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El asma y la EPOC están entre las patologías respiratorias más peligrosas
- 04/11/2024 00:00
- 03/11/2024 17:39
Las enfermedades respiratorias afectan a millones de personas en todo el mundo, cobran alrededor de cuatro millones de vidas al año y se posicionan como una de las prioridades sanitarias globales.
Según las cifras, el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se encuentran entre las patologías respiratorias más comunes y peligrosas, pero el desconocimiento generalizado y el acceso limitado a diagnósticos y tratamientos impiden que muchos pacientes reciban la atención adecuada.
“Una de las razones por las que no son diagnosticados es porque las personas no consultan. Hay síntomas que son leves, como la sensación de flema en la garganta que es solo en algunas épocas del año o ante algunas exposiciones, como al aire acondicionado, olores o humo, que activan la enfermedad. Esa falta de educación en la población, que no permite que se sospeche de asma, dificulta el diagnóstico”, explica el médico neumonólogo Fernando Cancinos.
El especialista añade que la prueba esencial para hacer diagnóstico es la espirometría, una prueba de función respiratoria que la mayoría de los médicos no hace. “Siempre digo en mis charlas que todos los médicos, así como hacemos electrocardiogramas en casi todas las clínicas, deberíamos de hacer este estudio, ya que sin él no se puede diagnosticar ni una enfermedad respiratoria. La falta de acceso a este estudio dificulta el diagnóstico”.
El no diagnosticarse puede ocasionar “un remodelamiento de la vía aérea, lo que significa que se cicatrizan los bronquios. Cuando uno respira el bronquio se abre y tiene una propiedad que se llama elastina, que es básicamente lo que permite que el pulmón pueda estirarse. Pero el remodelamiento bronquial o la cicatrización del bronquio evita que eso siga pasando. Entonces, imagínate que vas a estar con falta de aire siempre, y aunque en ese punto decidas acudir a la clínica, el tratamiento no será efectivo. Es importante consultar y hacer un diagnóstico”.
La EPOC agrupa enfermedades como el enfisema y la bronquitis crónica, que obstruyen el flujo de aire y dificultan la respiración de los pacientes. “Existe un alto grado de desconocimiento de los factores de riesgo que rodean la EPOC, lo que contribuye a la indiferencia hacia esta enfermedad y su gravedad”, indican expertos. Aunque el tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo, otros como la exposición a contaminantes y las infecciones respiratorias también influyen en el desarrollo de la EPOC.
A nivel global, el costo de la EPOC alcanzó los 2.1 billones de dólares en 2010 y se prevé que para 2030 esta cifra podría duplicarse. Se estima que entre el 65 % y 80% de los pacientes con EPOC no son diagnosticados a tiempo, lo que lleva a un deterioro acelerado de su función pulmonar. En palabras de un representante del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), “hasta 94 % de los pacientes con EPOC presentan otras comorbilidades, como enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes”.
El asma afecta a más de 339 millones de personas en el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de una condición que puede manifestarse a cualquier edad y que suele estar vinculada a factores genéticos y ambientales, como la contaminación atmosférica y la exposición a sustancias que irritan las vías respiratorias. Sus síntomas, entre los que se destacan la tos persistente, sibilancias y dificultad para respirar, pueden limitar la vida diaria y el bienestar de los pacientes.
A pesar de la existencia de tratamientos eficaces, el mal control de esta condición sigue siendo común. “Un gran porcentaje de los pacientes busca aliviar los síntomas de inmediato, y recurre a medicamentos de rescate en lugar de tratamientos de mantenimiento que prevengan las crisis asmáticas”, explican los especialistas. La OMS sostiene que la mayoría de las muertes relacionadas con el asma ocurren en países de ingresos bajos, donde el acceso a diagnósticos y tratamientos adecuados es más limitado.
El asma grave, que afecta entre el 5 % y el 10 % de los pacientes asmáticos, es una forma de la enfermedad difícil de controlar incluso con tratamiento. Para mantenerla bajo control, es esencial identificar y minimizar los factores desencadenantes, como el abuso de inhaladores de rescate o la exposición a sustancias irritantes. La OMS alerta que, sin acciones urgentes, la mortalidad por esta condición podría aumentar significativamente en los próximos años.
El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) destaca que el diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, junto con una educación apropiada del paciente, son fundamentales para mejorar el manejo de esta enfermedad. “Evaluar el fenotipo del paciente mediante exámenes de función pulmonar y pruebas de laboratorio permite personalizar el tratamiento”, explicó un portavoz del INER.
El reto principal en el abordaje de estas enfermedades respiratorias crónicas es la detección temprana. Según los expertos, los síntomas no solo afectan la salud física del paciente, sino también su vida profesional y bienestar mental. “Es necesario que tanto los sistemas de salud como las organizaciones de pacientes trabajen juntos para sensibilizar sobre la importancia del diagnóstico y el tratamiento adecuado”, afirman los especialistas.
Las enfermedades respiratorias representan una carga importante en términos de costos y calidad de vida, y su prevención y tratamiento deben ser prioritarios en la agenda global de salud.