Con los escenarios en disputa

Actualizado
  • 21/06/2015 02:00
Creado
  • 21/06/2015 02:00
Esta semana los artistas nacionales y extranjeros protagonizaron un intenso debate. ¿Xenofobia o resguardo del talento local?

Esta es una discusión que explotó, como tantas otras, en las redes sociales. Fue en el perfil de Facebook de Ingrid De Ycaza, donde la artista decidió expresar su disconformidad al enterarse que otra artista de nacionalidad extranjera abriría un evento musical que tenía como plato fuerte al cantante Chayanne. Los comentarios no se hicieron esperar. Algunos —incluso— orientándose hacia una repentina generalización y desdén hacia el ciudadano extranjero.

Cristóbal Muñoz, miembro del Sindicato de Trabajadores de la Música, Artistas y Similares de Panamá (Sitmas) comentó a Facetas que antes de que se encendiera la discusión en la red, De Ycaza había acudido a este sindicato para informar que había sido retirada como la artista que alternaría en el escenario de otro concierto: el de Gloria Gaynor. En su lugar, se presentaría la banda venezolana Doble Sentido. Por eso, al enterarse que después que otra artista extranjera —en este caso, Mariana Vega— abriría el concierto del cantante puertorriqueño, se manifestó en el volátil mundo virtual añadiendo la imagen de un tuit publicado por un diario panameño: ‘Venezolana abrirá ‘show' de Chayanne'.

La ola de comentarios golpearía en todas direcciones provocando que el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (MITRADEL) se manifestara vía correo electrónico para inspeccionar, primero, la organización de la presentación de la voz que se inmortalizaría en 1979 con el coro de I Will Survive .

El MITRADEL quería que se respete la Ley 10, una norma que también ha sobrevivido hasta hoy, y sin cambios, desde 1974. La legislación es clara, según Muñoz. Se especifica que un artista nacional y un conjunto folklórico deben alternar con el artista internacional que se presente en el Istmo. Además, el monto mínimo del contrato a los nacionales debe ser de mil (1,000) dólares.

En las redes los comentarios seguían aglutinándose, algunos nacionales en desacuerdo con la Ley por tratarse de una especie de ‘imposición' de los grupos nacionales o folclóricos; otros, defendiendo la normativa apuntando que si no son los nacionales quienes apoyan las expresiones artísticas locales, nadie más lo haría. Lo cierto es que, muy pocas personas van a ver a los artistas que alternan con el artista principal; pero, aún más importante es que, por tratarse de una ley, se debe velar por su cumplimiento, más allá de estar a favor o en contra de lo que dictamine.

El ambiente en torno a este tema se agitó a tal punto que derivó en una reunión con el ministro de trabajo Luis Ernesto Carles, en la que algunos representantes de la música en Panamá manifestaban su preocupación en torno a las irregularidades en las presentaciones musicales en el país.

Otro de los resultados de la ola mediática se vio reflejado en una publicación de Alfredo Arias, encargado de la empresa organizadora del concierto de Chayanne, Showpro, en el que subía una imagen del Ballet Folclórico Panameño de la profesora Elisa de Céspedes, anunciando su presentación previa al recital del puertorriqueño. Horas antes, Mariana Vega también se habría manifestado en su perfil destacando que el respeto al artista local es uno de los temas que defiende y que, por tanto, había decidido declinar la invitación de alternar con Chayanne en el Istmo.

El flujo de información inexacta había hecho combustión antes, desatando más polémica. Algunas opiniones en contra de la ley apuntaban que si había tanto interés por la dimensión legal, las bandas de covers , entonces, debían pagar regalías cada vez que tocaban un tema ajeno, y hasta el propio Alfredo Arias compararía en su momento los conciertos que organiza Showpro con eventos como el ‘Panama Jazz Festival', cuando en realidad el propósito de este último —donde se presentan jazzistas internacionales— es que el músico nacional tenga la oportunidad de compartir experiencia con músicos de diferentes partes del mundo. Una línea netamente educativa, más que comercial como los otros tipos de espectáculos. Esto lo explicaría el propio Danilo Pérez en una entrevista con una televisora local, añadiendo que algunos artistas internacionales que participan en el festival de enero a veces se convierten en donantes para la fundación y, por tanto, para la música en el país.

Por otro lado, Muñoz califica la reunión con el ministro Carles como ‘positiva', por tratarse de un encuentro que vienen queriendo concretar desde hace años. De hecho, el ministro contestó todos los reclamos resumiendo básicamente que no interesa qué artista venga a presentarse al país, lo más importante es que la normativa se cumpla debidamente.

Cada vez que un artista se va a presentar en Panamá, comenta Muñoz, el contrato debe incluir trámites en el MITRADEL y el Servicio Nacional de Migración. El Sitmas, en teoría, debería recibir el contrato con 20 días de anticipación, pero Muñoz afirma que, por ejemplo, el de Gloria Gaynor llegó apenas unos días antes del concierto.

