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'Un niño que no recibe pensión puede ser quien, al crecer, cometa un delito'
- 13/06/2023 00:00
- 13/06/2023 00:00
Omayra Ríos Arosemena es abogada, también es autenticidad, templanza. Mira a los ojos cuando habla, no titubea. Se expresa con firmeza, aunque se quiebra un poco al hablar de su niñez. Visita la sala de redacción de La Estrella de Panamá para conversar sobre su libro Un paraíso más que financiero, Panamá, el diamante de América. Permite indagar más en su vida profesional y personal.
Es la menor de 12 hermanos. Nació en la comunidad de Cerro Pájaro en la provincia de Chiriquí. Cuando era niña tenía que caminar unas dos horas para llegar al colegio. Al pasar los años, se mudó junto a su familia a Puerto Armuelles, donde estudió la secundaria. Después migró a ciudad de Panamá para estudiar derecho, mientras trabajaba como niñera y ganaba $80 al mes.
Durante la entrevista comparte la vez que su madre descosió el único vestido que poseía para hacerle uno a ella, porque tenía que cumplir una asignación del colegio, “debía ir de civil y no tenía ropa. Cuando me desperté, ella me dijo: 'aquí está el vestido que te vas a poner'. Cuando recuerdo eso me digo que no tengo excusas para fallar”. Reconoce a su madre como una mujer perseverante y a su padre como un hombre trabajador y honrado.
Defiende la justicia. También defiende la autenticidad; para ella, marca la diferencia en el ser humano, “por mucha inteligencia artificial que exista, todos tenemos una esencia única y eso es lo que debemos potenciar”, dice antes de hablar de su profesión.
Es CEO de su estudio jurídico Omayra Rios & Abogados. Su trayectoria en el derecho comenzó en el Órgano Judicial y en el Ministerio Público. Durante su carrera ha ocupado cargos como jueza en las juntas de conciliación y decisión del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral. Ha sido asesora legal de empresas del sector bancario y aeroportuario. Además, consultora y asesora de inversionistas interesados en establecer empresas en Panamá.
Conecté ese deseo de estudiar derecho tras lo que pasó con mi madre (...) Durante la época de la dictadura estuvo detenida, hay una herida de injusticia. Una vez estuve a punto de dejar la carrera, pero profundicé y me di cuenta de que seguía buscando esa justicia que no tuvo mi madre, de modo que me lo replanteé y decidí hacerlo diferente.
Atiendo muchos temas de familia, casos de divorcio, pensiones... Algo que he evidenciado es que las mujeres a veces no se dan cuenta del potencial que tienen. Hay que trabajar mucho en la autoestima, sobre todo desde cuando son niñas. Una mujer, por ejemplo, que es víctima de violencia, es porque viene de un hogar donde fue víctima. Hago muchas capacitaciones para que la mujer sea consciente de cuáles son sus carencias y qué aspectos necesita reforzar. Tengo herramientas y las comparto para que las mujeres vean que todas podemos hacer cambios trascendentales en nuestras vidas.
Me enfocaría en los tribunales de familia, porque es el núcleo de nuestra sociedad. Un niño que no recibe el pago de su pensión puede ser quien, al crecer, cometa un delito. Pero si ataco el problema de las pensiones alimenticias, empodero a las mujeres y les hablo de planificación familiar, voy a mitigar ese riesgo, voy a prevenir más casos de pensiones, más niños que no tengan relación con sus padres. Metería todo mi empuje en los tribunales de familia.
Cuando se dio a conocer el escándalo mediático denominado los Papeles de Pandora, en octubre de 2021, sentí que era el momento de hacerlo. Como abogada entiendo que parte de estas noticias a veces representan a quienes tienen algún interés económico. Sentí que era un golpe bajo, Panamá estaba siendo atacada en un momento muy crítico, veníamos de una pandemia que afectó enormemente a la economía. Panamá apenas estaba empezando a hacer la reapertura de sus negocios y había una alta tasa de desempleo, el escándalo me tocó la fibra de defensora. Sentí que tenía en mis manos la responsabilidad de hacer algo desde mi punto de vista. También me sorprendió ver que el extranjero sigue viendo a Panamá como un destino ideal para las inversiones, me pregunté ¿por qué el panameño no cree en las bondades que tenemos como país? Eso me llevó a escribir el libro, para explicar en qué consisten todas estas listas discriminatorias, el concepto de paraíso fiscal. Y sobre todo, quiero que el panameño entienda que este concepto es un invento de organismos y de grandes potencias que ven a Panamá como un país competente.
En este momento es el país de mayor crecimiento económico de Centroamérica. Tiene bondades geográficas, tenemos un Canal que es un recurso invaluable, un clima que es atractivo para todos los inversionistas, un sistema territorial que es favorable y que atrae al extranjero. Además, tenemos zonas económicas especiales, un centro bancario fuerte a pesar de todos los ataques. La Dubái de América, somos ese país.
Donde todos los panameños nos sintamos orgullosos de las ventajas que tenemos como país, que el extranjero sí ve, porque a pesar de todas estas noticias siguen viniendo a Panamá. Aunque estas organizaciones quieran competir con Panamá de forma desleal, el inversionista sigue viniendo. Lo veo como un país progresista, justo, equitativo, que genera plazas de empleo. Panamá es maravillosa, y que sea mejor no depende solo del gobierno, la política, la religión, la ciencia o la economía, depende de lo que yo pueda hacer desde mi radio de acción.