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- 16/03/2024 00:00
- 15/03/2024 21:36
Un grupo de mujeres se reunió en lo que parecía ser una fiesta para celebrar sus divorcios; sin embargo se trató de un encuentro entre abogadas, terapeutas y mujeres que acababan de cerrar un ciclo en su vida amorosa. El objetivo fue clausurar emocionalmente y desde el empoderamiento femenino, lo que podría ser uno de los momentos más dolorosos en sus vidas.
“Integrarse con otras mujeres que también están pasando por la misma situación es tener empatía, todo esto nos lleva a ser más inclusivas, nos lleva a hacernos responsables. De cierta forma cuando una mujer está bien incide positivamente en la vida de otras, incide positivamente en la vida de sus hijos, de la familia y de la sociedad”, explica la abogada Omayra Ríos, organizadora de la actividad.
Añade que al evento asistieron conferencistas quienes dieron herramientas y hablaron de temas de superación, de autorregulación y de cómo priorizarse. “La mujer cuando se casa o tiene hijos muchas veces se olvida de sí misma. La mujer latina tiende mucho sacrificarse y a pensar que el sacrificio es amor y realmente no es así, si tú no estás bien no puedes tener una buena salud, no puedes tener una buena actitud para atender a tu esposo y a tus hijos. Por ahí vienen muchas de las situaciones que se dan porque nos vamos poniendo en último lugar y luego no podemos recuperar el espacio que nosotras mismas nos quitamos”.
“Queremos hacer esta actividad con más frecuencia para ir creando estas comunidades de mujeres, que creen recuerdos inolvidables. Siempre hay forma de salir adelante, la intención es que no interpreten este hecho como un fracaso. Quiero seguir aportando, no solamente desde el ámbito legal, sino a superar esas creencias limitantes que hay alrededor de un divorcio. A veces no se hace el duelo y a falta de eso, entramos en una relación que es aún más traumática”, detalla Ríos.
El equipo de conferencistas abordó temas de autoimagen, seguridad y autoestima. En los próximos que harán pretenden darles herramientas en otros ámbitos, desde comunicación, talleres de liderazgo, ventas y atención al cliente.
Cuando Sofía (nombre ficticio) tomó la decisión de divorciarse comenzó un caos en su vida. Cuenta a este medio que el duelo por la separación y la falta de empatía que sentía de parte de los abogados, le hacían el proceso mas difícil de llevar. Una amiga cercana le recomendó a la abogada Ríos, quien acompaña a sus clientes durante cada proceso, no solo en la parte legal, si no que de ser necesario los refiere a psicólogos, terapias de pareja u otro experto en algún área que pueda ayudar a la persona a sentirse mejor.
“El acompañamiento que tuve de parte de mi amiga, de escucharme y referirme a un despacho donde me recibieron con empatía y atendiendo mi caso, más allá de solo querer cobrarme, me hizo sentir mucho más en confianza y llevar el caso con más tranquilidad”, relata.
Ríos afirma que aparte de la asesoría legal siempre refiere a sus clientes “a un psicólogo, un terapeuta de pareja si todavía quieren salvar la relación o cualquier otro tipo de terapia que les pueda funcionar porque al final, si no tienen la fortaleza emocional no pueden superar la situación de una manera sana porque muchas lo ven como un proceso de pérdida, fracaso o algo doloroso”.
“Realmente lo que tratamos de enseñarles es que cada etapa de la vida nos deja lecciones, que esos procesos a veces nos sirven para aprender, aunque no suceda como nosotros queramos. Quizás es una forma diferente de empezar un nuevo capítulo en sus vidas. Al final hay que asumirlo con responsabilidad y salir del rol de víctima y hacerse responsable”.
De acuerdo con la abogada, los casos más frecuentes que atiende son de mujeres que nunca han trabajado, “que no se prepararon porque su pareja les daba y luego ellos le quiere quitar hasta el perro. Hay mucha dependencia emocional y económica, las mujeres tienen que ser independientes emocional y financieramente para poder entrar completas a una relación”.
Ríos destaca la importancia de que la mujer tenga sus propios proyectos. “Es fundamental que tengan sus propios círculos. Hay hombres que no las dejan tener vida social y se ponen bravos si se integran en otras actividades. Yo me sorprendo muchísimo porque a pesar de que las mujeres, en la actualidad, están bien preparadas, llegan a convertirse en un nexo de su pareja, entonces cuando no funciona no saben qué hacer”.
La neurocomunicadora María Andrea Varela se encarga de enseñar a las personas a comunicarse. Es una de las referidas de la abogada Ríos y también participó en el evento. Explica a este medio la importancia de saber expresarse.
“A veces no sabemos decir lo que queremos. Entonces una persona quiere pedir respeto lo que dice es: ‘es que tú me gritas’ y el mensaje terminó diciendo algo que no quería. La persona no quiere decir que el otro es el malo, sino que requiere ser escuchada o que le hablen en un tono más bajo. A veces los problemas en las parejas son por falta de comunicación”.
Varela señala que les recomienda a las parejas agotar todos los recursos. “Si tienen un problema de sexualidad, que busquen a un sexólogo. Si tienen un problema de comunicación, que busquen a un neurocomunicador o a un terapeuta en comunicación. Tenemos que buscar a los asesores indicados”.
Parte de su trabajo como consultora de comunicación familiar y empresarial es ayudar a las mujeres a cambiar el diálogo interno y a transformar la culpa, “porque la culpa que guardan las mujeres divorciadas es increíble. Si no nos quedamos en el matrimonio, la culpa es de la mujer. El hombre puede tener 100 mujeres y el hombre es un varón, pero si la mujer no se aguanta eso es una mala esposa. El primer trabajo es quitarle la culpa, después hacerla crear su valor propio en base a sus principios, que pueda reconocer su identidad y desarrollarla”.