LA REFORMA DE UNA LEY QUE ENCENDIÓ DEBATE

Víctor Juliao detalla que él propuso, como diputado en el gobierno pasado, un proyecto de ley para poder modificar la legislación señalada anteriormente. Una de las principales modificaciones, afirma, es cambiar el monto del 5% que reciben los sindicatos de músicos por cada contrato que se hace en el país para que un artista se presente. A cambio, cederle este porcentaje al Instituto Nacional de Cultura (INAC) para que mejore el estado de la escuela de música y, sobre todo, los instrumentos, los cuales —detalla Juliao— se encuentran en pésimo estado. ‘Nunca tuve el apoyo de los diputados de la comisión de trabajo. Y, de los artistas, muy pocos me apoyaron', comenta Juliao, lamentando que su proyecto de ley no pasó el primer debate.

Sin embargo, ahora que se retomó la polémica, el diputado del partido panameñista, Luis Eduardo Quirós, dijo a Facetas que se estará reuniendo en julio con el exdiputado y vocalista de la banda panameña Los 33, quien lo contactó para que se evalúe su propuesta de reforma a la legislación, habiendo tomado en cuenta la experiencia en medios con la que cuenta Quirós. ‘Hay que proteger los derechos de los artistas, pero hay gente que busca la manera de beneficiarse personalmente —dijo el diputado—, en los diferentes países los grupos artísticos tienen que cumplir con una serie de prioridades hacia el artista local'.

Muñoz, mientras tanto, dejó claro que todo se trata de promover al artista, que tenga la oportunidad de estar en exposición frente un público —en la media de lo posible— igual al que un artista de talla internacional. ‘Nosotros no tenemos nada en contra de los extranjeros, siempre y cuando estén en orden. Eso quiere decir, que cumplan la ley y hagan sus respectivos trámites', formuló. Una visión que comparte el diputado Quirós. ‘Así como se le da preferencia en cualquier otra área económica del país al nacional, debe suceder en la música‘, dijo ejemplificando ramas profesionales como la medicina y su práctica.

No obstante, Muñoz apunta que si se planea hacer una reforma, no se le debería quitar el 5% que reciben los sindicatos con cada contrato; es decir, un 1.6% para cada sindicato, según especifica. ‘A nadie le gusta que le toquen los bolsillos', dijo explicando que ese porcentaje no se le debería traspasar al INAC — tal como propone Víctor Juliao en su anteproyecto para reformar la legislación— por tratarse de una institución que ya cuenta con un presupuesto. La propuesta de Muñoz es que se reúnan todas las partes, incluyendo promotores, músicos e intérpretes para discutir de qué forma se va a reformar la Ley 10. Por lo pronto, sugiere que el porcentaje que reciben los sindicatos se eleve a un 15% del total de todos los contratos que se hacen en Panamá.

Para Victor Juliao es difícil ver dónde o cómo los sindicatos han invertido en el artista panameño, añadiendo que jamás han entregado un informe al Estado. Sin embargo, Muñoz asegura que sí entregan esta documentación y que el sindicato organiza eventos como aquel que hicieron para apoyar la escuela de música de Penonomé. ‘La razón de ser de este sindicato es proteger al trabajador de la música', dijo.

Ingrid De Ycaza borró la publicación que originalmente desató la avalancha de comentarios sobre los artistas extranjeros, pero los comentarios de sus seguidores no dejan de aparecer en cada imagen que la artista actualiza hasta el día de hoy. Una polémica que, sin duda, levantó el tapete sobre un tema que compete a todos: el respeto del arte y el talento local.

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LEGISLACIÓN

Otros ejemplos de desacato a la Ley 10 de 1974

Cristóbal Muñoz, miembro del Sindicato de Trabajadores de la Música, Artistas y Similares de Panamá (Sitmas) señala que una de las figuras a las que hay que prestarle mucha atención en cuanto a las presentaciones artísticas son aquellas que se presentan bajo la figura de fundación sin fines de lucro.

‘Deben pagar aunque sea sin fines de lucro', dice Muñoz, agregando que cuando un evento está dentro de esta categoría, los trámites deben ser gestionados a través del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Asegura que aunque no pasa todo el tiempo, sí han habido casos en los que han revisado los contratos de las presentaciones que se organizan en el Istmo y han encontrado irregularidades con referencia a la Ley 10 de 1974. ‘No es muy seguido, pero frecuente', dice.

Uno de los contratos que se trasladó al Sitmas, cuya fecha no detalló Muñoz, desglosaba las especificaciones de un evento que estaba por realizarse a favor de la Asociación Nacional Contra el Cáncer (ANCEC) en el Ateneo de Ciudad del Saber, y uno de los puntos señalaba que de no realizarse el evento el artista no cobraría por la presentación, pero mantendría el monto que se le habría adelantado días antes del evento. Muñoz argumenta que esto también va en contra de la ley porque el artista no debería recibir adelanto.

Este y otro tipo de irregularidades en cuanto al cumplimiento de la ley suelen pasar a veces desapercibidos debido a la falta de antelación con la que se trasladan los contratos para que sean revisados por los miembros del sindicato.

Muñoz añade que una de las principales preocupaciones que tiene el sindicato es la de el establecimiento de precios que tiene la ley, los cuales están desfasados con la realidad y las necesidades de cada músico hoy. ‘Nosotros queremos solicitar una comisión evaluadora para verificar los precios de los valores artísticos', señala el músico, autor del recordado álbum ‘La Parranda' en Panamá, agregando que con respecto a esta verificación de precios ha habido poco respaldo por parte de las autoridades competentes.

Luis Eduardo Quirós

DIPUTADO DEL PARTIDO PANAMEÑISTA

Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber

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