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- 22/12/2019 00:00
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Alegre y divertido. Ese es Sergio Bermúdez, un científico nacido en la ciudad de Panamá que, además de ser un investigador con un buen sentido del humor, tiene una pasión por el estudio de las garrapatas.
Lo que a algunos les provocaría reacción de rechazo, a Sergio Bermúdez le dibuja una sonrisa, mientras cuenta de forma jovial que la mayor parte de su vida profesional se la ha pasado estudiando los ácaros y las garrapatas.
Es biólogo de profesión y egresado de la Universidad de Panamá, cuenta que posee una maestría en Entomología, rama de la Zoología centrada en el estudio de los insectos. Es allí donde nace su pasión en estudiar los ácaros.
Actualmente, además de ser uno de los 21 Investigadores Asociados a Coiba-AIP, trabaja en el Departamento de Entomología Médica del Instituto Gorgas, donde desarrolla investigaciones de la ecología y epidemiología de enfermedades trasmitidas por garrapatas.
En el año 2010, junto con otros investigadores, se ganó un fondo de más de $40 mil para investigar a las garrapatas del Parque Nacional Coiba (PNC) y analizar los mamíferos que pueden transmitir zoonosis.
Bermúdez ha analizado muchas especies de garrapatas en el país. Su proyecto actual como investigador de Coiba-AIP es conocer qué especies de garrapatas y otros arácnidos hay dentro de la reserva.
Su investigación se enfoca en conocer cuáles especies de estas pudieran ser peligrosas para los seres humanos, iniciando con aquellas que están dentro de las zonas de interés turístico y científico, que vendrían a ser las áreas donde están los senderos y las costas, sitios más frecuentados en el Parque Nacional Coiba.
“Básicamente lo que queremos hacer es levantar información para ver cuáles son los riesgos. Aunque las especies que hemos encontrado no son potencialmente peligrosas para el ser humano, pero sí queremos determinar cuáles pueden, al menos, darle un buen susto con una picada, ya sea de un escorpión, araña o hasta que se le pegue una garrapata”, dijo.
En estos momentos, los fondos de investigación con los que cuenta son para hacer un catálogo de las especies de arácnidos que están en Coiba, entre ellas arañas, alacranes y garrapatas.
El investigador explicó que trabaja en levantar toda la base de fotografías que existen en la isla para poder terminar el catálogo. Para ello, cuenta con el apoyo del reconocido fotógrafo Eduardo Estrada.
A finales de noviembre realizaría su última gira para tomar, además de las fotos, más muestras, tener ADN para comparar, más especímenes para ver y poder tener la identificación de las especies.
“Hemos encontrado una araña que es la de más grande peligrosidad en Panamá, del género Phoneutria. Es una especie bastante grande, muy agresiva, tiene un veneno muy potente”, precisó.
Phoneutria es un género de arácnidos de la familia Ctenidae, llamados arañas errantes o del banano. Son agresivas y muy venenosas, que habitan en el trópico de América del Sur y Central.
“Ahora tenemos una garrapata de la que estamos estudiando la genética y la morfología de las poblaciones que están aquí. La especie se describió en Corozal, lo que indica que la población está muy cerca de donde trabajamos, así que podemos conseguir material genético que nos sirva para compararla. Lo que estamos haciendo es compararla con especímenes de otros países de América y con las que están en Coiba para ver si es una misma especie o son varias que están bajo un solo nombre”, detalló.
“En Coiba hemos encontrado un grupo de garrapatas que parasitan aves marinas,”, comentó. Es un complejo de especies de una familia de garrapatas que es nidícola y no es la que usualmente uno ve, que se llaman garrapatas suaves, Argasidae. Estas especies se han encontrado asociadas a diferentes tipos de aves marinas, pelícanos, piqueros, gaviotines a lo largo de todo el mundo”, destacó.
Para el futuro quiere comparar las especies de otras islas de Panamá, por ejemplo, con las Islas Paridas o las del otro lado. “Es algo que queremos ver y después ampliar a todo el Corredor Oceánico, que vendrían siendo Isla del Coco, todos los archipiélagos que tenemos en las costas de Panamá hasta Malpelo y Galápagos”, acotó.
Haciendo referencia a su trabajo y todo lo que ha encontrado, analiza que muchas veces se piensa que describir a una especie es fácil, pero no lo es, porque se tiene que comparar con todo lo que está descrito y ubicarlo en un género que esté correcto.
Al hacer alusión a su trabajo en el Instituto Gorgas, cuenta que analizan las cargas de bacterias que tienen las garrapatas en Coiba.
Al ser cuestionado sobre si las garrapatas de Coiba son peligrosas para los visitantes, hizo referencia a la misma precaución que toman los que viven en la ciudad de Panamá con los mosquitos. “En Panamá hemos tenido fuertes brotes de dengue y la gente sigue viviendo tranquila, sin preocuparse, siempre es un problema cuando uno trabaja en un área turística porque las personas perennemente tienen esas precauciones”, afirmó.
El autor ha escrito 65 artículos en revistas internacionales especializadas, 36 como autor en correspondencia y 13 publicaciones nacionales. La mayoría de los temas están relacionados con garrapatas y enfermedades transmitidas. Incluye nuevas especies de garrapatas, ecología, reportes en Panamá y América Central, descripción de cuadros clínicos de los casos de fiebre manchada; algunos con moscas (miasis, entomología forense, ecología), pocos con ácaros y mamíferos. Su trabajo sirvió de base para la formulación de la “Guía para el abordaje clínico y epidemiológico de la rickettsiosis en Panamá, 2019”, que fue publicada recientemente en Gaceta Oficial mediante Resolución N° 513, y que adopta su utilización en todas las instalaciones del sistema público de salud. Esta guía fue una colaboración entre personal de salud del MINSA, CSS e investigadores del Instituto Gorgas.
Cuenta, además, con catálogos, libros y capítulos. Cinco libros de temas sobre las garrapatas Ixodidae de Panamá, la historia de las Rickettsiosis.