Voz de mujer

Moral, ética e integridad

Actualizado
  • 03/03/2024 00:00
Creado
  • 02/03/2024 17:44
¿Qué hacer, entonces, contra la corrupción? Tener liderazgo ético. La verdadera lucha contra la corrupción no es cambiar las normas. Tenemos que cambiar la mentalidad

El 19 de febrero el Centro de Capacitación de la Procuraduría de la Administración inició el Año Académico 2024 con una extraordinaria conferencia sobre moral, ética e integridad por el Dr. Dante Mendoza Antonioli. En vista de los muchos retos que deben enfrentar en su lucha contra la corrupción, ésta viene a pelo en esta próxima elección, como guía para todos los candidatos a cargos de todos los niveles. Los países de nuestra región parecen competir en legislación para evitar o detener la corrupción: que si la rendición de cuentas, declaraciones juradas, declaraciones patrimoniales, etc., llegando a la paranoia. Sin embargo, los índices de percepción de corrupción siguen aumentando y la credibilidad ciudadana en el Estado sigue cayendo, no importa lo bueno que hagamos. La primera tarea que tienen los políticos, entonces, es recuperar la confianza de la ciudadanía. Debemos tener claro los conceptos de Moral, Ética e Integridad.

La Moral es el buen comportamiento, según la cultura de una sociedad. Lo que se considera buen comportamiento en una sociedad puede no serlo en otra, ya que la cultura no es absoluta. Los países de nuestra región rechazan la reelección, mientras que en Europa y otros países no se le teme. Tenemos el ejemplo de Ángela Merkel, quien estuvo en el poder por cuatro periodos consecutivos y no se afectó la democracia.

La Ética es la ciencia cuyo objeto de estudio es el comportamiento de ese país en particular, para que llegue a ser buen comportamiento a nivel de la cultura del país. Muy poco se ha analizado qué es un buen comportamiento y qué espera la sociedad de un funcionario en todos y cada uno de los niveles. La población sigue diciendo NO CONFÍO. Nadie ha analizado el nivel de percepción de su circunscripción, su entidad o institución. ¿Qué busca el ciudadano? ¿Se lo estamos dando?

La Integridad, por otra parte, es el alineamiento entre nuestra vida privada y nuestra vida pública---lo interno y nuestra gestión pública. No se puede ser referente de una institución si en casa no se practica o no se cumple con el propio reglamento. Por ejemplo, un alto directivo de la Policía, que exige que todo el personal cumpla con el reglamento, pero él lo viola, acosando sexualmente a una subalterna.

Todo servidor público se debe al principio de legalidad: El servidor público sólo puede hacer lo que diga la ley, mientras que el particular tiene autonomía de la voluntad mientras la ley no se lo prohiba. Sin embargo, ya el candidato Mulino está anunciando que si gana las elecciones, le dará un indulto al ex presidente Martinelli, sin tomar en cuenta que la figura del indulto está condicionada, exclusivamente, para aquellos delitos de naturaleza y contenido político. Otros candidatos ya han manifestado, antes de ocupar el cargo, que incumplirán la ley y eliminarán el Ministerio de la Mujer o la oficina de género del municipio, porque no funcionan, cuando lo que deben hacer es garantizar su buen funcionamiento. Estas son señales del deterioro del concepto de legalidad. En el momento en que cada ciudadano tenga el derecho de decidir qué norma cumple y qué norma no cumple, se acabó el orden, el contrato social y la vida como la conocemos.

Es importante mencionar que la ley no nos puede dar el detalle de lo que tenemos que hacer. La realidad siempre es mucho más de lo que puede plantearnos una ley, que debe ser interpretada de acuerdo a las circunstancias, sin violarla. Esto es equidad, no igualdad. Hay un margen de movimiento dentro de la ley, porque de lo contrario es totalitarismo jurídico. La autoridad administrativa no podrá dejar de solucionarle el problema al ciudadano por defecto o deficiencia de la norma. Se debe buscar una solución adecuada dentro del marco legal. Como ejemplo tenemos el caso de la niña de 8 años violada, a quien se le obligó a parir porque había pasado el tiempo reglamentario de embarazo para el aborto, sin tomar en cuenta el riesgo a su vida y la del producto a esa tierna edad. La ley permite la interrupción del embarazo cuando “se ponga en peligro la vida de la madre o del producto de la concepción.”

¿Qué hacer, entonces, contra la corrupción? Tener “liderazgo ético”. La verdadera lucha contra la corrupción no es cambiar las normas. Tenemos que cambiar la mentalidad. “Nada pone a prueba la habilidad de un hombre para liderar a otro, como su actuar día a día para liderarse a sí mismo” (Tomás Watson). Trabajar en lo pequeño genera un efecto en cadena. Usar el sentido común para solucionar el problema dentro del marco legal. ¿Y si no se puede? Pues modificar la ley, porque nada está escrito en piedra. Pero mientras exista, tenemos que cumplirla.

La autora es abogada y feminista.

La conferencia completa se puede acceder en:

https://www.youtube.com/watch?v=1pemLtnWUV0&t=1798s

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