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- 18/01/2024 17:56
- 17/01/2024 17:58
Cuando se presentan síntomas como diarrea, fiebre o inflamación abdominal, lo primero que se piensa es que se consumió un alimento en mal estado; pero podría ser que el paciente bebió agua que era potable y se contaminó al ser colocada en una botella de plástico.
Un estudio de 2002 publicado en la revista especializada Canadian Journal of Public Health analizó muestras de 76 botellas de agua utilizadas por estudiantes de primaria. Algunas de las botellas habían sido utilizadas durante meses sin ser lavadas. Los investigadores encontraron que dos tercios de las muestras tenían niveles bacterianos que excedían los límites recomendados para el agua potable.
Los expertos coinciden en que el mayor riesgo para la salud asociado a la reutilización de las botellas de plástico es microbiológico. Por un lado el deterioro por el uso diario de la botella puede provocar la rotura física del plástico, en forma de rayazos, grietas o quiebras en el material poroso.
“Su resistencia mecánica está pensada para un único uso”, expresa a BBC la catedrática de nutrición y Bromatología Ana Troncoso. Esas fallas en el material son un lugar idóneo para albergar bacterias, lo cual puede ser un riesgo para nuestra salud.
A menos que las botellas sean lavadas regularmente, la reutilización de los envases de plástico conlleva una contaminación bacteriana, con microorganismos procedentes de la boca, manos o por exposición medioambiental. La nutricionista Patricia Vial enfatiza en que estas no se pueden esterilizar “porque se derriten, así que es mejor no reutilizarlas”.
Pero el peligro de contaminación no recae solamente en las botellas de plástico PET (de un dsolo uso). Un estudio realizado en Estados Unidos mostró que las botellas reutilizables pueden albergar 40.000 veces más bacterias que el asiento del inodoro promedio.
Un equipo de expertos en tratamiento de agua y miembro de la Asociación de Calidad del Agua llevó a cabo el estudio sobre los patógenos que persisten en estas botellas. Y los resultados fueron sorprendentes: encontraron dos tipos de bacterias presentes, bacilos y bacilos gramnegativos.
Tras destacar que “las bacterias gramnegativas, incluidas E. Coli y Klebsiella, pueden desencadenar una serie de infecciones graves, como la neumonía”, los investigadores señalaron que, “por su parte, ciertos tipos de bacilos también pueden provocar problemas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea”.
Además de las bacterias que se pueden desarrollar en las botellas de plástico descartables, el polímero denominado tereftalato de polietileno (PET), con el que están elaboradas puede, según estudios transmitir al agua determinados elementos. Así pues, podemos decir que el agua envasada que bebemos de las botellas de plástico, puede alterarse debido a este material.
El PET puede desprender partículas como:
Ftalatos. Estos elementos sirven para dar flexibilidad al plástico. Solo serán nocivos para la salud si llegan al organismo en grandes cantidades, ya que podrían ocasionar, por ejemplo, problemas endocrinos. Aún así, debemos saber que estos químicos siempre van a estar presentes en cada botella de plástico que consumamos.
Antimonio. Es un catalizador esencial para elaborar el PET. Puede producir cáncer y problemas respiratorios. Ahora bien, las autoridades sanitarias establecen unos límites de migración de la botella al agua, que suelen estar en unas cantidades muy pequeñas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se encarga de que estas medidas se cumplan.
Formaldehído y acetaldehído. Estos compuestos son los que hacen que el agua tenga en ocasiones el clásico “sabor a plástico”. Los expertos dicen que esto solo sucede cuando exponemos las botellas al sol, momento en que estos compuestos pasan al agua, así que conviene tener especial cuidado. Las botellas de PET, en condiciones normales de uso, no presentan demasiadas concentraciones de formaldehído y acetaldehído.
“Los químicos que contiene el plástico, aunque se degradan muy lentamente, se filtran hacia el agua y se mezclan con ella. Claro, este proceso es bastante lento, pero aún así ocurre y ¿qué pasa? Que eso puede afectar la salud a largo plazo. Todos estos químicos presentes en los plásticos caen bajo la categoría de disruptores endocrinos”, explica a este medio Vial.
La especialista añade que existen problemas de salud que pueden ser causados por disruptores endocrinos, como trastornos reproductivos, metabólicos, neurológicos. “Aunque todavía no hay muchos estudios que afirmen que sea así, sí se piensa que están asociados. También, pueden afectar los neurotransmisores, por ejemplo, los receptores de serotonina y dopamina”.
Vial advierte que la disolución de estos químicos en el agua, se acelera con el calor. “Ocurre, sobre todo, en temperaturas altas, como aquí en Panamá. Las personas van a hacer ejercicio y dejan las botellas al sol, eso se calienta y estos químicos se van rápidamente al agua”.
Si se desechan mal, contaminan el ambiente. Si se reutilizan para beber agua, afectan la salud. ¿Qué hacer con ellas? En Panamá existen diferentes fundaciones que se encargan de cerrar el ciclo de reciclaje, evitando que los plásticos lleguen a vertederos, mares, ríos y terminen contaminando. Una de ellas es la Fundación Botellas de amor, que se encarga de recolectar botellas de plástico rellenas del mismo material, las procesan y realizan mobiliarios para ubicarlos en comunidades vulnerables. Tienen cientos de puntos de recolección en el país.
Entonces, ¿Cuál material debe tener una botella reutilizable? Los expertos aconsejan las botellas acero inoxidable, uno de los materiales más seguros que puede entrar en contacto con alimentos de todo tipo y no hay de qué preocuparse si se dejar en el sol o en la sombra. Son aislantes y no liberan materiales tóxicos. Son térmicos y resistentes.
Las botellas de vidrio permiten mantener el sabor del agua en su forma más pura. No tiene componentes que resulten nocivos para la salud bajo ninguna temperatura. No importa que la bebida cambie de temperatura.
Las botellas de silicona tienen un componente de gel de sílice y sin BPA, este último es el Bisfenol A, siendo muy empleado (anteriormente) en la fabricación de plásticos, pero desde que se supo que causa alteraciones en nuestro organismo muchas empresas dejaron de emplearlo para sus productos.