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Desde Aguadulce, una visión de la bahía de Parita
- 31/08/2023 10:12
- 31/08/2023 10:12
Manglares, playas, aves marinas, pesca, salinas, turismo, marcan el ritmo de vida a lo largo de la franja costera que abarca la bahía de Parita, desde la comunidad de Antón, provincia de Coclé, hasta las zonas costeras de Herrera y Los Santos.
Se trata del que es considerado el segundo sitio más importante para las aves migratorias en Panamá. Refugio de miles de aves playeras, los humedales de la bahía de Parita incluyen ríos, ciénagas, lagos, bosques de manglar y planicies intermareales, además de camaroneras y salinas, según revela la Sociedad Audubon de Panamá.
Durante un recorrido por el área de manglares de Aguadulce, representantes de Audubon Panamá destacaron que en esta zona costera existen siete especies de mangle: mangle negro, mangle blanco, mangle rojo, mangle salado, mangle piñuelo, mangle botoncillo y mangle caballero.
También, el gran impacto de los humedales en la economía nacional, pues brindan alimento y refugio, en su etapa juvenil, a los peces y camarones de valor comercial, garantizando el sustento de las personas que se dedican a la pesca artesanal.
No obstante, este entorno marino costero no escapa del impacto humana y el progreso, tal como lo avizora el proyecto que crea el Área Económica Especial de Aguadulce y la Terminal Multipropósitos del distrito de Aguadulce, el cual generará 10 mil empleos: 5 mil directos en la fase de construcción, y otros 5 mil en la primera etapa de desarrollo.
Según la Ley 309 de 1 de junio de 2022, estas instalaciones abarcarán 1,758 hectáreas, propiedad del Estado, entre las comunidades de El Gallo y El Salado, en el corregimiento de Barrios Unidos; y permitirá el desarrollo y operación de transacciones y actividades comerciales, industriales, logísticas, aduaneras y turísticas.
¿Cuál será el impacto que tendrá este desarrollo portuario no solo en Aguadulce, sino en la zona costera de la bahía de Parita?
Para el periodista y promotor turístico, Luis Polo Roca, la construcción de este proyecto sí va a traer un muy buen movimiento a la economía de Aguadulce, en cuanto a generación de empleo y una vez empiece funcionamiento. “No se puede negar que el auge económico y comercial de Aguadulce crecería mucho. Algo como lo que se ha visto en Penonomé por la minera”, añadió.
No obstante, sobre la actividad turística considera que más que beneficiar o potenciar su desarrollo, lo afectará, ya que, por ejemplo, una gran cantidad de terrenos que se utilizan para la producción de sal (salinas), desaparecerá. “Y es precisamente uno de los proyectos que se está viendo como desarrollo turístico, ofreciendo al turista la experiencia de la producción de sal en la región. Esto se va a ver muy afectado”, consideró.
La directora ejecutiva de la Audubon Panamá, Rosabel Miró, plantea que a medida que se conozcan los servicios y beneficios que brindan los manglares y de todas las especies que viven y dependen de este ecosistema, las personas valorarán su importancia.
Por ello, plantea la importancia de diseminar información sobre estos ecosistemas para que exista mayor conocimiento del valor de conservarlos para beneficio de nuestra propia vida y de la vida de los animales y plantas que los habitan.
Polo Roa considera que el proyecto también impactará algunos puntos del área de El Salado, los manglares, la observación de aves y ballenas, y la pesca artesanal, que son experiencias que ahora busca el turista, y otros, potenciales atractivos o actividades, que apenas están en desarrollo incipiente.
Sin embargo, destaca que con la captación de más divisas corresponderá al Municipio de Aguadulce, utilizar parte de esos recursos para la generación y desarrollo de nuevos productos turísticos, dígase el Pozo Azul (de donde proviene el nombre Aguadulce), actividades en Cañaverales, desarrollar algo de las salinas a otros sitios, la gastronomía relacionada con el cultivo de camarones, y la parte cultural del pueblo. “Es cuestión de voluntad, creatividad y buena administración municipal”, añadió.
La directora de proyectos de Audubon Panamá, Yenifer Díaz, dijo que sobre este proyecto solo tiene información de la ley que crea el régimen especial, y que más allá de lo que se vaya a hacer, no hay nada en concreto que se pueda tomar como referencia.
“Ellos hasta donde sabemos están buscando inversionistas. Nuestra preocupación va ligada a la pérdida de hábitat y servicios ecosistémicos que estos humedales brindan, y cómo esto puede influir en las comunidades”, agregó Díaz, quien destaca la importancia de consultar a las personas que han participado en reuniones y negociaciones.
Las amenazas que se ciernen sobre los extensos ecosistemas costeros de la bahía de Parita destacan el cambio climático, el cual implica el aumento de la temperatura, el nivel del mar, y la disminución del caudal de los ríos; la contaminación de las aguas y el aire, producto de residuos domésticos, industriales, agrícolas, forestales, entre otros.
También, el impacto directo de los humanos, desde actividades industriales, la construcción de viviendas, y eventos recreativos, que causan interacciones con las aves, impactando sus habitar y alterando su comportamiento; además de la modificación del régimen hidrológico, con la alteración de las aguas naturales y el consecuente cambio físico, químico y biológico en las masas líquidas.
Igualmente, la pérdida del hábitat con la degradación parcial o total, por causas naturales o acción de los humanos en un ecosistema, ya sea de manera accidental o por la construcción de infraestructura en un área natural; además de la explotación pesquera, industrial con redes de arrastres que capturaran camarones, anchovetas y arenque, e impacta especies de menor tamaño, afectando su potencial reproductivo; sumado al impacto de la pesca artesanal con fines comerciales, con pequeñas embarcaciones de madera o fibra de vidrio, equipadas con redes y trasmallo como artes de pesca.