Del periodismo de guerra a la divulgación ambiental

Actualizado
  • 08/06/2024 00:00
Creado
  • 07/06/2024 19:24
El periodista y documentalista argentino radicado en Panamá explora el medio ambiente a través de su programa “Voces de la naturaleza”

Alrededor del año 1998, cuando apenas se hacía una divulgación mediática extensiva sobre el cambio climático y sus efectos sobre la naturaleza, el periodista, fotógrafo y documentalista argentino Alejandro Balaguer ya realizaba programas sobre el tema en Perú. Más tarde, en el año 2003, nace la Fundación Albatros –de la cual es su director y presidente– y es entonces cuando realiza producciones audiovisuales en favor de la conservación de la naturaleza y el medio ambiente. Hoy, el cambio climático es una causa global y la preocupación es latente sobre su efecto inmediato en la vida de los seres vivos y en las futuras generaciones que estarán por venir.

“Con el inicio del siglo XXI, a finales de los años 1990 y principios de los 2000, todavía éramos pocos los periodistas que tratábamos los temas ambientales. Pero en las últimas dos décadas, el tema empezó a estar muy presente en los grandes titulares”, rememoró.

A lo largo de 20 años, la Fundación Albatros hizo más de 300 programas sobre el medio ambiente así como diversas campañas. El último programa que se está exhibiendo los domingos por la noche a través de las pantallas de TVN se denomina Voces de la naturaleza, un espacio documental inaugurado en noviembre de 2021 cuyo objetivo es concienciar acerca de la importancia de la preservación de la flora y la fauna del país, teniendo como escenario aquellos lugares recónditos de la geografía nacional, como el lago Bayano y cerro Trinidad, entre otros.

“Ya vamos por la quinta temporada actualmente. Voces de la naturaleza ha sido una sorpresa para todos. Cuando emitimos la primera temporada, se decidió hacer algo en ese momento que nunca antes se hizo en la televisión nacional, que es poner un programa de medio ambiente en un horario estelar, los domingos a las 7:00 p.m. Fue un experimento que nos dio muchas sorpresas porque tuvimos un rating altísimo en los seis primeros episodios. Era sorpresivo, de más de siete puntos, mientras que la competencia ponía películas y no llegaba ni a la mitad del rating que nosotros recogíamos con Voces de la naturaleza. Esto fue un grato llamado de atención para nosotros, ya que nos indicaba que la gente sí estaba interesada en ver temas propios y nuestros que estén bien filmados y producidos, hechos para el público panameño, tirando abajo el viejo mantra de los programadores de televisión que es que hay que darle basura a la gente porque eso es lo que quiere. Nosotros comprobamos que eso no es así y seguimos adelante con este éxito hasta la quinta temporada en el mismo horario de los domingos a las 7:00 p.m. Esto también es una buena noticia para el medio ambiente”, destacó Balaguer.

A juicio de Balaguer, los comunicadores perdían la batalla cuando se trataba de poner sobre la mesa los temas medioambientales por el enfoque que se utilizaba al tratar las historias. “En lo que tiene que ver con la comunicación del tema medioambiental y de otros temas vinculados a ello, como el cambio climático y demás, los comunicadores estábamos perdiendo la batalla porque no sabíamos cómo entrar a ello. ¿Qué quiero decir con esto? La gente no quiere escuchar dramas y que le señalen con el dedo acusador como culpable de las crisis que se están viviendo. Tratamos de dar la vuelta a la estrategia con esta serie documental y centrarnos más bien en mostrar esperanza, en vez del desastre. Mostramos lo bueno y el tesoro que está en riesgo, más que hablar de la basura y la deforestación. Si bien estos temas no se pueden dejar de lado, los mostramos de una manera muy dosificada porque sino la gente tiende a cambiar de canal. Está harta de ver malas noticias”, agregó.

