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- 22/07/2014 02:00
En medio de la batalla por la conservación de los bosques en todo el mundo, una iniciativa europea impulsa la explotación de los productos procedentes de los bosques, de forma sostenible.
Se trata de ‘Sabores de Bosques Sostenibles’, un proyecto pionero en el mundo, liderado por la Asociación para la Certificación Española Forestal (PEFC), que aboga por el aprovechamiento ordenado y sostenible de alimentos silvestres, como: frutos, piñones, setas, trufas, plantas aromáticas y hasta cerdo ibérico, por mencionar algunos.
Ana Belén Noriega, secretaria general de PEFC indicó a EFE que en España por ejemplo hay más de 1,7 millones de hectáreas de bosques certificados, que integran a más de 12 mil 460 gestores públicos y privados que se pueden explotar.
El proyecto incluye sitios protegidos como los de la Red Natura 2000, parques nacionales o naturales, ‘que albergan una alta biodiversidad de especies’ y busca que las personas valoren más los recursos naturales que tienen a su alrededor.
Con esta iniciativa se trata de apostar por una ‘economía de escala que ofrezca alternativas de empleo a los habitantes del medio rural para que se puedan a quedar a vivir en su pueblo’, destaca Noriega, añadiendo que ‘si logramos que la gente pueda vivir en su entorno de forma digna con los recursos que obtienen del bosque, conseguiremos que no vivan de espaldas al bosque, valoren más lo que hay allí y se impliquen en su cuidado y defensa’.
Según Noriega, el proyecto tiene como objetivo crear ‘empleo, no salarios’ y remarca ‘empleo verde’ que saca al mercado un producto o un servicio bajo un sistema productivo sostenible, de respeto ambiental, pero que también tiene en cuenta la dignidad del trabajador.
LA EXPLOTACIÓN DE LOS BOSQUES EN PANAMÁ
A pesar de que la iniciativa de explotar los bosques tiene su origen en España, hay que recordar que en Panamá también se promueve el uso sostenible de la flora, mediante programas como el de Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques (REDD +) y el de la Asociación Nacional de Reforestadores y Afines de Panamá (ANARAP), de plantar un millón de hectáreas en 20 años, y entre otros.
En cuanto a si el proyecto europeo podría implementarse en Panamá, el ingeniero agrónomo y vocero de ANARAP, Ariel Vaccaro, dijo al diario La Estrella de Panamá que aunque se trata de un proyecto positivo para la flora, la explotación de todos los productos del bosque no es tan viable para los campesinos panameños, principalmente la de los árboles frutales; pero sí la explotación de recursos bajo plantaciones forestales. ‘La explotación de los árboles frutales no es tan factible para nuestros campesinos porque les hace falta capacidades; sin embargo, lo que sí les es más factible son las actividades desarrolladas bajo los árboles como el sistema silvopastoril (cría de ganado, cabras, etc.) o la siembra de productos como el café’, considera Vaccaro.
Por otro lado, Noriega afirma estar convencida de que éste y otros proyectos puedan terminar convirtiéndose en un generador de empleo y en un motor de desarrollo local. ‘Nuestro proyecto persigue la diversificación de actividades económicas basadas en la sostenibilidad forestal. Pretendemos promocionar los productos comestibles de los bosques, así como otros sabores (aromáticas, humos, leñas para cocinar, etc.) que generen un flujo continuo de recursos y un modo de vida’, indica Noriega, resaltando que el turismo rural ha abierto una puerta excepcional a este tipo de actividades, pero hay que continuar investigando nuevas formas para explotar los bosques.