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Panorama actual de la juventud, un vistazo a sus preocupaciones
- 12/08/2024 00:00
- 11/08/2024 18:57
Todavía no existe una definición universalmente aceptada para definir al grupo etario que comprende el concepto de la juventud, a pesar de esto, entidades internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha estipulado que las personas entre los 15 y 24 años son quienes conforman este sector de la población, meramente por fines estadísticos.
Teniendo esto en mente, en la actualidad existen 1,200 millones de jóvenes, conformando el 16% de la población mundial, según datos de la ONU. Pero dentro de seis años, en 2030, se estima que la cantidad de personas jóvenes llegará a ser el 24% de la población, llegando a los 1,300 millones de personas.
A medida de que aumenta la cantidad de personas que son parte de este grupo, los jóvenes van exigiendo más oportunidades y soluciones con fines equitativos y progresivos para sus sociedades, las cuales hoy por hoy enfrentan múltiples desafíos que afectan principalmente a ellos mismos.
El empleo, la salud mental, el acceso a la educación y el cambio climático son solo algunos de los temas más relevantes para los jóvenes a nivel mundial; temas en los que tienen más incertidumbre actualmente.
De acuerdo a esta organización, los jóvenes tienen el potencial de ser una fuerza transformadora para el desarrollo si se les proporciona el conocimiento y las oportunidades necesarias para prosperar.
Es fundamental que adquieran la educación y las habilidades requeridas para participar activamente en una economía productiva, además de contar con acceso a un mercado laboral capaz de integrarlos adecuadamente.
Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estiman que uno de cada siete jóvenes padece de algún trastorno mental, lo que supone un 13% de carga mundial de morbilidad en este grupo etario, siendo la depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento los más comunes.
Por otro lado, el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes, pero más allá de esto, según la OMS, no abordar los trastornos de salud mental en los adolescentes y jóvenes adultos tiene repercusiones que persisten hasta la adultez, afectando tanto su salud física como mental, y limitando sus oportunidades de disfrutar de una vida plena en el futuro.
También es fundamental atender las necesidades de los adolescentes que enfrentan trastornos de salud mental.
Para organizaciones como la OMS, es esencial evitar la institucionalización y la medicalización excesiva, dando prioridad a soluciones no farmacológicas y garantizando el respeto de los derechos de los niños, tal como lo establece la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y otros instrumentos de derechos humanos.
Actualmente la población joven representa el 25% de los trabajadores, mientras que 1 de cada 7 jóvenes busca empleo, de acuerdo a cifras de la Organización Mundial del Trabajo (OIT).
Sin embargo, también existe una gran crisis de desempleo en este sector etario, que supera el 13.5% desde el año 2021. Esta cifra es tres veces más grande que la tasa de desempleo en adultos.
En economías como la de América Latina y el Caribe, la crisis por el Sars-CoV-2 elevó la tasa de desocupación entre jóvenes por encima del 20%. Por otro lado, 6 de cada 10 jóvenes que sí consiguen empleo se ven obligados a aceptarlos en términos de informalidad, lo cual genera malas condiciones de trabajo, pues no existen protección de los derechos y abusos laborales.
También se estima que 20 millones de jóvenes en esta región no estudian ni trabajan debido a la frustración y desaliento por la falta de oportunidades en el mercado laboral.
Según los últimos datos del Instituto de Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), unos 62 millones de jóvenes no asisten a la escuela secundaria, mientras que 138 millones no van a la escuela secundaria superior o bachillerato.
Además, aunque en los últimos 50 años las tasas de alfabetización han ido en aumento, todavía existen 773 millones de adultos analfabetos en el mundo, siendo las mujeres la gran mayoría de este número. Esto se debe a que las niñas siguen teniendo más probabilidades de no poner nunca un pie en un aula, a pesar del enorme progreso alcanzado en los últimos 20 años.
A pesar de esto, la Unesco también arroja datos de unos 254 millones de estudiantes inscritos en universidades alrededor del mundo. Sin embargo, a pesar de la alta demanda, las tasas globales de inscripción alcanzan solo el 42%, y persisten significativas desigualdades entre países y regiones.
La educación es un derecho humano esencial que empodera a hombres y mujeres para salir de la pobreza, superar desigualdades y asegurar un desarrollo sostenible. Sin embargo, millones de niños y jóvenes en todo el mundo siguen sin acceso a la educación debido a factores sociales, económicos o culturales.
La educación es una de las herramientas más efectivas para sacar de la pobreza a niños y adultos marginados actuando como un catalizador para garantizar otros derechos humanos fundamentales, además de ser la inversión más sostenible.
El cambio climático ya es una realidad y de acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) a medida que su impacto se intensifica con el tiempo, serán los niños y jóvenes de hoy quienes sufrirán las peores consecuencias.
De acuerdo a una encuesta realizada el año pasado en la Conferencia de las Partes (COP), el 85% de los jóvenes de entre 15 y 24 años encuestados en 55 países afirmaron haber oído hablar del cambio climático.
Los jóvenes de todo el mundo han comenzado a alzar su voz de manera sin precedentes, exigiendo a los gobiernos tomar medidas más contundentes contra el cambio climático. Hoy en día, millones de personas participan en marchas para mostrar su apoyo a esta causa.
Ya sea a través de la educación, la tecnología, la ciencia o la ley, jóvenes de todas partes están utilizando sus habilidades para impulsar la acción climática.