Erradicar la violencia infantil: promesas y acciones de Panamá y el mundo

Actualizado
  • 13/11/2024 00:00
Creado
  • 12/11/2024 19:41
La reciente Conferencia Mundial para poner fin a la Violencia contra los Niños, realizada en Bogotá, reunió a líderes de diferentes países y organizaciones como la ONU, Unicef y la OMS, que asumieron compromisos clave para erradicar la violencia infantil. Las iniciativas incluyen apoyo a la crianza, protección escolar y digital, y legislación para prohibir el castigo corporal

La violencia física, emocional y sexual contra los niños es una crisis mundial. Por eso, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca esta problemática, tras la primera Conferencia Mundial Ministerial para poner fin a la violencia contra los niños.

Esta coyuntura se desarrolló desde el 5 hasta el 7 de noviembre en Bogotá, Colombia, auspiciada por el Gobierno colombiano con apoyo de Suecia, así como del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La conferencia contó con la participación de figuras de alto nivel, como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y más de 1.400 ministros, funcionarios de gobierno y responsables de políticas, líderes de organismos de la ONU, representantes de la sociedad civil, supervivientes, jóvenes y niños. Estos sellaron “compromisos históricos” con el fin de erradicar la violencia contra esta población etaria y protegerlos de la explotación y el abuso.

En el caso de Panamá, que estuvo representado por el viceministro de Desarrollo Social, Ricardo Adolfo Landero Miranda, se pactaron compromisos sobre el apoyo a los padres o cuidadores, los servicios de apoyo y respuesta, el monitoreo y recolección de datos al igual que en marcos jurídicos y de políticas.

El país se comprometió a desarrollar una estrategia multisectorial e interinstitucional para apoyar la crianza de los hijos a lo largo de la vida, transformar el sistema de cuidado alternativo infantil para priorizar los entornos familiares, reducir el número de infantes institucionalizados y promover la reintegración de niños y niñas con su familia de origen o familia extendida, y reducir la proporción de “ingresos voluntarios” por razones de protección.

Otras de las promesas hechas por el istmo durante este encuentro mundial fue poner en marcha la prohibición del castigo corporal contra niñas y niños en todos los entornos de forma legal y fortalecer los registros administrativos e aplicar encuestas periódicas, para lo cual se harán los esfuerzos necesarios para conseguir recursos económicos, a fin de monitorear todas las formas de violencia contra niños, niñas y adolescentes.

Las demás naciones participantes se comprometieron a mejorar los servicios para los niños que han sido víctimas de violencia y hacer frente al acoso escolar, mientras que otros señalaron su intención de invertir en la prestación de apoyo esencial a la crianza, propuesta subrayada por la ONU como una de las más eficaces para reducir el riesgo de violencia en el hogar para los menores de edad.

Estado de la niñez

La violencia contra la niñez se encuentra en todas partes: hogares, escuelas, comunidades y la internet. De acuerdo con estadísticas de las Naciones Unidas, más de la mitad de niños de 2 a 17 años sufren algún tipo de violencia cada año.

Esto llega a tener efectos graves para su desarrollo, desde lesiones permanentes, infecciones de transmisión sexual, problemas de salud mental como la ansiedad y depresión, hasta la muerte.

Según estas entidades, una de las formas más frecuentes de violencia contra la infancia es la física. a través de los castigos físicos, práctica que afecta de forma regular a tres de cada cinco niños, es decir, más de mil millones de niños alrededor del mundo.

A menudo, este tipo de abuso ocurre a puertas cerradas y son mantenidos ocultos, sin oportunidad de que pueda ser denunciados o que los niños busquen ayuda. La OMS estima que menos de la mitad de los niños afectados revelan que han sido víctimas de violencia y, de ellos, menos del 10% recibe ayuda.

Las secuelas de la violencia para algunos niños son devastadoras y duran toda la vida: ansiedad, depresión, conductas de riesgo como tener relaciones sexuales sin protección, incidir en el tabaquismo y consumo de drogas y un bajo rendimiento académico.

Por otro lado, esta misma entidad indica que cada 13 minutos, un niño o un adolescente es asesinado, lo que representa unas 40.000 muertes evitables al año. Esto, aunado a que la principal causa de muerte entre los varones adolescentes es la violencia, a menudo con armas de fuego o de otro tipo.

En el caso de la violencia sexual, se estima que una de cada cinco niñas y uno de cada siete niños son víctimas de este tipo de agresiones en el mundo.

Sin embargo, durante esta conferencia se dejó claro que el abuso hacia las infancias no es solo física, mental o sexual.

El hambre, el colapso climático, la guerra, el éxodo involuntario, son solo algunos de los fenómenos que también afectan y ponen en situaciones de riesgo. Asimismo, se habló de cómo encuentros de este tipo deben servir para crear resistencias y soluciones a estos problemas desde el eje de la democracia y la protección a los niños y niñas.

Para esto, las políticas públicas tienen que gravitar alrededor de la vida, algo que incluso el presidente de Colombia admitió que no se está haciendo actualmente. Con este fin, cada país asumió compromisos que deberá poner en práctica desde el próximo año.

Algunas de las conclusiones de esta reunión fueron las siguientes: decenas de países invertirán en apoyo a la crianza; el Reino Unido, junto con otros asociados, establecerá un grupo de trabajo mundial para erradicar la violencia de las escuelas y a través de ellas; Tanzania instalará puestos de protección infantil en sus 25.000 escuelas; España promulgará una nueva ley para promover la seguridad en los medios digitales, y muchos países reforzarán sus políticas internas y elaborarán planes específicos para combatir la violencia contra los niños.

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