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Especies marinas, los desafíos de Panamá para su conservación
- 26/09/2024 23:00
- 26/09/2024 17:27
Panamá es un país con una gran diversidad de especies marinas, tanto en el Caribe como en el Pacífico, que no solo son cruciales para el equilibrio ecológico, sino que también tienen un gran impacto en la economía y el turismo del país. Sin embargo, fenómenos como el cambio climático, la contaminación y la pesca ilegal ponen en riesgo su permanencia, así como la falta de política pública.
Digna Barsallo, directora de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) reconoció que aunque Panamá logró que el 54% de sus áreas marinas estuvieran protegidas, también se necesita ir un paso más allá en establecer una gestión adecuada con fiscalización para tener una efectividad de conservación dentro de la misma.
Por ejemplo, Barsallo mencionó que hay mucha amenaza propia de la actividad antropogénica, es decir, la que es provocada por el ser humano. Un caso específico, dijo, es lo que sucede con las áreas protegidas, como los manglares, con la contaminación, la tala, la pesca y los incendios ilegales.
Recordó que los manglares son sitios de hábitat de reproducción y alimentación para muchas especies para su primer ciclo de vida. Por lo tanto, dijo, “cuando se tala se afecta todo un ecosistema de especies que dependen de esta zona, sumado a la presión que ya genera el cambio climático con la temperatura y salinidad”.
Para Arturo Dominici, director de la Escuela de Recursos Marinos y Ambientales de la Universidad Marítima de Panamá (UMIP) de la facultad de Ciencias del Mar, “las afectaciones que suceden en los manglares se deben a la falta de un plan de manejo para la gestión de las áreas protegidas que son las que conservan estos ecosistemas y el manejo de la pesquería”.
Sin un plan de manejo, según Dominici, es muy difícil establecer un control sobre qué actividades se pueden dar y cuáles no. Subrayó que este tema tiene varios factores, como el manejo y gestión de las áreas protegidas, de explotación y contaminación.
Barsallo defendió que ya están trabajando una normativa para lograr disminuir las áreas grises que existen legalmente dentro del país con los manglares. Para ello, dijo, tratarán de reunir todas los artículos específicos que norman los temas de los manglares en un solo Decreto para administrar y gestionar y proteger de mejor manejar todos estos ecosistemas, como son los manglares.
Confesó que también ha evidenciado “una necesidad” de una Ley de manglares. “Sabemos que en temas de norma, una ley pueda estar por encima de un decreto, entonces, queremos seguir los pasos, como lo hemos hecho con las tortugas y los arrecifes, que ya tienen una ley para su protección y conservación. Entonces, teniendo estas normas paraguas que protegen, sería más fácil tener una Ley de manglares”, sentenció la directora de costas y mares.
Según Dominici, que las áreas protegidas no tengan un plan de manejo y vigilancia las torna vulnerables ante la pesca ilegal. Por lo tanto consideró que la pesca en general también necesita un fortalecimiento de su manejo, para evitar que afecte los recursos marinos.
En este contexto, Barsallo explicó que una de las especies que son objetivo de la pesca ilegal es la de los tiburones, a los que les cortan sus aletas, que son muy demandadas en Asia. Consideró que es “alarmante” que cientos y miles de tiburones han sido afectados por esta práctica, en la que generalmente el resto del cuerpo no se usa.
“El tiburón tiene una mayor importancia en el mar que lo que se puede aprovechar de consumo, que es muy poco. Esperemos que en un futuro podamos trabajar en una trazabilidad sobre la fiscalización de productos hechos con especies marinas en riesgo”, contó.
La directora de Costas y Mares rescató que en medio de estos trabajos MiAmbiente vela por todas las especies que no son costeras. Sin embargo, trabajan en conjunto con la Autoridad de los Recursos Acuáticos (ARAP), que tiene competencia dentro de los recursos pesqueros y de acuicultura, y vela mucho más en el tema económico con en el apoyo a los pescadores y todas las otras actividades productivas para el país.
Con el cambio climático, las especies marinas enfrentan otro reto con las variaciones en los patrones de la corriente y el aumento del nivel del mar, que hace que pierdan muchas zonas costeras y de manglar. Esto, además de la muerte de los corales a causa del blanqueamiento que sufren por las altas temperaturas. La directora de Costas y Mares de Ambiente subrayó que la muerte de los corales afecta el número de especies que viven en estas áreas lo que generaría consecuencias para diferentes actividades económicas, como la pesca y el turismo.
Con miras a tener una mejor realidad del blanqueamiento que pueden estar sufriendo los corales, Barsallo adelantó que ya están trabajando en crear el mapa nacional de arrecifes de corales y pastos marinos. Agregó que aunque no cuentan con esa data, sí han identificado áreas afectadas, como el Archipiélago de las Perlas, el área de saboga, el Golfo de Chiriquí, el Caribe y las comarcas.
Aclaró que no manejan investigaciones para conocer cuáles son las especies que se han dejado de ver con el blanqueamiento de los corales, la directora de Costas y Mares de MiAmbiente recordó que actualmente el país cuenta con una Ley de Corales y Asociados, en la que no permiten actividades de turismo ni solicitudes de concesiones.
Dominici es de la teoría que este comportamiento también tienen que ver con el problema de contaminación de desechos sólidos que siguen llegando a las zonas costeras y afecta a todos los ecosistemas. Para abordar de una mejor manera este tema adelantó que están llevando a cabo investigaciones, por ejemplo, sobre microplásticos, que han arrojado luces de que ya existen muchos peces u organismos marinos que están absorbiendo la contaminación de plásticos.
Para Dominici, los ecosistemas marinos de Panamá deberían estar protegidos por todo lo que tiene y el servicio que ofrece a las personas y al ambiente. “Se necesita una propuesta inteligente y sensata”, dijo.
Barsallo, por su parte, subrayó que lo principal dentro de todo estos trabajos es el involucramiento de las comunidades para que conozcan el valor ecosistémico que tienen las especies marinas y los beneficios a largo plazo que les generaría, con actividades como el ecoturismo. “De esta forma sabrían que tienen un recurso valioso que al dejarlo intacto pueden no solo usarlo de manera sostenible, sino que también pueden generar ingresos”, concluyó.