Jesús Soler: ‘Si me lo propongo, no tengo límites’

Actualizado
  • 07/03/2025 00:00
Creado
  • 06/03/2025 16:16
El pintor español comparte su rutina creativa, las influencias artísticas que marcaron su arte y la conexión con Panamá, donde reside y expone.

Por la mañana, antes de que el sol y el cielo se reúnan como de costumbre, Jesús Soler (Huesca, España, 1955) ya está despierto. Con una taza de café en mano, mira a lo lejos, esperando que aquella estrella enorme se asome y dé la bienvenida a un nuevo día.

“Llevo más de veinte años con esta rutina. Me gusta levantarme con la luz natural”, le dijo a La Estrella de Panamá vía telefónica desde Pedasí. Una vez el sol lo saluda y marcadas las 6:30 de la mañana, se dirige a su estudio, aquel rincón donde la inspiración se despierta. Se sacude las manos y ese lugar le da a Soler toda la creatividad que necesita para permanecer sentado frente a un canva vacío por doce horas.

El español comenzó a pintar profesionalmente desde los 17 años y se presentó en Barcelona un año después, por primera vez. “La exposición se formó de paisajes urbanos y mucha naturaleza”, contó.

Se dedicó al arte porque, según él, “no sé hacer otra cosa”.

“Soy una persona bastante inútil. Solamente sé expresarme a través del arte”, confesó. De hecho, estudió arquitectura por cuatro años. Sin embargo, la dejó por la pintura porque “me di cuenta de que no era lo mío”. Estudió bellas artes y escultura en Barcelona.

Aun así, dejar un mensaje en un canva siempre estuvo presente en su vida, desde mucho antes que sus cuadros llenaran galerías. “Siempre he pintado. Toda mi vida se la dediqué a la pintura”, aseguró.

Entre sus influencias citó a Picasso, Joan Miró, Manolo Valdés y Oswaldo Guayasamín. “Al principio me gustaban mucho los clásicos, pero me dejé guiar por pintores malditos como García Ochoa y Gutiérrez Solana”. Define su arte como expresionista.

Pinta desde las 6:30 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde. “No paro ni para comer. Si lo hago, como buen español, debo echarme una siesta y, de ser así, rompo con mi inspiración y no soy efectivo. Prefiero dejar todo al terminar”, explicó. Su primera comida es entonces a las 7:00 de la noche con una ligera merienda.

Su inspiración, cuando la creatividad lo llama a pintar féminas, es su esposa. “Siempre la tengo presente y no es que la pinte solo a ella, sino que la sensibilidad femenina me la transmite ella y de eso me guío”.

Cuando no pinta mujeres, se enfoca en la geometría, las abstracciones, la flora y fauna, esencialmente de Panamá, lugar en el que se ha asentado desde julio del año pasado.

El paraíso pedasieño

Hace diecisiete años, el oscense arribó al país canalero. Se encontraba en un viaje por Perú, Ecuador y Cuba, cuando fue invitado a pescar en las aguas del Pacífico. Llegó a Pedasí y se enamoró del sitio, “su seguridad y tranquilidad, el encanto de la gente y sus paisajes”, contó.

“Me encontré con ballenas y delfines. Pasé por isla Iguana y pensé ‘esto es un paraíso”, afirmó. No tiene planes de abandonar el istmo. “Cuando tengo que pintar y reflexionar sobre mi arte, lo hago aquí. Las ciudades europeas me atolondran bastante”.

El mes pasado su exposición más reciente llegó a los rincones del país, pero a uno que no parecía ajeno a él. “Antologías de Jesús Soler” se presentó en la Embajada de España con 25 de las nuevas pinturas del artista. “Parte de cuatro colecciones mías”, explicó al diario.

“Las obras retratan cuatro temas: abstracciones sobre tormentas tropicales, la flora de Pedasí bañada en resina, toros mitológicos y féminas”, agregó.

Pero esta es solo una de las tantas miradas artísticas del oscense, quien se ha presentado en alrededor de 15 países, entre los cuales se encuentran Brasil, Chile, Corea del Sur, Etiopía, Italia, Polonia y Portugal.

Entre sus distinciones resaltan el Premio Nacional de las Artes “Alfonso IV” y Caballero de la Real Hermandad de Sâo Miguel da Ala (Portugal), miembro del Instituto Preste Joáo (Etiopía) y doctor honoris causa de Bellas Artes por la Academia de Santo Estêvao de Jerusalén de las Ciencias, Letras y Artes de la Universidad de Sao Paulo (Brasil).

El pintor aseguró que todo lo que ha querido plasmar en sus canvas lo ha logrado, sin miedo o duda alguna. “Si me lo propongo, no tengo límites”, afirmó.

Poesía

La creatividad de Soler no solo se plasma a través de los pinceles, sino de las letras. En su portal web publicó cinco poesías divulgadas entre 2005 y 2007 que tratan sobre la paz y la naturaleza. Sus títulos son: Itinerante Iberoamericana, Textura y naturaleza, Naturaleza viva, Por la paz, y De un rincón de paz a un mundo de paz.

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