Javier Alvarado, un compromiso con la poesía

Actualizado
  • 09/06/2024 00:00
Creado
  • 08/06/2024 12:18
El poeta panameño, quien recientemente ganó el IV Premio Internacional de Poesía de Fuente Vaqueros, España, conversa sobre la obra ganadora y su pasión por las letras

Cuando Javier Alvarado se enteró que fue el ganador de la cuarta edición del Premio Internacional de Poesía de Fuente Vaqueros, España, tuvo una sensación de shock que aún recuerda con exactitud. Un sentimiento que le es aún más profundo tomando en cuenta que su poemario Cuaderno inglés de poesía feminista estuvo entre las 500 publicaciones de casi una treintena de países que estaban sometidas a revisión del jurado, que tomó la decisión de premiar la obra de Alvarado por unanimidad y resaltó que el libro ganador se destacó por su ‘entusiasmo’ y la ‘renovación lingüística’, de acuerdo a lo que recogió un cable de la agencia EFE.

Al reflexionar sobre este galardón – convocado por el Ayuntamiento de Fuente Vaqueros y la editorial Valparaíso Ediciones – Alvarado señaló a La Estrella de Panamá que si bien pensó que la competencia estaba difícil sintió un gran regocijo después de que el jurado reconociera no solo su obra sino a las poetas protagonistas de Cuaderno inglés de poesía feminista, y que se atrevieron a escribir y alzar su voz ante la sociedad patriarcal y machista en la que vivían. “La experiencia de escribir este libro fue hermosa y este es un premio que está dedicado a la literatura femenina”, expresó.

El poemario – cuyo lanzamiento se prevé para el primer semestre del 2025 – contiene poemas en versículos, versos cortos y prosa poética, y están basados en las vidas y obras de Virginia Woolf, Las hermanas Charlotte, Emily y Anne Brontë, Katherine Mansfield, Carol Ann Duffy, Emily Dickinson, Hilda Doolittle, Denise Levertov, Elizabeth Barret Browning, Doris Lessing, Elizabeth Bishop, Sylvia Plath, Cristina Rosetti, Amy Lowell, Sara Teasdale, Marianne Moore, Jane Kenyon, Diane di Prima, Maya Angelou, Mary Oliver, Adrienne Rich, Margaret Atwood, Louise Gluck, Anne Sexton, Anne Carsson y Sharon Olds.

“Cuando realicé estos poemas tomé muy en cuenta la época en la que vivían así como su contexto y su historia, y ya tenía varios poemas escritos. El proceso de realizar este libro me tomó alrededor de cinco años. Cuando viajé a Argentina y a Uruguay el año pasado, encontré antologías de mujeres escritoras en inglés, y esa antología me sirvió mucho para hacer otras obras y terminar de escribir los poemas de este libro. Terminé los poemas en el verano de este año, los mandé al concurso y resulté ganador. Los poemas más que todo son estampas de la vida cotidiana de estas mujeres centrándose en sus vivencias, deseos e inclusive sus muertes. El libro trata de abordar todo el universo de estas mujeres”, explicó.

Para poder experimentar lo que las poetas vivían en sus carnes, Alvarado tuvo que documentarse a fondo no solo leyendo las obras de las escritoras sino adentrándose en su panorama vital por medio de películas que se han hecho respecto a la biografía de algunas de ellas, con el fin de conocer otras facetas e interioridades que valían la pena ser resaltadas.

“Es una tarea que disfruté mucho porque es sumergirse en la biografía de cada una de ellas. En síntesis, disfruté mucho hacer este libro. Con lo que me quiero quedar de este libro es con la tarea de haber contado una lucha que lleva muchos siglos, la resistencia de la mujer, por tener un papel no solo en la literatura sino en la sociedad. Todavía hay mujeres luchando y reivindicando su rol. Con lo que me quedo de este libro es con esa lucha de cada una de las mujeres poetas por crear una poesía que tuviera trascendencia. Ellas son símbolos de resistencia y también son símbolos hermosos de creatividad”, expresó.

