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- 29/08/2024 00:00
- 28/08/2024 16:59
Un estado de México resguarda historia y una reserva natural
Es posible nadar sobre el gran dragón azul, comenta la bióloga Abril Román Larios. La laguna de Bacalar posee características que la hacen única, sostiene con una sonrisa. Mide unos 60 kilómetros de largo y en su parte más ancha 2 kilómetros. Los locales la han bautizado con el nombre de Laguna de los Siete Colores por la matización óptica del color azul.
En el medio ambiente nada es casualidad. Sus diferentes tonalidades tienen un significado científico. Por ejemplo, su potencial de hidrógeno (pH) no genera muchos organismos, es decir, que existe muy poca flora marina, lo que genera la transparencia visual, explica Román Larios a La Estrella de Panamá.
“Se puede ver la arena blanca que ocupa la mayoría del suelo. La laguna siempre va a ser diferente visualmente porque dependerá del momento, del ángulo del sol, si se tienen nubes o no”.
Otra característica, añade la experta, es que tiene diferentes profundidades: desde unos cuantos centímetros hasta casi 25 metros. Es un sistema lagunar, es decir, que existen varios cuerpos de agua tanto dentro de la laguna como conectados adyacentes, puntualiza.
La laguna de Bacalar se ubica en Bacalar, un Pueblo Mágico de Quintana Roo. El Gobierno de México tipifica como Pueblo Mágico a una localidad que tiene atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes o cotidianidad que emanan de cada una de sus manifestaciones socioculturales.
El gran dragón azul posee en sus entrañas y fuera de ellas siglos de historia. Bacalar fue fundado por los mayas hacia el año 415 d.C. con el nombre de Sian Ka’an Bakhalal, que significa “cerca o rodeado de carrizos”.
Esta laguna es una de las más grandes de la península de Yucatán (separa el golfo de México del mar Caribe). Es posible navegar a través de una serie de canales, atravesando algunas lagunas, bajando hasta el río hondo y llegando a la bahía.
“Tenemos agua dulce, pero es un poco más alcalina que lo normal. Le rodea mucha vegetación; de un lado se tiene el manglar y por otro extremo la selva. Ellos forman una barrera natural que va filtrando la mayor parte de la materia orgánica que podría llegar por las corrientes cuando llueve demasiado”.
Pero, más allá de su peculiar belleza, este sitio geológico es referente en el turismo y el estudio. “La laguna de Bacalar tiene un tesoro geológico muy importante. Posee los estromatolitos más extensos del mundo, una especie de fijadores de carbono, transformadores de nitrógeno y liberadores de oxígeno en el planeta”. Después de 3 mil 600 millones de años en el mundo, siguen captando el dióxido de carbono.
“Existe un proceso muy lento pero maravilloso de producción de oxigenación del agua y deformación de islas con vegetación, principalmente de manglares. Poco a poco, llega nueva vida y se acumula. Este es el resultado de muchos procesos geológicos y biológicos, ya que la laguna, se estima, tiene 12 mil años (el último periodo de la era glacial). El clima y vegetación se han ido transformando hasta tener el paisaje que se ve”, concluye.
Otro Pueblo Mágico que se puede visitar en Quintana Roo es Tulum, el cual comparte con Cancún la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, declarada el 20 de enero de 1987 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sian Ka’an se traduce en lengua maya como “hechizo o regalo del cielo”. Mientras que Tulum como “muralla”. Este fue un importante puerto maya entre los siglos XIII y XVI.
Sian Ka’an es un sitio Ramsar con 528.147 hectáreas con tres ecosistemas dominantes: selvas, humedales y acuáticos. Tiene agua dulce, salobre y marinas. Es un ecosistema de los más exuberantes del planeta, que incluye playas, arrecifes de coral, una abundante selva tropical, dunas y cenotes, explica el guía Manuel Galindo a este medio.
“Ser patrimonio de la Unesco y un sitio Ramsar son títulos que se pueden perder. Por ello, es una motivación seguir los reglamentos. De hecho, el proyecto de ecoturismo se empieza a manejar en la reserva de Sian Ka’an como una alternativa de desarrollo sostenible para las comunidades locales”, detalla.
A la mano izquierda de Galindo, parte de los trabajadores de Sian Ka’an observan atentamente a los periodistas de América Latina. Todos los curiosos son originarios de la zona y hablan el mayayucateco, lengua nativa de las comunidades de la península de Yucatán. “El objetivo es que las comunidades sean las empoderadas para trabajar en el ecoturismo. No importa quién sea el turoperador; al llegar al Sian Ka’an debe trabajar con la comunidad”, puntualiza.
Sian Ka’an cuenta con un sistema de ríos subterráneos de agua dulce interconectados a los cenotes y petenes; estos últimos son formaciones exclusivas de la región que incluye la península de Yucatán y Florida. De acuerdo con el Gobierno de México, Sian Ka’an es hábitat de especies, como el jaguar, puma, ocelote, jaguarundi, manatí y monos, además de aves residentes y migratorias, como el raro jabiru. También colonias de anidación de fragatas, pelícanos y espátulas rosadas, así como tortugas marinas, cocodrilo de pantano y cocodrilo de río.
La entrada a la reserva tiene normas. Todos los reglamentos tienen como meta proteger a Sian Ka’an. La capacidad de carga es muy estricta. Por embarcación pueden ser máximo seis personas. Las embarcaciones utilizan motores fuera de borda de cuatro tiempos. Se realiza el mantenimiento cada seis meses para garantizar que no tengan fugas, remarca.
Además, se pide a los visitantes, al principio de la travesía, no utilizar protector solar ni repelente. Usar el baño antes de entrar a la reserva. Esto es importante porque así se mantiene la calidad del agua reflejada en Sian Ka’an.