Visitantes apuestan por el turismo de áreas silvestres y protegidas

Actualizado
  • 09/03/2022 00:00
Creado
  • 09/03/2022 00:00
Durante los cuatro días de Carnaval, unos 11,260 visitantes fueron recibidos en las áreas protegidas del país, de los cuales 9,029 fueron nacionales y 2,231 extranjeros, detalló el Ministerio de Ambiente
Son 125 las zonas que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Panamá cuenta con una de las mayores biodiversidades del mundo. A fin de proteger todo ese ecosistema natural, actualmente el país dispone de más de 120 áreas silvestres protegidas en sus 75,517 kilómetros cuadrados de superficie.

De estas, el 32,7% corresponde a área terrestre y el 30,5% a áreas marinas que integran el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap).

Su manejo está a cargo de la Dirección Nacional de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) y hoy constituye un atractivo natural y turístico por la riqueza biológica que encierran y las actividades recreativas que ofrecen.

“Las áreas protegidas son importantes primero para promover el turismo, para el desarrollo sostenible de comunidades locales, especialmente pueblos indígenas que dependen de ello para su supervivencia. Además, los paisajes protegidos personifican valores culturales importantes; algunos de ellos reflejan las prácticas sostenibles de la utilización de la tierra”, detalló Elizabeth Díaz, presidenta de Ecocrocs Panamá, una organización de base comunitaria (OBC) sin fines de lucro que administra el sendero El Charco, con MiAmbiente.

Turistas ingresan al Parque Nacional Volcán Barú.

Díaz también explicó que las comunidades ubicadas dentro del parque participaron en las jornadas de trabajo que conllevaron a la limpieza de sedimentos, aseo de los alrededores, mantenimiento mensual, y también se realiza la verificación del cumplimiento de capacidad de carga y control y monitoreo de visitantes.

Además, en los alrededores se instalarán nuevos letreros que indican las medidas de seguridad que deben tener los visitantes.

Yarelys Gómez, vicepresidenta de la OBC, destacó que con la apertura de este sitio se promoverá la visita a lugares con gran valor natural, y a la vez se contribuirá al fortalecimiento de la economía local, ya que mujeres pertenecientes a comunidades cercanas podrán desarrollar emprendimientos como venta de artesanías y alimentos.

Con el fin de generar una mayor conciencia ambiental, se organizarán giras interpretativas con información sobre el impacto de la protección de los recursos naturales de dicha zona y a nivel nacional.

En estas áreas no se permiten las mascotas.

El Parque Nacional Soberanía es una de las joyas ecológicas que rodean a la ciudad de Panamá; lleva 41 años brindando sus servicios como activo turístico con sus 19,500 hectáreas protegidas que constituyen, junto con el Parque Nacional Camino de Cruces y el lago Gatún, el corredor biológico en la zona este del Canal de Panamá.

Durante los días de Carnaval, MiAmbiente detalló que unos 11,260 visitantes fueron recibidos en las áreas protegidas del país, de los cuales 9,029 fueron nacionales y 2,231 extranjeros.

El ingreso a las zonas protegidas

Luego del rechazo al cobro de entrada para ingresar a las áreas protegidas, MiAmbiente suspendió hasta segunda orden esta implementación en la resolución DM 0182-2020 que deja sin efecto la resolución DM-0602-2017 del 11 de diciembre de 2017 y la resolución N° AG 01-0189-2008 del 11 de marzo de 2007 y se dictan otras disposiciones.

Los turistas deben ser plenamente responsables de los desechos que generen.

El mecanismo para acceder a las áreas protegidas es el mismo que se ha mantenido durante los últimos meses, precisando la solicitud a través de correo electrónico.

La reserva debe hacerse con un mínimo de 72 horas de anticipación y proporcionar fecha de visita, nombre y apellido, nacionalidad, número de contacto, edad de todos los visitantes y placa del vehículo (si aplica). Además, se deben cumplir en todo momento las medidas de bioseguridad dictadas por las autoridades de Salud, como el uso obligatorio de mascarilla, portar gel antibacterial, mantener el distanciamiento físico (seguir en la burbuja familiar al realizar las visitas), respetar los horarios de ingreso a las áreas protegidas y las capacidades de carga, realizar las reservas para conocer la disponibilidad.

No se permite ingresar con mascotas; está prohibido alimentar a la fauna silvestre, ingresar bebidas alcohólicas, fumar o extraer especies de fauna o flora. Actualmente no está permitido acampar.

Por otra parte, en 2021 Panamá logró un hito en la planificación de su sistema de áreas protegidas. El país consiguió incrementar la superficie marina de la República con algún grado de gestión, para cumplir con la iniciativa 30X30 de la que es parte desde hace nueve años. De acuerdo con esto, se ampliará el área de recursos manejados cordillera de Coiba (Acc).

Laurentino Cortizo, presidente de la República, firmó el decreto ejecutivo que establece la ampliación de las áreas marinas protegidas, y a la vez destacó que la firma es un paso importante para el propósito de proteger la biodiversidad, la herencia natural del país y conservación del medio ambiental a nivel global.

“Con esta cobertura, Panamá se posiciona como nuevo Líder Mundial Azul, distinción que se otorga a los países que logran alcanzar la iniciativa 30/30”, añadió.

Milciades Concepción, ministro de Ambiente, dijo que ante el deseo mundial del aumento de las áreas protegidas marinas y de superar el 30% del territorio, la institución conversó con científicos nacionales y se analizó la oportunidad de llegar a la meta de ampliar dicha área protegida de la cordillera de Coiba, al aprovechar la vecindad con Malpelo en Colombia y forma una cadena montañosa submarina con Galápagos en Ecuador y Cocos, en Costa Rica.

La Ley 24 establece que la vida silvestre es parte del patrimonio natural de Panamá y declara de dominio público su protección, conservación, restauración, investigación, manejo y desarrollo de los recursos, así como especies raras y variedades de la vida silvestre, para beneficio y salvaguarda de los ecosistemas naturales, incluyendo aquellas especies y variedades introducidas en el país y que, en su proceso de adaptación, hayan sufrido cambios genéticos en los diferentes ecosistemas.

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