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- 28/09/2008 02:00
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LONDRES. Es la primera planta generadora de electricidad en el mundo basada en carbón libre de emisiones de dióxido de carbono o CO2.
Se trata de la Schwarze Pumpe, ubicada en el norte de Alemania, que este año ha comenzado un ambicioso proyecto piloto para capturar y almacenar CO2 en el subsuelo. La miniplanta tiene una capacidad de 30MWe y está basada en la llamada tecnología de combustión oxifuel, en la que el carbón se convierte en calor por medio de oxígeno puro como oxidante para producir principalmente vapor de agua y dióxido de carbono. El objetivo es separar o “capturar” el dióxido de carbono generado durante este proceso de generación eléctrica, licuarlo y transportarlo a zonas de almacenamiento a cientos de metros bajo la superficie terrestre. En estos momentos hay una carrera tecnológica internacional en el desarrollo de esta tecnología.
Con la Schwarze Pumpe, Alemania está declarando, por ahora, su victoria.
El CO2 sabemos, es el gas contaminante que según los científicos es responsable del calentamiento global. Es por eso que muchos gobiernos hoy en día consideran de vital importancia las nuevas tecnologías como la captura y almacenamiento de CO2.
Con ésta, afirman, se podrá asegurar el abastecimientos de energía y al mismo tiempo combatir los daños causados en el planeta por el cambio climático. La base de la captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CAC) es la combustión oxifuel.
La misma se lleva a cabo inyectando oxígeno puro en las calderas y después de ponerlas a funcionar se introduce el carbón mineral (lignito). El resultado es calor, vapor de agua, y nueve toneladas de CO2 cada hora. Esto, afirman los expertos, será “un hito en la historia de las tecnologías limpias”.
Debido a que el CO2 puede ser separado, licuado y reducido a 500 veces de su volumen original se le podrá introducir en un cilindro y transportar a instalaciones ubicadas a un kilómetro bajo la superficie terrestre. La idea es colocar esos cilindros en rocas porosas donde puedan permanecer hasta que la humanidad deje de temer las repercusiones del cambio climático. El proyecto de 70 millones de euros está siendo financiado por la empresa sueca Vattenfall.
Pero detrás del optimismo todavía hay muchas preguntas sobre cómo funcionará en el futuro esta tecnología. En particular, muchos se preguntan dónde será almacenado el CO2 y quién pagará el alto costo de construcción y manejo de las centrales de captura y almacenamiento.
Aunque se tiene planeados varios proyectos pilotos, hasta ahora ningún país de la Unión Europea ha comisionado una central de gran escala de CAC. Un problema, dicen los expertos, es que no se sabe cuál será el costo exacto de poner en funcionamiento una central a gran escala de CAC. Los grupos ecologistas afirman que éstas costarían lo mismo que otras tecnologías limpias como las granjas eólicas y quizás hasta 50% más de lo que la energía eólica cuesta en estos momentos. “Nuestra principal preocupación es que esta tecnología será usada para justificar la construcción de más centrales eléctricas corporativas” dijo Tobías Muenchmeyer de Greenpeace en Alemania. “Además es una tecnología muy costosa que desviará el financiamiento que se necesita para las verdaderas soluciones como las energías renovables”, señala.
Pero, la principal pregunta es dónde quedará almacenado este gas, ya que cuando el CO2 sea bombeado hacia el subsuelo, éste se esparcirá hacia las rocas circundantes.