Para brindar una experiencia inmersiva al lector sobre las vidas de las poetas, Alvarado procuró el uso de una narración con perspectiva femenina. Un aspecto que rememora como el más difícil.

“De alguna manera, tenía que usar una voz femenina para hablar de ellas buscando evocar su personalidad. Cada una de ellas representa una circunstancia de vida. De hecho, algunas de ellas como las hermanas Brontë tuvieron que usar nombres masculinos para poder vender sus libros mientras que Sara Teasdale hablaba abiertamente de la homosexualidad y era muy descarnada en su poesía al igual que lo era Sylvia Plath. Más allá de todo, es resaltar el oficio por la palabra y, sobre todo, el oficio de la honestidad de un escritor. Eso es lo que hay que resaltar en esta obra. Estas poetas han abierto e iluminado el camino no solo a las mujeres sino también a los hombres y así como reconozco que ellas han abierto un camino en un contexto difícil, tengo predilección por la literatura escrita por mujeres”, dijo el autor.

La vida de un poeta

La poesía siempre acompañó la vida de Alvarado. El autor recuerda que desde la escuela primaria sintió la pulsión por escribir pequeños poemas y mientras más se adentraba en el universo de la literatura panameña y los escritores nacionales, tenía la certeza de que en el fondo el quería ser eso: un poeta y escribir. Varios años después, confiesa que esa es la mejor decisión que pudo haber tomado en su vida.

“La poesía me ha dado circunstancias maravillosas como conocer a otros escritores, visitar otros países además de adentrarme en otras culturas, representar a Panamá e inclusive hasta el amor”, comentó.

Una de esas experiencias maravillosas que Alvarado tuvo la oportunidad de vivir fue la de conocer a la poeta y escritora nicaragüense Gioconda Belli en el Festival de Poesía de Granada, en el país centroamericano. Este año, Alvarado la presentó como parte de un conversatorio sostenido con Belli celebrado en la undécima edición de Centroamérica Cuenta, que se celebró a mediados de mayo en la Ciudad de Panamá.

“El poder conocer a otros poetas y escritores formó parte de lo que la poesía me ha dado. Me siento contento porque no solo llego a conocer a otros colegas sino que además tengo la oportunidad de realizar rescates de obras literarias como las de poetas que no son tan reconocidos como el chileno Vicente Huidobro. Es entonces cuando me adentro en esa labor de investigación. Cada vez que viajo a otros países, camino, averiguo y me informo sobre los poetas que no son tan conocidos en la región en una lista que sería numerosa. Me encanta esa labor de rescatar y difundir la obra de otros escritores que se caracterizan por brindar trabajos de calidad”, destacó.

La poesía y la memoria

Por otra parte, consideró que el mejor termómetro para medir los sentimientos experimentados durante la lucha por la soberanía del canal interoceánico es la literatura.

“La literatura fue un bastión de lucha y de identidad. Tenemos varios escritores que con sus obras dan un testimonio vivencial de esos días y uno se puede trasladar a ese contexto particular con ese poema. Un ejemplo de ello es el poema Al Cerro Ancón de Amelia Denis de Icaza, que a pesar del paso del tiempo, seguimos emocionándonos cada vez que escuchamos sus versos. Hace unos días, escuché a un niño de la Comarca Ngäbe-Buglé declamar ese poema y yo quedé bañado en lágrimas. Esto comprueba que el sentimiento todavía pervive allí. En general, para mí la vida sin poesía no es tal. Sin ella, la vida sería mecánica mientras que la poesía es un fiel testimonio de que no nos deshumanizamos como seres humanos y que, ante todo, no perdemos la sensibilidad”, aseguró.

Javier Alvarado
Poeta
La poesía es un fiel testimonio de que no nos deshumanizamos como seres humanos y que, ante todo, no perdemos la sensibilidad.”

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