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- 21/04/2016 02:01
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Imagine que está en el borde del Central Park de Nueva York y, en vez de hallar el paisaje habitual, mira hacia abajo y descubre una cavidad rectangular de 3,4 kilómetros cuadrados donde hay montañas, lagos y otros relieves abruptos, delimitada por unos muros gigantescos colindantes con edificios y grandes torres.
Este impactante espacio natural, parcialmente hundido por debajo del nivel del entorno urbano y que parece estar "fuera de lugar" en el distrito de Manhattan, se llama 'New York Horizon', ha sido proyectado por los arquitectos Yitan Sun y Jianshi Wu, de EEUU y ha recibido el primer premio en la Competición de Rascacielos 2016 (http://www.evolo.us/category/2016/).
El jurado del ‘2016 Skyscraper Competition’ ha seleccionado tres ganadores y 21 menciones honoríficas entre los 489 proyectos recibidos en 2016, informa a Efe Noemie Deville, editora de la revista estadounidense 'eVolo' (www.evolo.us), organizadora de este certamen.
Según Deville, este premio anual establecido en 2006 “reconoce las ideas visionarias para la construcción de proyectos de altura que desafían la forma de entender la arquitectura vertical y su relación con los ambientes naturales y artificiales, a través de un uso innovador de la tecnología, los materiales, la programación, la estética y la organización de los espacios”.
Datos
Arquitectos mexicanos han proyectado para la ciudad de Neza (al oriente de Ciudad de México) una serie de torres que recolectarán el agua pluvial en sus azoteas que funcionarán como embudos, para después tratarla e inyectarla en los acuíferos del subsuelo, evitando que la ciudad se hunda y que sus sistemas de drenaje se saturen.
Sun y Wu han proyectado una megaestructura de 300 metros de altura (parte de ella, hundida bajo el nivel del suelo) excavada en toda la extensión del Central Park, que permitiría revelar la roca madre actualmente oculta bajo este emblemático parque público y crear un nuevo espacio que alrededor de este 'acantilado' urbano.
Este enorme agujero en el suelo estaría rodeado por sus cuatro costados por un vecindario de altas torres y edificios, y la cubierta de cristal altamente reflectante de sus paredes interiores permitiría observar el paisaje interior del nuevo parque, más allá de sus fronteras físicas, creando una ilusión de infinitud.
Torres recolectoras de lluvia en Neza
Estos son otros de los proyectos arquitectónicos más impactantes presentados en el ‘2016 Skyscraper Competition’ y que permiten echar un vistazo por adelantando al horizonte urbano del futuro:.
La propuesta ‘Neza York Towers’, de los mexicanos Israel López, Gabriel Mendoza, Ana Saraí y Yayo Melgoza, consiste en dotar a Ciudad Neza (Nezahualcóyotl), en México, de un sistema colector de lluvias, mediante torres que funcionarían como grandes filtros y almacenamiento de agua y también alojarían plantas de tratamiento y de inyección subterránea del líquido recogido.
Las aguas pluviales recolectadas en la azotea-embudo de las torres convergerían en lagos situados en la superficie de Neza y, con ese sistema, disminuirán las inundaciones, porque la red urbana de drenaje no se saturaría en la época lluviosa ya que, al inyectar el agua tratada en el acuífero, se detendría el hundimiento de la ciudad, según los autores del proyecto.
Centro de datos similar a una placa base
El proyecto 'Data Skyscraper', de los italianos Valeria Mercuri y Marco Merletti, que obtuvo el tercer puesto en la competición, es un centro de datos localizado en Islandia y concebido como una gigantesca placa base de ordenador con forma cilíndrica.
En la fachada exterior de este edificio estarían los componentes electrónicos o ‘hardware’, mientras que su parte interna estaría vacía, siendo el principal conducto de aire para refrigeración y un espacio técnico donde los equipos o servidores podrían moverse a la planta baja, para su mantenimiento y actualizaciones.
Un enorme ventilador en la parte superior de la torre produciría un ‘efecto chimenea’, gracias al cual cada servidor tomaría el aire fresco del exterior y liberaría dentro un aire caliente, que en parte tendría la función de calentar los laboratorios e invernaderos del sótano y el vecindario circundante en invierno, según los autores.
El rascacielo descontaminante y creciente
‘Air-Stalagmite’ –de los estadounidenses Changsoo Park y Sizhe Chen- es una edificación de gran altura que emergería en las zonas más contaminadas del planeta, con dos funciones: ser un faro que dirige la atención hacia el gravísimo problema de la contaminación y un sistema para filtrar el aire contaminado y capturar las partículas contaminantes suspendidas en el aire.
Este edificio gigante con aspecto de estalagmita llevaría instalado en su parte inferior un sistema de vacío que aspirará el aire contaminado, para limpiarlo mediante una serie de filtros de aire situados en los niveles más altos. Además, las partículas aspiradas se acumularían y servirían después como material de construcción para proseguir ampliando el rascacielos, según sus creadores.
Varios edificios dentro de una misma torre
El taiwanés Lu Te Hsin ha diseñado el proyecto 'Taiwan Babel Tower', una infraestructura arquitectónica en continua evolución, en la que diversos constructores podrían edificar varios edificios elevados para diferentes necesidades, que coexistirían dentro de la gran torre ‘madre’.
Una serie de grandes ascensores proporcionarían transporte vertical y, mientras que los más pudientes invertirían en residencias de lujo en los niveles altos, los niveles más bajos se convertirían en un barrio no muy diferente de las zonas urbanas adyacentes, caóticas e inmensas, con lo que la torre sería una representación de la propia ciudad, de acuerdo a su autor.
La torre ‘madre’ podría crecer progresivamente expandiéndose y, a medida que la diversidad de sus edificaciones y habitantes aumentara, la identidad cultural y visual sería cada vez más compleja y difícil de describir, según Hsin.
Gigantes en el desierto
Situado al norte de Tinduf, Argelia, el proyecto 'Valley of the Giants' consiste en una serie de torres que albergarían plantas de esporas que permitirían producir, recolectar y tratar el agua, así como polinizar el paisaje circundante, catalizando la producción propia de un oasis en esa región.
Para lograr un cambio significativo en el entorno, las estructuras tendrían una escala inmensa: torres delgadas y cilíndricas de un kilómetro de altura, según los autores Eric Randall Morris y Galo Cañizares, de Estados Unidos.
Además de las funciones de estos edificios, se construiría una red de tuberías subterráneas para facilitar la creación de piscinas y pozos de agua en el área para poder conseguir que, en 20 años, un paisaje estéril se transformara en un oasis, según los creadores.
Rascacielos renacidos, con una segunda piel
El modelo arquitectónico ‘Re-cover’ (recuperar y recubrir) utilizaría como recurso los edificios convencionales de algunas zonas de Nueva York y les daría un nuevo uso, utilizando un mínimo de esfuerzo en actividades de construcción, de acuerdo a sus autores, Soomin Kim y Seo-Hyun Oh, de Corea del Sur.
Los edificios ‘renacidos’ usarían energía autoproducida y respetuosa con el medio ambiente en un ciclo sostenible, de modo que coexistirían con el entorno en vez de oponerse a este, indican.
Para ello, algunos rascacielos existentes serían recubiertos por gigantescas ‘pieles tecnológicas' (cúpulas semitransparentes y similares al dedo de un guante), donde se alojarían sistemas destinados a captar la energía solar, recolectar el agua de lluvia, purificar el aire y fomentar el cultivo de vida vegetal.
Redacción: Ricardo Segura