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José Domingo de Obaldía: ‘El apoyo al conocimiento, investigación y tecnología es fundamental’
- 07/06/2024 00:00
- 06/06/2024 16:55
El médico José Domingo de Obaldía, oriundo de Chiriquí, viajó 11.728 km desde Panamá hasta Israel para hacer su residencia en neurología en el hospital Beilinson de Petaj Tikvah.
Allí, el también investigador realiza un estudio junto a científicos internacionales sobre cómo revertir o inhibir los puntos de entrada del alzhéimer, enfermedad degenerativa que afecta a millones de personas en el mundo.
Además, de Obaldía participa en investigaciones clínicas en el uso de tecnologías en inteligencia artificial a través de un software en neurología, que analiza la recuperación y marcha del paciente a causa de accidentes cerebrovasculares.
Desde Israel, donde estudia como beneficiario del Programa de Becas de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), el médico comparte más detalles de su trabajo y formación.
Soy becario de Senacyt desde junio de 2021. Al llegar a Israel inicié mi preparación del idioma hebreo por tres meses para entrar a la residencia, luego realicé el examen de medicina de Israel, un requisito hospitalario.
La especialidad de neurología tiene un periodo de cinco años y medio en el cual tenemos rotaciones por diferentes especialidades que le brindan al médico la preparación necesaria para afrontar los desafíos que van surgiendo día a día.
En mi tercer año he alcanzado objetivos específicos, como son el dominio del idioma hebreo hablado y escrito, participación en congresos, cursos y desarrollo de investigaciones sobre diagnóstico precoz y tratamiento de enfermedades degenerativas, las cuales producen altas repercusiones en los pacientes y la sociedad laboralmente activa y funcional.
Mi día como residente comienza a las 7:00 a.m. en la sala de neurología. Hay 30 camas con pacientes estables y la unidad de cuidados neurológicos críticos en la cual tenemos seis camas; aquí se encuentran los pacientes que han sido intervenidos por neurólogos endovasculares y referidos a la unidad de accidentes cerebrovasculares. Luego, tenemos sesiones de docencia con los especialistas y subespecialistas dentro de las diferentes ramas de la neurología, además de turnos en sala de urgencias, cuidados intensivos e intervencionismo.
Me apasiona una rama de la neurología llamada vascular intervencionista, ya que hoy una de las principales enfermedades de discapacidad en adultos jóvenes son las enfermedades cerebrovasculares, debido a la discapacidad funcional que producen y a la alta incidencia en los síntomas y presentación de la enfermedad y mortalidad, y sabemos de antemano que con la intervención oportuna del médico se pueden lograr grandes cambios en el estatus agudo o crónico con el manejo de medicamentos anticoagulantes o los nuevos tratamientos endovasculares que evitan las grandes cirugías del pasado y sus temibles complicaciones.
En Panamá hay buena formación de médicos, tenemos lo mejor, que es valorado en Israel y en el mundo, y es el recurso humano. En Panamá nos falta crecer en tecnología e investigación. Apoyar programas como este donde el Estado acuerda con otro país enviar a sus médicos a especializarse. Israel mantiene abierta la puerta y este es uno de los proyectos que estoy realizando con mi departamento y ahora con la Embajada de Israel en Panamá y la Sociedad de Neurología para ofrecer bilateralidad de educación entre Israel y Panamá, primero en neurología y luego abrir el compás a otras especialidades. Ojalá haya más becas como estas para que otros médicos puedan obtener oportunidades de esta magnitud.
De Israel aprendemos que, sin importar las circunstancias, el apoyo al conocimiento, investigación y tecnología es fundamental en una institución de salud pública estatal.
En efecto, en Israel el sistema de residencias permite que cada médico tenga la posibilidad de decidir en qué se siente más seguro dentro de la especialidad, y se produce un tema de captación para las subespecialidades, donde se me ha ofrecido la oportunidad de continuar en el área de neurología endovascular intervencionista.
Es verdad que se ve difícil, luego de aprender medicina, buscar una especialidad en un país donde el idioma es hebreo; imagínese que se escribe y se lee de derecha a izquierda y que el alfabeto está basado en el antiguo fenicio, es totalmente diferente a lo que conocemos. Hoy hablo hebreo, atiendo a mis pacientes en hebreo y hago diagnósticos e informes.
El desarrollo tecnológico de Israel es asombroso y estoy trabajando con una de las mejores tecnologías en medicina del mundo, ya que el hospital fue condecorado dentro del Best Hospital of The World. En los hospitales de Israel todos los médicos deben hacer investigaciones, no es opcional, hay que hacerlo, así que además de mi especialidad, desarrollo mis propias investigaciones dentro de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y cerebrovasculares, las cuales espero publicar posteriormente.
Dios usa las experiencias de tu presente, que luego serán las experiencias por consecuencia del pasado, para prepararte para futuras oportunidades, cada cosa que te pase tienes que agradecer porque son oportunidades que a veces vienen disfrazadas de crisis y de problemas.
Hay una enorme diferencia entre el diploma que está en la pared y la hoja de vida o curriculum vitae, porque el diploma es lo que sabes y el currículo es lo que haces. Cuando ambas coinciden en lo que sabes con lo que haces, ello te lleva a abrirte paso por el camino de la vida. Hay mucha gente que sabe, pero no hace, y hay otros que hacen, pero no saben.
Es indispensable que en Panamá, a través del Ministerio de Salud y la Senacyt, en cooperación con Israel, se sigan brindando estas oportunidades a médicos panameños. Es una inversión a largo plazo, porque el país obtiene profesionales preparados que pueden compartir sus experiencias y conocimientos con los panameños, y al final con el mundo científico entero.