Las reflexiones que aportan ‘Los cuentos de Tito Tití’

Con un tono burlesco y didáctico a la vez, Lino Garibaldi explora su faceta de autor literario con su primera publicación Los cuentos de Tito Tití, en el que cuenta una historia cuyo protagonista es Tito Saimiri Rufus, un mono ardilla con un doctorado en letras, media docena de maestrías y diplomados, con una personalidad caracterizada por su apetito insaciable ante la aventura y que se ve ensombrecido por un ego que no le permite entablar relación con otras personas.

Mientras Tito navega este viaje intelectual y emocional, el lector será testigo de un recorrido en el que - acompañado del mismo Garibaldi como asistente – podrá explorar diversas culturas así como interactuar con una variedad de animales y personas extraordinarias que habitan en cada rincón del planeta y que no dejará de deslumbrar por la sabiduría y el asombro que experimentará junto con el protagonista del libro.

Su autor Lino Garibaldi comentó a La Estrella de Panamá que este libro surgió por su pasión en contar historias mientras que, por otro lado, recordó que la primera vez en que contempló la idea de esta publicación fue cuando realizaba su trabajo de graduación de la Licenciatura en Artes Visuales de la Universidad de Panamá, que consistía en la ilustración de cuentos que posteriormente él escribiría.

El libro estaba pensado originalmente para una población de 11 años de edad ya que particularmente quería hacer un libro para su prima, que tenía esa misma edad. Para Garibaldi, el principal reto para llevar este libro a cabo fue el convencerse a sí mismo de que este era un proyecto que valía la pena compartir con los demás.

“A veces, cuando eres joven, te asaltan estas dudas y estas interrogantes: ¿Será que esta es una historia que vale la pena? ¿Será que este libro le va a agradar a los demás? Un día yo dije que tenía que completar esto porque mi objetivo principal era crear este libro para mi prima, y para mí mismo, tener la satisfacción personal de poder presentar un trabajo literario como artístico, y ese fue mi principal obstáculo. Ahora, cuando escribes un libro, la escritura del libro es el primero de muchos pasos que tienes que seguir de un proceso en el que también tienes que conseguir alguien que te lo revise gramaticalmente y después tienes que dar a conocer la publicación. En fin, muchas personas son parte de un proyecto como un libro. Fueron muchísimos retos. Al final, me di cuenta que tenía que sacar el libro sin importar cuántas personas lo vayan a leer fueran 20, 100 o 200 personas. Lo que buscaba con este proyecto como artista era realizar una tarea espiritual”, explicó.

Garibaldi expresó que en el libro se puede encontrar una mescolanza de intereses en diferentes ámbitos como el multicultural y el ambiental así como un interés en la historia y la política. Precisamente, otra de las razones por las que quiso dedicar el libro a su prima fue la experiencia que tuvo al residir en Zimbabwe y Mongolia. Un dato que motivó al autor a investigar sobre las culturas de estos países en los que su prima había vivido.

“Resulta muy interesante haber vivido una infancia en medio de unas culturas y geografías tan diferentes. Aprender sobre esos lugares también fue una motivación y consideré que era muy interesante compartir la parte histórica y la parte cultural además de la naturaleza. Esas fueron mis motivaciones principales. Además, como era un libro pensado para la juventud quería brindarles contenido que les inspirara pero que a la vez brindara un toque de humor con esa burla que se le hace a la intelectualidad pero que, a la vez, la celebra”.

Como docente, Garibaldi se enfrenta a una juventud que vive en un contexto de sobreinformación y de redes sociales por lo que también quiere incentivarlos a la lectura con este libro para que se dé la oportunidad de explorar la literatura y dejarse deslumbrar por las historias que allí se encuentran.

El autor igualmente busca con esta historia resaltar la importancia de reconocer la multiculturalidad de la sociedad.

“No se puede seguir teniendo una mentalidad tan aislada, en tiempos en los que la información se genera en cuestión de segundos y donde los problemas de la región afectan de muchas maneras y capas a las poblaciones diferentes totalmente diferentes, necesitamos tener una visión de multiculturalidad y de tolerancia basada en la necesidad de la integración que busque trabajar con los demás para que se hagan sinergias que potencien las fortalezas que tenemos en lugar de las debilidades, con una visión que potencia al otro y a mí mismo para que haya un mejor entendimiento de los seres humanos y una cultura de paz”, expresó Garibaldi.

El libro también busca que los niños y adolescentes se enamoren del mundo natural y del medio ambiente por medio del conocimiento de la flora y la fauna que habitan en las comunidades. Un tema que Tito Tití subraya con claridad a lo largo del libro involucrando al lector como parte de la naturaleza ya que también forma parte de ella.

Por otro lado, mientras celebra la bondad de la educación continua que cultiva la sapiencia a diario, el autor también realiza una crítica mordaz a quien se crea moralmente superior que el resto de las personas por el simple hecho de ser sabio.

“Es una de las lecciones difíciles que la vida me enseño: entender que la acumulación de conocimientos por sí sola, no nos hace moralmente superiores a nadie. Mientras uno sabe más pues uno sabe menos a la vez. El personaje de Tito Tití juega con eso. Él es alguien irreverente pero también muy sabio. La historia hace burla de esa intelectualidad exagerada pero, a la vez, también la respeta e intenta enseñarnos algo a través de ella. Yo puedo pasar mi vida como esos personajes borgianos que se encierran en la biblioteca acumulando un conocimiento que si no lo transmito a los demás, entonces es un conocimiento inútil. Si no es un conocimiento que está sirviendo a los demás y que tiene un impacto en la gente, entonces ¿de qué vale? Eso es justamente igual a la acumulación de bienes. Si acumulo recursos y capital y no los pongo al servicio de la sociedad, entonces lo estoy acumulando para mí de una manera vaga e improductiva”, dijo.

A esto añade la situación de quinenes no pueden interactuar con otras personas con las que no se sienta cómodo. Por ello, Garibaldi hace énfasis en la necesidad de una educación integral que no solo contemple el aspecto académico de los alumnos sino que entienda que el desarrollo del niño y el adolescente pueda desarrollar habilidades que le faciliten, por ejemplo, el poder interactuar con otras personas.

“Nosotros tenemos que estimular a los niños para que desarrollen en esas áreas como el arte, el deporte y todos esos aspectos que hacen del ser humano una persona integral y balanceada. Siendo una persona introvertida, recuerdo que una vez salí de la escuela secundaria, me di cuenta de lo necesario que era poder interactuar con los demás y no encasillarme en el mundo de mis libros y mi espacio interior. Tengo que salir, tengo que buscar contactos, tengo que trabajar en equipo con los demás y el haber realizado este libro significó un aprendizaje muy grande para mí en ese aspecto porque es un proyecto que involucra a muchas personas”, recordó.

Garibaldi se encuentra actualmente trabajando en un segundo libro sobre las aventuras de Tito Tití. Por lo pronto, el libro Los cuentos de Tito Tití ya se encuentra a la venta y se puede conseguir en la página web www.titotiti.com así como en Amazon.