su propio espacio para plantear sus reivindicaciones climáticas y soluciones globales durante la vigésima octava edición, que se celebrará el 30 de noviembre en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.

De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), este será un espacio único para la región en el que podrán asumir el liderazgo global sobre asuntos como la transición energética justa, la adaptación, los mecanismos de daños y pérdidas, la gestión de riesgo de desastres naturales, las soluciones basadas en la naturaleza, el trabajo integral en ecosistemas estratégicos, la protección de la biodiversidad y la producción de alimentos sostenibles.

Latinoamérica es una de las regiones del mundo que más sufre los efectos del cambio climático, sin embargo, también es una en la que menos se ha efectuado algún tipo de iniciativa o apoyo para resolver los problemas que ocasiona el mismo.

En esta edición de la COP, expertos globales y representantes de los países que estarán participando tendrán la responsabilidad de marcar una nueva hoja de ruta para la descarbonización de las economías modernas a nivel global, además de seguir reforzando el objetivo propuesto desde 2015 en la COP21 de mantener el aumento de la temperatura del planeta por debajo del 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales.

Uno de los objetivos principales de la COP28 es establecer medidas estratégicas para disminuir la temperatura global.

Por su parte, América Latina y el Caribe aportarán a esta reunión en Dubái cuatro puntos que fueron previamente discutidos en la Semana del Clima de Panamá, que tuvo lugar el mes pasado.

Los objetivos de la región son: Impulsar la agenda de adaptación en un mundo de 1,5 °C, promover el reconocimiento de las funciones y servicios ecosistémicos que presta el continente y que no son reconocidos en su rol fundamental para la estabilidad climática, alcanzar una reforma en la arquitectura financiera climática global y fomentar soluciones climáticas desarrolladas por los pueblos indígenas basadas en sus conocimientos ancestrales.

“La COP28 será un buen escenario para lograr que la voz, planteamientos y soluciones de América Latina y el Caribe tengan mayor presencia en las negociaciones climáticas globales. La región necesita transitar hacia modelos productivos sostenibles que contribuyan a la descarbonización progresiva y a la resiliencia”, dijo Alicia Montalvo, gerente de Acción Climática y Biodiversidad Positiva del CAF.

Montalvo también explicó que a medida que Latinoamérica pasa por estos cambios, también deberá demostrar durante la COP28 que la acción climática global no será efectiva si no se tiene en cuenta a la región.

Según esta experta, el espacio auspiciado por el CAF y otras entidades que abordan el desarrollo en la región permitirá abordar toda la situación actual de la región de una manera dinámica y constructiva, contribuyendo al éxito de esta conferencia.

¿Cuál es la realidad actual?

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), la COP28 será una coyuntura crítica durante el actual “contexto de crisis climática sin precedentes” así como para las iniciativas climáticas internacionales que se destinan para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C.

Esto se debe a las altas temperaturas registradas este año y la cruda devastación como efecto secundario del cambio climático.

Durante esta conferencia se dará inicio al primer balance mundial del medio ambiente, que constituye un momento crucial para la reflexión para medir el progreso que se ha tenido en cuanto a la resolución de la crisis ambiental.

Este también recoge los retos que aún quedan pendientes, mientras se sigue dando respuesta a esta problemática.

Por otro lado, esta ocasión será de suma importancia para el sur global, que exige medidas concretas para cumplir la promesa de financiación por pérdida y daños, que fue establecida en la conferencia del año pasado junto al aumento de la financiación climática y otro tipo de estrategias económicas innovadoras para impulsar estas iniciativas de adaptación a la crisis.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) detallaba el año pasado en medio de la COP27 que la inversión destinada a la adaptación podría costar a los países en desarrollo entre $160.000 millones y $340.000 millones cada año hasta 2030. Asimismo, se pronosticó que esta cifra iría en aumento hasta alcanzar los $565.000 para 2050 si el cambio climático sigue acelerándose.

Las medidas de adaptación a la crisis climática incluyen todo tipo de iniciativas, desde la construcción de diques hasta la creación de cultivos resistentes a la sequía, de acuerdo con lo indicado por esta misma organización en el Informe sobre la Brecha de Adaptación 2022.

La realidad actual que sostienen asociaciones ambientales y otras entidades es que la ventana para mantener la temperatura global dentro del umbral de 1,5 °C sigue cerrándose, sin embargo, todavía hay esperanza de retroceder.

De acuerdo con el Pnud, un cambio positivo está a nuestro alcance, impulsado por una confluencia de liderazgo, determinación e inversión estratégica con líderes emergentes de países en desarrollo y sus innovadoras soluciones climáticas.

Las transformaciones pueden lograrse cuando se unen el liderazgo, la voluntad política y la inversión, es lo que plantea esta organización.

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