La experiencia de Balaguer corrobora esa tesis. Antes de dedicarse al periodismo ambiental, se dedicó durante sus primeros 18 años de carrera periodística a cubrir conflictos armados para la agencia noticiosa estadounidense Associated Press. En pleno apogeo de conflictos con imágenes duras, la gente se asombraba horrorizada ante lo que veía en la primera plana, pero rápidamente cambiaba la tendencia hacia una aversión en la que la persona quería cambiar lo más pronto posible la página del periódico para no mirar más.

“En el medio ambiente ha pasado lo mismo. Hemos mostrado demasiada crisis y demasiado horror, cuando creo que la gente primero tiene que entender el tesoro y la belleza que está en riesgo, y al ver esas maravillas, toma posesión de ellas y se hace parte de la protección de ellas. Creo que ese camino ha sido correcto porque la aceptación se presenta en el rating”, consideró.

Por otro lado recordó que el éxodo en las islas del archipiélago Guna Yala –que se hace evidente con la mudanza a comienzos de mes de la población de la isla Gardí Sugdub a tierra firme por los altos niveles del mar– se vive desde hace 18 años. Algo que pudo comprobar por los recorridos que realizó en las playas de las islas en los últimos años.

“Esto me lleva a algo. El ser humano es una especie negacionista que cuando se encuentra al filo del abismo recién se da cuenta de que tiene que cambiar. Por otro lado, estamos mostrando el éxodo de los gunas desde la mirada del drama, pero también buscamos las soluciones que ofrece la naturaleza para ello así como la opinión de los pueblos originarios sobre las acciones que se deberían tomar para combatir el cambio climático. Una de esas soluciones es la siembra masiva de manglares como amortiguadores, y todos los beneficios que trae son una buena noticia más allá de mostrar simplemente el éxodo. Además, hay que invertir en sembrar más arrecifes de corales utilizando muchas técnicas que hay hoy con el impulso del crecimiento de los corales con bolas arrecifales artificiales, que se está llevando a cabo en otros países. Hay que mostrar una mirada con esperanza, no todo es muerte y crisis. Siempre hay una solución y la naturaleza nos ofrece opciones para ello”, destacó.

Balaguer tiene programado para la siguiente temporada de Voces de la naturaleza –que se emitirá en octubre– ofrecer casos de éxito relacionados con la sostenibilidad ambiental.

“Hemos estado viajando mucho por la comarca Ngäbe-Buglé y Darién, y allá vemos que al no haber recursos para la agricultura sostenible, a los campesinos, que se encuentran en un contexto muy empobrecido, les queda recurrir a las quemas de tierra. Esas quemas, contrario a lo que muchos piensan, son terribles porque matan todos los organismos que hay en el suelo. Hay un avance en la devastación porque no hay un apoyo real a la agricultura y no hay educación ni información en torno al tema para que, por ejemplo, los ganaderos entiendan que los árboles son amigos del ganado porque contribuyen al ciclo del agua y protegen sus cuencas, además de ser un alimento nutritivo para el animal como lo atestigué en la península de Azuero cuando hice el documental Cuando vuelvan los bosques, en el que se veía como a un ganadero que se le morían las vaquitas, se veía que a su vecino de al lado le estaba yendo bien porque sembró árboles como el guásimo y no se le morían las vaquitas y daban el doble o el triple de leche”, expresó.

A Balaguer, la naturaleza le supuso un bálsamo después de atestiguar las consecuencias de la violencia humana, pero a medida que iba transcurriendo su camino como periodista ambiental, vio cómo ese bálsamo se iba transformando en una de las problemáticas actuales del siglo XXI. “Las guerras en el futuro serán por el medio ambiente y los recursos naturales. La naturaleza se convirtió en la nueva guerra. Si uno se vuelve perspicaz, empieza a ver que en los periódicos de todo el mundo hay guerras entre comunidades que nos lleva a pensar en un panorama que va hacia ese lado. Insisto que hay que buscar la solución no desde la tragedia, sino desde la esperanza”, concluyó.

Alejandro Balaguer,
Periodista
Nos centramos más bien en mostrar esperanza en vez del desastre. Mostramos lo bueno y el tesoro que está en riesgo más que hablar de la basura y la deforestación”
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