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María Gabriela de Faría: ‘El migrante siempre lleva ese dolor de su patria’
- 16/10/2024 23:00
- 16/10/2024 19:37
María Gabriela de Faría es un verdadero faro de esperanza y resiliencia en medio de la tormenta. Nacida en Venezuela, su viaje ha estado marcado por la lucha constante por su país y su arte. Desde temprana edad, incursionó en el mundo de las telenovelas, demostrando talento y pasión en la pantalla.
Obtuvo su reconocimiento en Latinoamérica al interpretar a Isabella “Isa” Pascuali en el proyecto de Isa TKM. El mundo ha parecido presentarle las oportunidades ideales, pero De Faría ha sabido aferrarse a ellas sin miedo a volar alto. Aun así, el camino no fue color de rosa para la actriz, pues al adentrarse a una nueva aventura en Estados Unidos, las piedras parecían no cesar en su andar. Sin embargo, ha luchado con fuerzas, demostrando nuevamente de lo que es capaz, esta vez frente a un público estadounidense.
Actualmente se encuentra preparándose para dos personajes que ha definido como “importantes” en su carrera, aquellos que demuestran la coraza que ha armado a lo largo de los años. Interpretará a la nueva villana de DC, Ángela Spica (alias The Engineer) en la siguiente película de Superman que estrenará en 2025. Por otra parte cobrará vida al personaje de Amelia Velez en Romanticizing Monsters, la historia de una reportera y podcaster sobre crímenes reales que investiga una serie de personas desaparecidas vinculadas a un asesino en serie no identificado, a pesar del escepticismo de su jefe y la policía.
María Gabriela de Faría conversó con La Estrella de Panamá en vista de su presentación como invitada internacional en el Empowoman 2024. La venezolana, acompañada de su gatita Eleanor a toda hora, compartió vía Zoom sobre sus inicios, las dificultades de ser una migrante en Estados Unidos tener un segundo inicio en la industria, esta vez en Hollywood, y el futuro que desea para su país natal.
Sencilla, risueña y con una chispa única, tomó su tiempo en responder cada pregunta como si se tratase de una conversación casual entre amigas. Reconoce que la vida la ha tumbado en distintas ocasiones, pero que han sido esas experiencias las cuales le han garantizado la fortaleza que ahora la impulsa a seguir volando alto.
He pecado en decir que muchas personas somos self made. La verdad es que somos el cúmulo de nuestras experiencias y del lugar donde nacimos. Mis padres son muy trabajadores y sin duda esa ética laboral no la he visto en ningún sitio. Hasta cierto punto, siento que tiene muchas cosas negativas porque uno descuida la salud mental, el bienestar emocional y la familia, pero a la vez, es algo que agradezco porque aprendí de ese amor al trabajo y es lo que me ha llevado hasta donde estoy.
Mis padres también son súper tercos, pero es esa cualidad la que los ha ayudado a confiar en lo que quieren y creer en que, a pesar del miedo, pueden lograr todo lo que se propongan. Sin duda heredé eso de ambos.
Fue la Venezuela en la que comencé a actuar. Mi carrera se inició en las telenovelas a los cinco o seis años y ya no era la época dorada de la televisión nacional, pero recuerdo estar rodeada de mucha vida, trabajo y esa sensación de abundancia y de posibilidad para todos los actores.
Creo que todos los personajes tienen una dificultad diferente. Al iniciar un proyecto regreso a mis primeros días de la actuación y a veces siento que no sé lo que hago (ríe). Cada personaje que he interpretado y en cada proyecto en el que he estado ha llevado un reto y una experiencia diferente.
Interpretar a un demonio en una película de terror, por ejemplo, me obligó a entrar en lugares de mi ser que nunca había explorado y a entrenar el cuerpo casi un año. También existió el reto emocional de formar parte de una película tan grande y tan esperada por muchos.
Cuando llegué a Estados Unidos ya tenía una carrera súper armada en Latinoamérica. Había hecho tanto en mi región que me llené de ese ego de que los demás me necesitaban. Y resulta que no (ríe).
El éxito no se crea de la noche a la mañana para nadie. Es una completa mentira. Recuerdo aterrizar en Los Ángeles y no hablar inglés. Mi madrina honoraria me dijo que tener una oportunidad en esta ciudad, como mínimo, tomaba diez años y no le creí.
Por supuesto que tenía razón, pero ahora, luego de tanto trabajo, puedo por fin decir que estoy formando un camino en Hollywood y me siento bienvenida. Me costó lágrimas, aprender a fortalecerme a mí misma, creer en Dios y en la vida.
El idioma cuesta bastante. Hay días en los que el inglés no le da ganas ni de visitarme y por más que trate, no logro expresarme como quisiera.
Además uno siempre extraña a su gente y la calidad que un latino sabe dar: el hablar inapropiado, el que me abracen cuando no quiero (bromea). Lo más difícil es aquellos días en los que no puedes estar con las personas que amas porque todos estamos en distintos lados. Creo que el migrante siempre tendrá ese dolor de su patria, pero siento que eso me hace más agradecida de estar en Estados Unidos y de ser venezolana.
He pasado por todas las prácticas espirituales posibles, pero en los últimos años he aprendido a conectar con Jesús, comencé a leer La Biblia y a hacer journaling. Priorizo mucho hacer esto para mantenerme con los pies en la tierra.
Actualmente me estoy preparando para el personaje The Engineer lo cual ha exigido una preparación tremenda a nivel físico. Encontré que muchas de las dificultades por las que ella pasará, las atravieso actualmente en el gimnasio y llevé esa experiencia al personaje.
En cuanto a Amelia Vélez en Romanticizing Monster, el proceso ha sido distinto. Estoy disfrutando entrar en esa obsesión que tiene ella por los asesinos en serie, entonces estoy leyendo libros y viendo películas para empaparme de su pasión y de su sentido de hacer justicia. Las personas que vemos en la pantalla son una cara de la expresión humana y en este caso Amelia quiere hacer justicia por las víctimas.
La investigación y formación de un personaje siempre es increíble porque te brinda posibilidades infinitas.
Actualmente tengo dos historias que quiero contar. La primera es una idea original mía y la otra está basada en un libro. Ambas son relatos de mujeres profundamente imperfectas, pero que están encontrando su valor en el mundo.
Sí. No sé cómo o cuánto tiempo demore, pero son muchas personas que han sido asesinadas por exigir un mejor presente y futuro y les debemos el seguir adelante.
Confío y hago lo que puedo hacer con lo que tengo lo cual es una plataforma que me permite ser una voz para mi país y acudir al llamado de María Corina Machado quien es nuestra líder y además una persona que se ha enfrentado a los grandes de nuestra dictadura. Su vida ha sido una promesa de compromiso por su país y quiero tener ese mismo rol.
Deseo el pronto fin de esta transición. Deseo que los venezolanos puedan tener una vida digna ya que nos han robado exactamente eso: la dignidad. Nos han humillado por tantos años que necesitamos recuperar ese sentimiento de reconocer que merecemos una vida favorable. Que volvamos a sentir ese poder de nación y que no olvidemos nunca para no repetir esta historia.
Ojalá más segura de mí misma y la vida. Quisiera entender que todo es perfecto en el momento aunque no lo veamos, que Dios nos protege y provee para nosotros. Sueño con formar una familia con mi esposo y tener hijos. Me da un poco de miedo la idea, pero al igual es algo que deseo. También anhelo producir mis ideas y proyectos.