El módulo Blue Ghost, de la firma estadounidense Firefly Aerospace, envió impresionantes imágenes de la Tierra mientras orbita el planeta azul y previo...
- 25/01/2025 02:40
- 24/01/2025 19:04
A menudo, la voz más severa que escuchamos a lo largo del día no proviene de nadie más que de nosotros mismos. Esa pequeña voz interior que nos susurra dudas, miedos e inseguridades puede convertirse en nuestro peor crítico, saboteando nuestras metas y minando nuestra autoestima.
Miedo al fracaso: la preocupación por no estar a la altura de las expectativas, tanto nuestras como las de los demás, puede generar una presión constante que se traduce en pensamientos negativos.
Comparación social: la tendencia a compararnos con los demás, a menudo de manera desfavorable, puede minar nuestra confianza y generar sentimientos de inferioridad.
Perfeccionismo: la búsqueda constante de la perfección puede llevar a una visión distorsionada de nuestras capacidades y a una autocrítica excesiva.
Experiencias pasadas: experiencias negativas del pasado pueden influir en nuestra percepción del presente y futuro, generando patrones de pensamiento negativos.
Algunos efectos de los pensamientos negativos: ansiedad y depresión, baja autoestima, bloqueo creativo, dificultades en las relaciones.
Nuestra mente está absorbida por pensamientos del pasado. Esta idea es, obviamente, la razón de que veas únicamente tus propios pensamientos proyectados afuera. “Tu mente no puede captar el presente, que es el único tiempo que hay. Por consiguiente, no puede entender el tiempo y, de hecho, no puede entender nada”.
El único pensamiento completamente verdadero que se puede tener acerca del pasado es que no está aquí.
Hoy compartiré contigo un ejercicio que aprendí de Un Curso de Milagros y que aplico y enseño a diario, para comenzar a entrenar a tu mente a reconocer cuándo no está realmente pensando en absoluto.
Mientras tu mente siga absorbida con ideas sin contenido, la verdad permanecerá bloqueada. Reconocer que tu mente ha estado simplemente en blanco, en vez de seguir creyendo que está llena de ideas reales, es el primer paso en el proceso de allanar el camino a la visión.
Este ejercicio debe hacerse con los ojos cerrados: con el mayor desapego que puedas, escudriña tu mente durante el habitual minuto más o menos, notando simplemente los pensamientos que allí encuentres.
Nombra cada uno por la figura central que contenga, y luego pasa al siguiente.
Da inicio a la sesión de práctica diciendo: parece que estoy pensando en...
Luego, describe detalladamente cada uno de tus pensamientos. Por ejemplo: parece que estoy pensando en [nombre de la persona], en [nombre del objeto], en [nombre de la emoción], y así sucesivamente.
Concluyendo al final del período de búsqueda mental con: *pero mi mente está absorbida con pensamientos del pasado.
Puedes repetir esto tres o cuatro veces en el día, a menos que te resulte irritante. Si te resulta difícil, comienza con menos veces al día o hazlo al final del día.
Tú tienes el poder de cambiar tus pensamientos y, por lo tanto, de cambiar tu vida.
¡Te invito a practicar!